¿Es necesario dar jabón, pasta de dientes o cobijas a los menores detenidos? El gobierno de Trump cree que no
Una abogada del Departamento de Justicia se presentó esta semana ante la Corte del Noveno Circuito para defender un argumento del gobierno: que no es requerido que a los niños migrantes detenidos en centros de procesamiento de la Patrulla Fronteriza (CBP) se les dé un cepillo y pasta de dientes, jabón, una cobija para el frío o que simplemente puedan dormir.
Los tres jueces del cuestionaron, incrédulos, la postura oficial: "¿De verdad vas a pararte ahí a decirnos que tener la posibilidad de dormir no es una cuestión de brindar condiciones de seguridad y sanidad? (...) No puedes estar bien como ser humano si no puedes dormir", dijo el martes la jueza de distrito Marsha Berzon antes de que la abogada del gobierno, Sarah Fabian, iniciara su apelación a una decisión tomada por un juez de distrito en julio de 2017, que halló que los niños migrantes y sus padres eran recluidos por CBP en centros insalubres, hacinados, sometidos a temperaturas gélidas y privados del sueño o del a los baños.
Para Fabian —para el gobierno—, las peticiones hechas por el juez en 2017 no están detalladas como requisitos en el Acuerdo Flores de 1997. Este documento estableció estándares mínimos para la reclusión de menores de edad que llegaran a Estados Unidos solos, sin sus padres. Definió las condiciones de esa detención, el tiempo máximo de permanencia de los niños (72 horas) y los términos para que pudieran ser liberados.
El juez William Fletcher le reclamó a Fabian su interpretación del documento: "Es lo suficientemente obvio que, si pones a la gente en espacios hacinados para que duerma en el suelo de concreto con una manta de aluminio, no se cumple el acuerdo", dijo.
A eso, la jueza Berzon agregó que una decisión de la Corte Suprema establece como "inconstitucional" que no se le permita dormir a la gente sin hogar. Y la abogada replicó: "No estamos hablando de un estándar constitucional".
Luego pasaron al tema de la higiene personal. "Tener jabón es parte de la seguridad y la higiene. ¿Está usted opuesta a eso?", preguntó el juez Fletcher.
—La corte no encontró que las condiciones no eran salubres y seguras; encontró que al no proveer esas cosas se está rompiendo el acuerdo— dijo la abogada.
— Creo que es un acuerdo común que, si no tienes cepillo de dientes, jabón y una cobija no hay una condición de seguridad e higiene. ¿No está de acuerdo con eso todo el mundo? ¿Está usted de acuerdo con eso?— le replicó el juez A. Wallace Tashima.
—Creo que estas cosas pueden probablemente ser parte de lo que se considera seguro e higiénico—respondió ella.
—¿Probablemente? —replicó el juez Tashima. Son una parte. ¿Por qué dice que probablemente? ¿Hay alguna circunstancia en la que una persona no deba tener pasta de diente, cepillo y jabón por días?
La abogada cerró explicando que los niños permanecen en custodia de CBP por períodos más cortos mientras son procesados, por lo que, dijo, que estas cosas pudieran no ser requeridas.
"Una abominación"
Tras conocerse lo ocurrido en esa audiencia, Sandra Cordero, directora de la organización Families Belong Together, aseguró en un comunicado que se trata de una "abominación": "Seis niños han muerto en custodia de los Estados Unidos y la istración del presidente tiene la osadía de mandar a un abogado del gobierno a defender negarle jabón a los mismos niños que siguen forzando a dormir en el piso dentro de las hieleras. No es ni seguro ni sanitario".
La agencia AP publicó este viernes una historia en la que abogados denuncian las condiciones de permanencia de los niños en los centros de procesamiento: hablan de niños que son cuidados por otros niños, de la mala calidad de la comida, de la falta de agua y de las escasas medidas de higiene. "Un agente de la Patrulla Fronteriza entró a nuestra habitación con un niño de dos años y nos preguntó: '¿Quién quiere cuidar a este pequeño?'. Otra niña dijo que se haría cargo de él, pero perdió el interés luego de algunas horas y yo lo estoy cuidando desde ayer", contó una de las jóvenes a uno de los abogados que participó de la inspección acordada con las autoridades.
El profesor de leyes Warren Binford dijo a AP que durante las entrevistas a los niños en una sala de conferencias había algunos menores tan cansados que se habían quedado dormidos en sillas o sobre la mesa del lugar.
Los niños explicaban que habían comido avena, una galleta y una bebida endulzada en la mañana; que habían almorzado noodles y cenado un burrito y una galleta. No mencionaron ni frutas ni vegetales como parte de la dieta que consumían. Explicaron que podían pasar semanas sin bañarse o cambiarse la ropa.
En los últimos meses, las autoridades migratorias han insistido en que existe una crisis humanitaria sin precedentes en la frontera sur de Estados Unidos. En mayo, CBP arrestó a 132,887 inmigrantes, en su mayoría centroamericanos, que llegaron para pedir asilo. El número supera en 32% las detenciones que se habían registrado en abril. Los voceros del gobierno han asegurado que los recursos son escasos para atender esta oleada de personas que llegan por la frontera sur y que bajo esas condiciones no pueden garantizar la seguridad de los detenidos.
Al menos cinco menores han muerto desde diciembre, la mayoría por enfermedades virales que se complicaron mientras estaban en custodia de las autoridades.
Y las denuncias sobre las malas condiciones de los centros de detención no han cesado. El propio inspector general del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) publicó recientemente dos reportes en los que demuestra que en sus revisiones a centros de procesamiento de CBP halló una "peligrosa sobrepoblación" de inmigrantes recluidos en condiciones insalubres. El lugar tiene una capacidad máxima instalada para recibir 125 personas al mismo tiempo, pero encontraron más de 700; y el a las duchas o a ropa limpia era restringido.
Y en cuatro espacios del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) hallaron problemas de salubridad a todo nivel: comida expirada o podrida; baños con moho en las paredes, techos, en los sistemas de ventilación y en las duchas; a los detenidos no se les da ropa de su talla ni se les repone el kit de higiene con jabón, desodorante y cepillo y pasta de dientes.