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Redadas

La madre de esta bebé fue detenida en las redadas de Mississippi, ahora piden su liberación por motivos humanitarios

María, una migrante mexicana que lleva más de una década en EEUU, fue detenida la semana pasada cuando trabajaba en una planta procesadora de pollo dejando atrás a 3 niños de entre 11 años y 4 meses, ésta última una bebé a la que aún amamantaba. Los pequeños se han quedado a cargo de su padre, un guatemalteco que también tiene un proceso de deportación pendiente.
16 Ago 2019 – 07:05 PM EDT
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Según el padre de Jakeline, la pequeña llora cuando llegan sus horas de mamar. "Yo la abrazo y la consuelo", dice. Crédito: Dalila Reynoso

La familia de una bebé de gran operativo de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).

La mujer, que es además madre de otros dos niños, Alan, de 3 años, y Henry, de 11, fue una de las 680 personas detenidas el 7 de agosto pasado, cuando Migración visitó cinco compañías alimenticias que operan en seis pequeñas ciudades de Mississippi.

"Mis nenes la necesitan, sobre todo la pequeña, porque ella le da el pecho", le dice a Univision Noticias su padre Mario (nombre ficticio para proteger su identidad). "Se pone a llorar a la hora que ella mama. Yo la abrazo y la consuelo", afirma.

Según este guatemalteco que lleva 17 años en EEUU y que también tiene un proceso de deportación pendiente, el mayor de sus hijos entiende un poco mejor la situación, mientras que el mediano, de 3 años, le pregunta si su mamá no va a volver y si les ha dejado de querer. "Yo le digo que su mamá está trabajando para comprarles dulce y helado", afirma.

Y mientras se apoya en su fe para confiar en que su esposa volverá a casa, el hombre recibe la ayuda de su iglesia, además de una organización promigrante y una abogada pro bono que están trabajando por la liberación de María.

"Ella lloraba y me decía que cuidara a los niños"

La última vez que Mario vio a su esposa fue el miércoles pasado cuando se preparaba para ir a trabajar en la planta procesadora de pollo Koch Foods, donde laboraba desde hace más de tres años pese a no tener documentos.

Según cuenta, la pareja tenía todos los días la misma rutina: como su esposa entraba a trabajar a las 6 de la mañana, él se encargaba de llevar a su hijo mayor a la escuela y a los dos pequeños al lugar donde los cuidan antes de comenzar su jornada de trabajo en las yardas (como jardinero) sobre las 8 de la mañana.


Pero aquel miércoles, dice, se quedará marcado en el calendario para siempre. Él se enteró de la redada por la llamada de una tía suya y lo primero que pensó fue en su esposa y sus hijos.

"Ese día me quedé esperando. No trabajé el jueves, no trabajé el viernes, no trabajé el sábado...", relata. Su esperanza era que, como pasó con unas 300 personas que fueron liberadas a la espera de sus procesos de deportación, a María también la mandaran en un autobús de vuelta a casa.

Pero él no tuvo noticias de su esposa hasta el sábado por la tarde cuando María le llamó desde un centro de detención en Louisiana. "Ella lloraba y me decía que cuidara a los niños", recuerda. "Yo solo le decía: 'Tú y yo vamos a luchar juntos. Estamos en esto juntos'".

Aunque no se lo dijera a su esposa, a Mario también le preocupa mucho cómo van a sacar la familia adelante ahora que ella está detenida y que él ha tenido que reducir su horario laboral para poder cuidar de sus hijos.

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ICE mantiene detenida a madre lactante que además de la bebé tiene a otros dos hijos estadounidenses


Además, él también tiene un proceso de deportación pendiente después de que hace dos años le detuviera la policía local por manejar sin licencia y le mandaran al mismo centro de detención donde ahora está su esposa. En esa ocasión, él logró salir después de que la cuestionada empresa Libre by Nexus cubriera su fianza de inmigración.

"Yo apenas estoy saliendo ahora de la gran deuda con la compañía Nexus y dije: '¿qué voy a hacer si todavía estoy pagando lo mío y ahora ella?' Lo poco que ganamos es para los niños", afirma el hombre.

María "no se puede creer lo que está pasando"

Mario le prometió a su esposa que haría lo posible para sacarla del centro de detención. Y aunque sabe que esa decisión depende de las autoridades migratorias, ya está en o con una abogada que está ayudándole.

"Estamos tratando de sacarla bajo fianza porque no es un riesgo para la comunidad, no presenta un riesgo de fuga y no tiene récord criminal", afirma Juliana Manzanárez, la abogada de la firma de Arizona Ybarra Maldonado & Associates que ayuda a la familia de manera gratuita.

"María tiene tres hijos que son ciudadanos estadounidenses que van a sufrir si no la dejan libre", explica Manzanárez . "La más pequeña necesita especialmente a su mamá porque aún estaba dándole lactancia".

ICE dijo no saber que la mujer tenía una bebé tan pequeña. "¨Todos los detenidos reciben un examen médico al momento de ser detenidos", le dijo el portavoz de ICE Según Bryan Cox a Univision. "Si nos indica que está todavía alimentando a su bebé, la hubiésemos dejado en libertad"

Su abogada atribuye eso a una falta de comunicación, ya que en ocasiones los migrantes tienen miedo y se ponen nerviosos al hablar con las autoridades.

Manzanárez está ayudando a la familia tras conocer del caso por su amiga Dalila Reynoso, de la organización Justice for Our Neighbors, quien viajó de Texas a Mississippi al día siguiente de las redadas, conoció a la familia de María y el pasado domingo se fue a visitarla al centro de detención a donde la trasladaron.

"Cuando la visitamos no se veía muy bien. Le hacíamos preguntas y se tardaba un tiempo en responder. Parecía deprimida. Se miraba como que no podía creer lo que estaba pasando", afirma Reynoso al recordar que la mujer tenía la mirada perdida y preguntaba sobre su hija.

Mientras la abogada intercede por la liberación de María, el padre de los niños está volcado en su cuidado y en tratar de que se resientan lo menos posible por la ausencia repentina de la madre.


El padre Roberto Mena, reverendo de la iglesia católica St. Michael en Forest, dice que la familia se está apoyando mucho en la fe para superar este momento y en los de la congregación que ayudan a Mario a cuidar a los niños.

"El señor tiene mucho estrés por esta situación. Trabaja seis horas al día y el resto del tiempo lo dedica a cuidar a los niños", afirma Mena quien se dice desbordado tras las redadas que afectaron a la mitad de la población de las iglesias que atiende en las ciudades de Morton y Forest.

Por su parte, Mario espera que su esposa pueda salir del centro de detención para poder cumplir el plan que ambos tenían para sus tres hijos: "Esperamos que estudien y logren algo en la vida", dice. "Con esfuerzo lo que ganamos se lo damos a nuestros hijos para que no tengan que sufrir lo que nosotros sufrimos en nuestros países".

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