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Obispos católicos califican las órdenes ejecutivas inmigratorias de Trump de "inhumanas"

Jerarcas de la Iglesia Católica le advierten al presidente que su política sobre inmigración es contraria a los principios de Estados Unidos.
1 Feb 2017 – 05:13 PM EST
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El cardenal de Newark, Joseph Tobin. Crédito: Getty Images

Las órdenes ejecutivas que el presidente Donald Trump firmó la semana pasada para poner fin a la inmigración indocumentada y detener la entrada de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, no contaron con la simpatía de la Iglesia Católica estadounidense.

“Nuestra misión es clara: estamos llamados a escuchar el lamento del pobre y estamos llamados a abrir nuestras puertas al extraño que llama, y a buscar el rostro de Cristo que viene a nosotros en el inmigrante y el refugiado”, escribió en un artículo monseñor José Gómez, arzobispo de Los Angeles, California, y vicepresidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB).

Gómez dijo además que “no parece haberse pensado mucho” en la legalidad de los decretos del presidente Trump, “o en explicar su razón de ser o considerar las consecuencias prácticas para millones de personas aquí y en todo el mundo”.

El prelado precisó que, si bien se detuvo el ingreso al país de refugiados provenientes de siete países del medio Oriente y del Norte de África, “la amplia mayoría de países de mayoría musulmana no fueron afectados”, como por ejemplo Arabia Saudí, Pakistán y Afganistán “que tienen problemas reales con el terrorismo”.

Pero “eso no hace que estas órdenes sean menos preocupantes”, apuntó.

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El gobierno de Trump busca ampliar la capacidad de detención de inmigrantes indocumentados

Las órdenes del presidente

En las dos primeras órdenes ejecutivas firmadas por Trump el miércoles de la semana pasada, el mandatario decretó que la inmigración indocumentada es un peligro para la seguridad nacional y pública, ordenó arrestos y deportaciones expeditas, y el inicio de la construcción del muro en la frontera con México.

También fijó nuevas prioridades de deportación que afectan a indocumentados que han cometido delitos, incluso aquellos curos casos no han finalizado. Y otorgó autoridades extraordinarias a los agentes de la Patrulla Fronteriza para deportar a personas que consideren que con una amenaza para el país.

En otra orden firmada el viernes, el presidente frenó la entrada de refugiados de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen, eliminó el programa de refugiados sirios, y prohibió temporalmente la entrada de ciudadanos de esos países con visas de inmigrante y no inmigrante hasta revisar la seguridad de los sistemas.

Entre la vida y la muerte

Detener la isión de refugiados podría no verse como un tiempo largo. “Pero para una familia huyendo de una nación destrozada por la guerra, o la violencia de los carteles de la droga, o de señores de la guerra que fuerzan incluso a niños a enrolarse en sus ejércitos, esto podría significar la diferencia entre la vida y la muerte”, advirtió Gómez.

“Es un hecho simple que no todos los refugiados son terroristas, y los refugiados no son siquiera la principal fuente de amenazas a nuestro país”, añadió.

Al comentar el hecho que en una de las órdenes Trump pidió dar prioridad a cristianos y otras minorías religiosas, el Arzobispo de Los Ángeles preguntó: “¿Quiere Dios que nuestra compasión por la gente se detenga en las fronteras de Siria? ¿Vamos ahora a decidir que algunas personas no merecen nuestro amor porque tienen diferente color de piel, una religión diferente o nacieron en el país ‘equivocado’?”

“En el nombre de mostrar inflexibilidad y determinación, estamos comunicando al mundo una dura indiferencia”, lamentó el religioso. Y dijo que el problema de la inmigración indocumentada no se arreglará con órdenes ejecutivas, sino con una reforma migratoria en el Congreso.

Familias amenazadas

Por aparte, el Arzobispo de Newark, Cardenal Joseph Tobin, dijo que las políticas inmigratorias de Trump son “inhumanas” y “destruyen familias y comunidades”.

Trump “no muestra que Estados Unidos sea una nación abierta y acogedora. Es lo opuesto de lo que significa ser estadounidense””, agregó. “Cerrar las fronteras y construir muros no son actos racionales. Las detenciones masivas y las deportaciones al por mayor no benefician a nadie ya que esas políticas inhumanas destruyen a las familias y las comunidades”.

Tobin también dijo que “de hecho, amenazar a las llamadas ´ciudades santuario´ con el retiro de fondos federales para servicios vitales como la salud, la educación y el transporte no reducirá la inmigración. Solo dañará a la gente buena de esas comunidades”.

El Cardenal de Newark recordó que “durante más de 260 años” Estados Unidos ha abierto los brazos a distintos grupos “como los irlandeses, los alemanes, los italianos, los polacos, los húngaros, los judíos y los vietnamitas” que llegaron en busca de una nueva vida y oportunidades para ellos y sus hijos. Cuando esos grupos tuvieron que afrontar el “miedo irracional, el prejuicio y la persecución, la clara benevolencia de Estados Unidos eventualmente triunfó”, concluyó el religioso.

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