El rebelde McCain anuncia conversaciones con demócratas para sacar una reforma migratoria diferente a la apoyada por Trump
Un día después de que el presidente Donald Trump diera su respaldo a un proyecto de ley que propone eliminar la mitad la inmigración legal en un plazo de 10 años, el mismo republicano que días antes echó por tierra el plan para derogar el Obamacare anunció el jueves que está en conversaciones con demócratas para revivir el debate de la reforma migratoria.
El senador John McCain, uno de los integrantes del 'grupo' o 'pandilla' de los ocho que en el 2013 logró aprobar en el Senado un plan de reforma migratoria que incluía una vía de legalización para millones de indocumentados, dijo el jueves durante un Facebook Live transmitido por el diario The Arizona Republic, que había “abordado” la idea de debatir nuevamente el tema con el senador demócrata Charles Schumer (Nueva York).
Schumer y McCain integraron la pandilla de los ocho, compuesta además por los demócratas Bob Menéndez (Nueva Jersey), Richard Durbin (Illinois) y Michael Bennet (Colorado), y los republicanos Marco Rubio (Florida), Jeff Flake (Arizona) y Lindsey Graham (Carolina del Sur).
El proyecto que consiguieron aprobar en el Senado tras seis meses de intensas negociaciones incluía una vía de legalización para millones de indocumentados, quienes luego de 10 años como residentes provisionales, podrían acceder a la residencia permanente (green card) y tres años más tarde a la ciudadanía. Sin embargo, el plan fue detenido en la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, por falta de apoyo bipartidista.
Pláticas informales
La oficina del senador Schumer dijo a Univision Noticias que el legislador neoyorquino “sigue comprometido en encontrarle una solución a nuestro sistema de inmigración”, y que entiende que “el camino hacia una solución permanente para los 11 millones de inmigrantes indocumentados es trabajar de forma bipartidista con una reforma migratoria”.
Una fuente del Senado enterada de los planes de McCainm, pero que pidió no revelar su nombre., dijo que “por el momento no hay ningún tipo de conversación oficial; solo le puedo decir que el senador (McCain) le dijo a Schumer) que, cuando regrese en septiembre, quiere comenzar las conversaciones sobre algún tipo de proyecto de inmigración”.
La fuente agregó que McCain “no fue específico en esa conversación”, pero señaló que se da por entendido que el documento base para iniciar un diálogo bipartidista será el proyecto de ley S. 744 aprobado por el Senado el 25 de junio de 2013, el mismo que redactó la pandilla de los ocho.
McCain, quien padece un cáncer cerebral detectado recientemente, fue pieza clave a finales de julio cuando el Senado sometió a votación un proyecto de ley que estaba dirigido a derogar ObamaCare y contaba con el respaldo del presidente Donald Trump.
El plan de Trump fue derrotado con 51 votos en contra y 49 a favor. El voto de McCain, uno de los republicanos más críticos del presidente, fue la pieza clave que inclinó la balanza hacia el lado demócrata.
Alivio en el lado demócrata
Las declaraciones de McCain provocaron alivio en la bancada demócrata del Senado, que en los últimos seis meses han visto cómo el tema migratorio se ha polarizado, sobre todo con la presentación este miércoles en la Casa Blanca del proyecto de ley Cotton-Perdue, que busca reducir a la mitad la inmigración legal.
El plan también reduciría la posibilidad de que ciudadanos estadounidenses pidan la residencia de sus padres ancianos o enfermos, quienes solo en algunos casos podrán recibir una visa temporal renovable.
“Es un buen paso”, dijo una fuente demócrata del Senado. Pero advirtió que antes de poder revivir un debate migratorio utilizando como base el proyecto de ley S. 744, habrá que hacer muchos acuerdos previos y defenderlos en el pleno.
“Los demócratas hemos movido montañas para buscar maneras de incentivar a los republicanos para regresar a la mesa de discusión sobre una reforma migratoria que saque de las sombras a los 11 millones de indocumentados, y que incluya un camino a la ciudadanía”, agregó.
La fuente dijo además que, si bien “es alentador que el senador McCain quiera abordar el tema nuevamente, queda por ver si podrá convencer a los suficientes de su partido en el Congreso para aprobar una reforma migratoria integral”.
Para ser aprobada en el Congreso la reforma migratoria necesita 218 votos en la cámara de representantes y 60 en el Senado. Si bien los demócratas no pueden garantizar por ahora el apoyo bipartidista necesario, confían en que la rebeldía de McCain contagie a otros y le propinen una derrota a la Casa Blanca en un terreno controlado por los republicanos, como sucedió con ObamaCare.
Activistas cautelosos
“Debemos aplaudir el valor personal y político del senador McCain en el tema de avanzar una reforma migratoria integral”, dijo Juan José Gutiérrez, director ejecutivo del Movimiento Latino USA de Los Ángeles, California. “Sin embargo, en estos momentos un acuerdo entre ambos partidos para revivir la reforma migratoria lo veo casi imposible”.
“La realidad es que Trump jamás le perdonará al senador McCain su voto decisivo que mantiene vivo ObamaCare”, dijo el activista, lo que hace casi imposible que, en el supuesto caso de que el Congreso vote la reforma migratoria, el presidente promulgue una ley que vaya en contra de sus postulados de campaña, centrados en un discurso antiinmigrante.
Jorge Mario Cabrera, director de Comunicaciones de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA), también aplaude el anuncio de McCain y señala que la promesa de intentar reanudare las conversaciones aliviará el miedo que existe en la comunidad inmigrante a la política de deportaciones de Trump.
Pero advierte que mientras el Partido Republicano siga dividido como se encuentra en estos momentos, es poco probable que un proyecto como el del 2013 avance en ambas cámaras del Congreso.
En Washington DC celebran la iniciativa anunciada por McCain. “Se trata de un esfuerzo encomiable, considerando que en estos momentos combate un agresivo tumor cerebral”, dice Maribel Hastings, asesora ejecutiva de America’s Voice.
Hastings agrega que el gran interrogante es “si una medida de reforma migratoria supondrá beneficios para los indocumentados”, contará con apoyo “en ambas cámaras del Congreso”, y al final del día será formado por Trump.
El plan del 2013
El proyecto de ley S. 744 aprobado en junio de 2013 y que contó con el apoyo de McCain, incluyó un camino de legalización para cerca de 8 millones de indocumentados que llevaban tiempo en el país y no tenían antecedentes criminales. Los favorecidos obtendrían un estatus provisional de residencia, y 13 años más tarde serían elegibles para solicitar la residencia.
También incluía la contratación de más de 20,000 agentes para la Patrulla Fronteriza, un presupuesto extra de unos $30,000 millones, implementación obligatoria del programa federal E- (para verificar el estado migratorio de los trabajadores), la construcción de 700 millas de vallas fronterizas, alta tecnología para vigilar la frontera, y un sistema biométrico para rastrear a los extranjeros que ingresan y salen de Estados Unidos.
Con el aumento de personal de la Patrulla Fronteriza, el plan estimaba que habrá 12 policías por cada mil metros de la frontera de 3,200 kilómetros que separa a Estados Unidos y México.