¿Está preparado EEUU para una reforma migratoria por méritos? Esto dice un estudio
La primera vez que el presidente Donald Trump habló de una reforma migratoria basada en ‘méritos’ o ‘puntos’ fue en agosto de 2017 cuando respaldó un plan que en marzo de ese año presentaron los senadores republicanos Tom Cottom (Arkansas) y David Perdue (Georgia).
Según el mandatario, la iniciativa requiere que los inmigrantes favorecidos para entrar a Estados Unidos deberán demostrar, entre otros requisitos, que hablan inglés, puedan mantenerse financieramente y contribuyan con la economía de Estados Unidos.
De inmediato saltaron las alarmas. ¿Qué sucederá con los 11 millones de indocumentados que ya se encuentran en Estados Unidos? ¿Y con aquellos que están en espera de una visa o la green card (tarjeta de residencia)? ¿Y los familiares inmediatos (cónyuges e hijos) de ciudadanos estadounidenses y residentes legales permanentes? ¿Qué sucederá con quienes no ganan mucho? ¿Y los que no hablan un inglés fluido?
El pasado 10 de julio Trump volvió a hablar del tema. Durante una entrevista a la cadena Telemundo, el mandatario dijo que trabajaba en una profunda “reforma migratoria” por medio de una orden ejecutiva que impondría un sistema basado en méritos. Aunque también, en la misma entrevista, dijo que sería “un gran proyecto de ley”, proceso que en este caso deberá contar con el respaldo de ambas Cámaras del Congreso y de ambos partidos.
Hasta ahora ninguna de las posibilidades sugeridas por el mandatario se ha concretado. Mientras tanto, dos profesores de la facultad de leyes de la Universidad de Cornell (Nueva York), elaboraron un estudio enfocado en el tema donde recomiendan que, antes de aprobarse un cambio a la legislación vigente, se implemente un programa piloto teniendo en cuenta aciertos y fracasos registrados en otros países como Canadá y Australia, dos ejemplos mencionados por Trump.
El estudio
Titulado ‘Recruiting for the Future: A Realistic Road to a Points-Tested Visa Program in the United States’, los profesores Stephen Yale-Loehr y Mackenzie Eason explican que la idea no es nueva, y la discusión sobre el tema existe desde hace más de 40 años en los que académicos y legisladores “han estado debatiendo” sin alcanzar acuerdos.
A pesar de contar con apoyo bipartidista, los esfuerzos para adoptar una reforma o plan migratorio por méritos, habilidades o por puntos para seleccionar trabajadores extranjeros “no han tenido éxito”, señalan.
En cuanto al actual debate, Yale-Loehr y Easson advierten que el plan “está de vuelta en el centro del debate público después de que el presidente Trump le dio vida”. Y que los pedidos formulados hasta ahora por el mandatario, de una reforma de inmigración basada en mérito “que harían que Estados Unidos sea más efectivo al traer al mejor y más brillante trabajador del mundo y hacer al país más competitivo en el mercado mundial” no ha tenido progreso alguno porque “este objetivo no ha sido acompañado por ninguna propuesta de política” que detalle de qué se trata y cómo será implementado.
Existe interés y entusiasmo por modernizar el sistema de inmigración vigente desde 1965 y existe evidencia que reclama un cambio. Pero al no haber un plan legislativo, los autores recomiendan al gobierno crear “un pequeño programa piloto que asigne 50,000 tarjetas verdes (además de la cuota actual) cada año a los candidatos seleccionados a través de un novedoso programa de selección basado en puntos”.
Junto con este pequeño programa piloto, los autores del informe “recomiendan crear una serie de apoyos istrativos destinados a garantizar que este programa sea efectivo, flexible y transparente”. Y advierten que, para conocer realmente si el país está preparado para un cambio en esta dirección, “deben implementarse pautas y apoyo financiero para la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) u otra agencia ejecutiva para recopilar datos vinculados a largo plazo sobre los resultados de empleo de trabajadores extranjeros itidos; disposiciones que requieren una revisión periódica del programa por parte de los comités del Congreso pertinentes; y el establecimiento de una junta asesora permanente compuesta por expertos en inmigración y partes interesadas”.
Demasiadas preguntas
El estudio plantea que la mayoría de los países que han implementado un sistema migratorio por méritos, tal el caso de Canadá o Australia, se han basado en la oferta, pero también en la política migratoria del gobierno, situación que lleva a debatir si los cambios propuestos responderán o no a la demanda del mercado laboral.
“Ningún país tiene un sistema de inmigración que esté completamente dirigido por el empleador”, advierten. “En estos, los empleadores que buscan contratar trabajadores extranjeros deben hacerlo de acuerdo con los parámetros reglamentarios establecidos por los funcionarios del gobierno o la legislación nacional. E incluso en los sistemas más impulsados por la demanda, la prueba de una oferta de empleo es una condición necesaria, pero no suficiente para la isión ya que las solicitudes de visa a menudo están sujetas a varios requisitos secundarios”.
