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Deportaciones

"Si los deportas, la inflación se va al techo": el esfuerzo de empresarios para evitar que 'dreamers' y trabajadores esenciales sean expulsados

El plan de deportaciones de Trump tiene efectos en cadena. Para Sam Sánchez, dueño de siete restaurantes en Chicago, daría un golpe a su negocio pero también a la economía del país. Por eso él y un grupo de otros 99 empresarios negocian con congresistas un camino a la ciudadanía para aquellos inmigrantes con décadas de vida en Estados Unidos y que no hayan cometido delitos.
Publicado 24 Ene 2025 – 06:12 AM EST | Actualizado 24 Ene 2025 – 06:26 AM EST
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Samuel Sánchez nació en Estados Unidos, pero es hijo de un inmigrante mexicano que fue deportado a sus 14 años, mientras piscaba algodón en un campo de Texas. Mucho después logró obtener una visa de trabajo y regresó. La historia de su papá lo define y la usa para explicar por qué es uno de los empresarios que pide al objetivo de deportación.

"Mucha gente que está aquí merece una oportunidad. No pueden ver más allá porque están encerrados en un estado", le dice a Univision Noticias este dueño de siete restaurantes en la ciudad de Chicago. "Es importante que salgamos a luchar por aquellos que corren riesgo de deportación y son los que tienen años de estar aquí (...). Ellos corren peligro porque no tienen una protección legal".

Sánchez es miembro del Comité de 100, una coalición que reúne a un centenar de empresarios mexicanos y latinos, con distintas posturas políticas y que buscan "soluciones migratorias de sentido común" para que sus comunidades puedan dar un mayor aporte a la economía de Estados Unidos. La integran dueños de restaurantes, como él, pero también representantes de compañías de la construcción, hotelería, jardinería, entre otras industrias.

Él es un demócrata registrado desde hace 43 años, pero este noviembre dio su voto a Donald Trump. Cree que muchos de quienes se decidieron a elegir al republicano lo hicieron tras años de esperar que sus padres indocumentados fueran reconocidos con algún estatus migratorio. Lo considera "un voto castigo". Él lo hizo porque espera que haya mejor seguridad en la frontera para su familia y para quienes viven en la zona afectados por el crimen organizado.

El Comité de 100 tiene tres objetivos que negocia con del Congreso de Estados Unidos, explica. Y todo lo que está en la mesa de negociación pasa porque los beneficiados no hayan cometido delitos.

El primer objetivo es que los dreamers —niños traídos en la infancia por sus padres— puedan acceder a la ciudadanía estadounidense. "Tendremos que negociar y ceder (...) Hay que ceder para salvar la vida de todos los dreamers y luego seguir hacia adelante", dice al reconocer que este tema es factor de divisiones en cualquier negociación entre políticos.

El segundo objetivo son los trabajadores esenciales: "La campaña del presidente Trump se basó en mejorar la economía del país. Sabemos que si deportas a todos, la inflación va a lanzarse al techo".

El tercero, un estatus para los cónyuges de ciudadanos estadounidenses: "Cuando estás hablando de una deportación masiva, no solo afectas a la persona que ha sido indocumentada, también a sus familiares. En un matrimonio mixto son dos personas que están trabajando para pagar esa casa. Al deportar a la persona no va a poder ir al trabajo, esa hipoteca no se va a poder pagar y va a afectar a la economía de Estados Unidos".

Este empresario asegura que la narrativa de la deportación que se escucha del presidente, pero sobre todo de periodistas en los medios y voceros en las redes sociales, ha calado en las comunidades. Asegura que en el sector de restaurante las ventas han bajado 50% y que las puertas de los Home Depot —donde es costumbre ver a trabajadores de la construcción esperando a ser contratados cada día— están vacías: "Están asustando a la gente", dice. "Es importante tener trabajadores y el Presidente lo reconoce, que la mano de obra es necesaria para mantener el costo del producto a un nivel estable".

La falta de trabajadores: un viejo problema

La falta de trabajadores en sectores claves de la economía no es un problema nuevo. George Carrillo, presidente de la Cámara Hispana de la Construcción, explicó a Univision Noticias que ha sido un problema durante al menos los últimos 10 años, tanto por las políticas como por la pandemia.

Un análisis hecho por el American Immigration Council (AIC) en julio de 2024 con datos del Censo (de la encuesta de familias para 2023) mostró las contribuciones de los inmigrantes y su participación en puestos de trabajo en el sector agrícola y de la construcción. En los campos, más del 54% de quienes clasificaban los productos eran inmigrantes; en construcción, uno de cada cuatro trabajadores también era inmigrante. En el segundo sector hablan de una escasez de al menos 500,000 trabajadores.

Otro análisis del AIC publicado en octubre estimó que las deportaciones masivas prometidas por Trump "exacerbarían" esa escasez de mano de obra en las industrias fundamentales. Calculaban que esos dos sectores —agricultura y construcción— podrían perder al menos uno de cada ocho trabajadores que por no tener documentos podían ser deportados, mientras que en servicios de hotelería calculaban una pérdida de uno de cada 14 empleados.

Carrillo, hijo de padres ecuatorianos, estima que la "mano dura" de Trump en el tema migratorio puede llevar en tres años la cifra de escasez de mano de obra en el sector de la construcción al millón de trabajadores. Explica que 34% de la fuerza laboral en esa industria es hispana, incluyendo a dueños, desarrolladores, ingenieros. Pero la mano de obra que levanta cimientos de casas o construye carreteras es más de 50% hispana.

"Entonces quién va a cumplir con los proyectos. En la construcción, 20% de los proyectos de ahorita están atrasados. Y mientras más tiempo nos toma cumplir esos proyectos, más dinero nos cuesta", asegura Carrillo, quien también es parte del Comité de 100.

Ambos coinciden en que un camino a la ciudadanía para ciertos migrantes —que sumarían millones— es posible. Creen que así contribuirían más con la economía del país, como han advertido las organizaciones.

Sánchez asegura que "no se puede negar" la presencia de 12 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos. Dice que fueron ellos quienes levantaron los negocios durante la pandemia, cuando muchos dejaron de trabajar al recibir las ayudas del gobierno. Cree que Trump, al ser empresario como él, entiende las razones por las que hay que dar ese paso: "Él reconoce la necesidad de los trabajadores esenciales y por eso creemos que va a pasar algo".

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