En octubre de 2020, Ciudad Juárez inauguró un albergue para menores no acompañados que querían llegar a Estados Unidos pero fueron detenidos en el camino, en México. "A partir del año 2018 se empezó a notar un aumento en este tipo de migración de niños no acompañados que no podían ser resguardados en otros albergues porque ya se había rebasado la capacidad", cuenta José Villa, director del Centro Integral de Atención a Niñas, Niños y Adolescentes Migrantes 'Noemí Álvarez Guilla'. Tienen una capacidad para recibir a 70 menores: a inicios de abril de 2021 tenían 60. Crédito: Anna Clare Spelman/Univision
Del total de niños, 60% son mexicanos que vienen repatriados de Estados Unidos. Es un número que ha ido en aumento desde 2020, según Villa. El año pasado, hasta abril, contaban 300 niños devueltos; en lo que va de año cuentan el doble. El resto de menores que duermen en el lugar vienen de Guatemala, Honduras, El Salvador, Ecuador, Nicaragua y Brasil. Crédito: Anna Clare Spelman/Univision
El tiempo promedio que los menores duran en este albergue es variable. Si son mexicanos, sus casos pueden resolverse entre uno y siete días. Los extranjeros pueden pasar hasta tres semanas. Quienes quieren pedir refugio en México permanecen allí hasta que cumplen los 18 años. Todos los casos son evaluados individualmente. Crédito: Anna Clare Spelman/Univision
Carla y Jimena Márquez son dos hermanas hondureñas de 14 y 9 años que fueron detenidas por las autoridades mexicanas cuando intentaban llegar a Estados Unidos para reunirse con su mamá. El albergue está facilitando este proceso, incluso en el aspecto jurídico. Casos como el de ellas representan apenas entre 1 y 5%. La mayoría de los niños que reciben, buscan emigrar para mejorar su situación económica y la de su familia, pero no porque iban a reencontrarse con algún familiar. Otro tanto lo hace huyendo de la violencia en sus países. Crédito: Anna Clare Spelman/Univision
Los jóvenes se encargan de asear sus habitaciones, lavar la ropa y mantener limpias las entradas de los dormitorios. También hay grupos que atienden la cocina. Carla dice que juega al fútbol y con las niñas del albergue para que así pase rápido el tiempo y pueda estar con su mamá. Crédito: Anna Clare Spelman/Univision