Es aquí donde se detienen para advertir que, sin un proyecto de ley en concreto para conocer los detalles y requisitos de un programa basado en méritos o puntos, no se sabe si la idea es segmentar la inmigración en base a la política migratoria del gobierno de Trump, o que responda a las necesidades del país y de los empleadores.
“Ejemplos comunes de estos incluyen requisitos de salario mínimo (destinados a proteger a los trabajadores extranjeros y nativos por igual contra la supresión de salarios); pruebas del mercado laboral que evalúan si hay trabajadores nativos igualmente calificados que podrían ocupar el puesto (destinado a incentivar la contratación de trabajadores nativos); y requisitos mínimos de calificación (destinados a garantizar que los trabajadores extranjeros estén sujetos a los mismos estándares de calificación que los trabajadores nativos)”, señalan.
Nada de estas pautas se conocen por el momento por parte de la Casa Blanca o del presidente.
Basado en qué
Otra de las preocupaciones señaladas en el estudio se relacionan con la implementación del sistema de puntos o méritos para calificar a un potencial extranjero para emigrar a Estados Unidos.
“Aunque los términos ‘inmigración basada en el mérito’ y ‘selección basada en puntos’ se han utilizado con frecuencia en los debates sobre la política de inmigración durante décadas, estos términos y las relaciones entre ellos son comúnmente mal interpretados por las figuras políticas y el público en general”, indica.
Parte de esta confusión, agrega, es el resultado de desacuerdos sobre terminología entre académicos y expertos en políticas migratorias. “En algunos casos, diferentes autores continúan usando una variedad de términos para referirse más o menos al mismo concepto, como en el caso de ‘basado en mérito’, ‘basado en habilidades’, ‘basado en talento y conocimiento’”.
Otros utilizan este sistema para responder a un interés político en particular o para filtrar la inmigración legal en respuesta a una política o ideología de gobierno.
La mayor parte de la confusión “es el resultado de que estos términos se han convertido en palabras de moda políticas, adquiriendo una segunda capa de significado”, escriben los autores del estudio. Y añaden que “anteriormente sólo eran utilizados en su sentido técnico por los expertos en políticas de inmigración, pero ahora han comenzado a ser utilizados por figuras políticas y comentaristas como taquigrafía retórica o para señalar la lealtad a un conjunto más amplio de compromisos ideológicos y preferencias de política”.
“Esta adopción retórica y política de estos términos resulta, por ejemplo, en frases como "reforma migratoria basada en el mérito" que contiene dos capas de significado: una que se refiere a un cambio en la forma en que se ejecutan las políticas y programas económicos de inmigración y el otro se refiere a un cambio en el equilibrio entre las corrientes de inmigración familiar y económica”, indican.
El plan de Trump
Hasta ahora lo único que se conoce del sistema mencionado por Trump se relaciona con un plan elaborado por su yerno, Yared Kushner, quien tomó como punto de partida la iniciativa de los senadores Perdue y Cotton.
De acuerdo con un anuncio hecho el año pasado, el plan de reforma migratoria por méritos del presidente deja fuera a los dreamers e ignora la totalidad de los 11 millones de indocumentados que viven en el país. También incluye modificaciones a la Ley de Asilo, acelera las deportaciones y establece un complejo sistema de migración legal basado en méritos.
La propuesta selecciona a los inmigrantes en función de un sistema de puntos con tres categorías de alta habilidad: talento extraordinario, vocación profesional especializada y expedientes académicos excepcionales.
El proyecto estipula además que el inmigrante que entra legalmente, además de tener visa, debe saber hablar inglés, demostrar que puede mantenerse financieramente durante su permanencia y contribuir significativamente al país.
El proyecto Perdue-Cotton recomienda además modificar los requisitos que regulan la petición de familiares inmediatos (cónyuges, hijos, padres y hermanos) por parte de ciudadanos y residentes legales permanentes. Hasta ahora, ciudadanos pueden pedir la green card de familiares inmediatos, y los residentes se rigen por un sistema de cuotas y preferencias regulado por el Boletín de Visas.
El plan cambia los requisitos para pedir familiares inmediatos. Aunque no altera la petición de cónyuges e hijos menores de edad por parte de ciudadanos, sí deja fuera la petición de padres y hermanos por parte de residentes, quienes hasta ahora pueden ser reclamados para obtener una residencia.
En cuanto a los padres ancianos de ciudadanos estadounidenses, y que necesitan ser cuidados, el plan señala que podrán recibir visas temporales renovables.
También cambia la lista de requisitos para la obtención de visados de no inmigrante y para asegurar que la persona que ingresa a Estados Unidos solo permanezca el tiempo autorizado, no se quede más tiempo que el autorizado y no se convierta en una carga pública.
Yale-Loehr y Eason advierten que, hasta ahora, los anuncios hechos por el gobierno sobre una reforma migratoria por méritos no mencionan los aportes que hacen los inmigrantes que ya están en Estados Unidos ni tampoco despejan las dudas en cuanto a si el sistema de inmigración basado en puntos mencionado por Trump “es una herramienta de política que ofrece a los encargados de la formulación de políticas una manera de garantizar que los criterios de selección múltiples y ponderados se apliquen de manera consistente a las solicitudes de visa”.