La política de refugiados de Biden abre una puerta de entrada a EEUU, aunque estrecha
El anuncio hecho la semana pasada por el gobierno de Joe Biden de ampliar la cuota anual de refugiados y deshacer lo actuado por Donald Trump en los últimos cuatro años, le permitirá al Departamento de Estado recuperar una política aprobada por el Congreso hace más de cuatro décadas.
"Hoy voy a aprobar una orden ejecutiva para comenzar el duro trabajo de restaurar nuestro programa de isiones de refugiados para contribuir a responder a una necesidad global sin precedentes", aseguró el presidente el martes de la semana durante la firma de tres órdenes ejecutivas que revierten parte de la política de tolerancia cero de Donald Trump.
Una de ellas, enfocada en el restablecimiento del sistema migratorio, incluye el tema de los refugiados y la recuperación de la política que aprobó el Congreso en los 80 y que Trump desarticuló a golpe de decretos y memorandos que redujo drásticamente la cuota anual de refugiados a 15,000 para el 2021.
En 2016, el último del segundo gobierno de Barak Obama y del cual Biden era vicepresidente, Estados Unidos itió unos 100,000 extranjeros bajo ese estatus.
La política de Trump
En julio de 2016, siete meses antes de instalarse en la Casa Blanca, Trump aseguró que había "flujo masivo" de refugiados sirios hacia Estados Unidos, pero no explicó que existía un largo camino para conseguir un permiso de entrada al país. Lo hizo durante la convención del Partido Republicano cuando acepto la candidatura para presidente.
Tras las palabras del entonces candidato surgieron interrogantes en torno al programa de refugiados. ¿Por qué no se explica detalladamente? ¿Cuántos se han tomado la molestia de revisarlo y conocerlo? ¿Los ataques solo son parte de una estrategia de campaña? ¿Es cierto que a Estados Unidos entran "flujos masivos" de refugiados, como aseguraba Trump?
Hay que ser realistas
“No sabemos cuánto éxito tendrá Biden en deshacer la política migratoria de Trump y recuperar lo que aprobó el Congreso y promete Biden”, dice Lilia Velásquez, profesora adjunta de la facultad de leyes de la Universidad de California en San Diego.
“La propuesta Biden contiene muchas disposiciones, incluyendo el tener centros para que las personas se registren fuera de Estados Unidos solicitando refugio. Eso también le quita la presión a la política de asilo”, agrega.
Velásquez dice además que “tanto en la política de refugiados como en la de asilo, si vemos los números de personas que son aprobadas y las comparamos con el número de solicitudes, nos llevamos la desagradable sorpresa que la cifra es pequeña. Usted tiene el derecho de solicitar refugio o asilo, pero eso no quiere decir que quien lo aprueba le concederá el beneficio. Todo depende la evidencia que se adjunta con una solicitud. Hay que ser realistas”.
El programa actual
La Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) explica que, “si usted huye de una guerra civil o un desastre natural, no puede ser elegible para reasentamiento bajo las leyes estadounidenses”.
Sin embargo, explica, “podría estar bajo la protección del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Señala además que generalmente, la persona que pide refugio “debe estar fuera de su país de origen para ser elegible al programa estadounidense”.
Y advierte que, “aunque determinemos que usted es un refugiado, debe ser isible a Estados Unidos”. Y que durante el proceso “se podría determinar que usted es inisible por una variedad de razones, incluidos crímenes, salud o razones relacionadas a seguridad”.
“No se le puede considerar para el estatus de refugiado si usted ha ordenado, incitado, ayudado, o de alguna manera participado en la persecución y daño a cualquier persona por razones de raza, religión, nacionalidad, opinión política, o por pertenecer a un cierto grupo social”, señala el reglame.
Las prioridades
El reglamento señala que Estados Unidos clasifica por prioridades a aquellas personas que deberán ser consideradas para el estatus de refugiados:
- Primera Prioridad: Casos que han sido identificados y referidos al programa de ACNUR, una embajada estadounidense o una organización no gubernamental (ONG);
- Segunda Prioridad: Grupos de especial interés humanitario identificados por el programa de refugiados de EEUU; y
- Tercera Prioridad: Casos de reunificación familiar (cónyuges, hijos solteros menores de 21 años, y padres de personas itidas legalmente a Estados Unidos en calidad de refugiados o asilados o residentes permanentes (titulares de Tarjeta Verde) o ciudadanos estadounidenses que anteriormente hayan tenido estatus de refugiado o asilado).
Todas las solicitudes de refugiado están sujetas al más alto grado de investigación de seguridad y verificaciones de antecedentes como cualquier otro viajero que venga a Estados Unidos, ha advertido el servicio de inmigración.
Bajo la era Obama
El reglamento elaborado por la USCIS bajo la era Trump cambió el tono del lenguaje, pero sigue siendo similar al que funcionó bajo la era Obama. Y al igual que ahora, lo cierto es que se trata de un complejo laberinto de regulaciones que, no solo garantizaba un alto estándar de seguridad nacional, sino que además el proceso para viajar a Estados Unidos demoraba más de dos años, en la mayoría de los casos.
Cada solicitud estaba sujeta a exhaustivas verificaciones de seguridad de datos biográficos y datos biométricos, y en el proceso participaban varias agencias federales del orden público e inteligencia. “Estas verificaciones son revisadas y mejoradas de manera continua para atender poblaciones específicas que pudieran crear amenazas particulares”, indicaba el antiguo reglamento.
A su vez, el Departamento de Estado (DOS) desempeñaba un papel clave de coordinación y de preparación de expedientes, recopilación de datos y asuntos de papeleo durante el proceso de isión.
Los peticionarios de refugio también eran sometidos a entrevistas individuales, lo que incluía identificar si cumplen con la definición de refugiado, y si son de alguna otra manera isibles a Estados Unidos bajo las leyes estadounidenses, lo mismo que advierte el reglamento actual.
La hoja de ruta
Una vez el refugiado se registra en la oficina de ACNUR, pasa un primer control de seguridad y verificación de antecedentes y datos biográficos. Le siguen una serie de entrevistas en diversos niveles, revisión de informes, estudio de resultados de verificaciones de seguridad y aprobaciones.
Entre las verificaciones se incluye la Policía Internacional (Interpol) y la Agencia Antidrogas (DEA).
Luego se incluyen exámenes médicos y envío de toda la documentación a la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP), agencia federal que determina si el solicitante es isible en Estados Unidos y lo ite en el país en calidad de refugiado.
El DOS advierte que todo este proceso puede demorar más de dos años desde el momento en que se presenta la solicitud de refugiado.
“Sabemos que para que este anuncio (de cambio en la política de refugiados) se realice plenamente, queda mucho trabajo por hacer”, dice Manar Waheed, abogado principal legislativo y de defensa de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).
Elissa Díaz, copresidenta de la Coalición de inmigración interreligiosa (CII) y gerente de políticas y defensa de Church World Service, una de organización sin fines de lucro que trabaja con el gobierno para reasentar y ayudar a los refugiados a construir nuevas vidas en Estados Unidos, dijo que “este es un paso prometedor para restaurar el liderazgo humanitario de nuestra nación, e instamos a la istración Biden a tomar medidas adicionales para aumentar y fortalecer nuestra capacidad de acogida".
Los cambios propuestos por Biden demorarán al menos 90 días. Ese fue el tiempo que fijó para que los secretarios de Estado, Seguridad Nacional (DHS) y el Fiscal General le entregien un informe con sus recomendaciones.
"Pero el Fiscal General Merrick Garland (nominado por Biden) todavía no ha sido confirmado por el Senado", apuntó Velásquez.