Carolina del Sur ejecuta a Freddy Owens, la primera pena de muerte en llevarse a término en el estado en 13 años
Pese a que el principal testigo en su contra dijo que mintió al inculparlo, Khalil Divine Black Sun Allah, de 46 años, fue ejecutado este viernes en Carolina del Sur por el asesinato de una trabajadora de una tienda de conveniencia en 1997, un crimen que siempre dijo no haber cometido.
La ejecución por inyección letal ocurrió en una prisión de Columbia, Carolina del Sur, en medio de críticas de organismos civiles que acusaron a las autoridades de haber llevado a cabo una injusticia al acabar con la vida de una persona inocente.
Allah había pedido clemencia en distintas ocasiones al gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster.
Allah, cuyo nombre era Freddie Owens pero lo cambió por motivos religiosos, en 1999 fue encontrado culpable de haber disparado en la cabeza a Irene Graves, quien trabajaba tres turnos en sitios distintos para mantener a sus tres hijos.
De acuerdo con los fiscales y con un testigo que recientemente se retractó de sus dichos, Owens disparó a la mujer cuando ella le dijo que no podía abrir la caja fuerte de la tienda.
La ejecución de Allah es la primera en el estado en 13 años luego de que empresas farmacéuticas se rehusaran a venderle las dosis letales para llevar a cabo ejecuciones.
El estado logró reactivar las ejecuciones luego de que fue aprobada una ley para mantener en secreto los nombres de proveedores de esas dosis, por lo que pudo adquirir el sedante pentobarbital, que le fue istrado a Allah.
Carolina del Sur permite a los sentenciados a pena de muerte a elegir la forma de su ejecución entre inyección letal, pelotón de fusilamiento o la silla eléctrica construida en 1912.
Principal testigo se retractó de su acusación contra Allah
El principal testigo del caso, Steven Golden, quien fue cómplice del robo a Graves y dijo haber visto a Allah dispararle a la víctima, firmó el miércoles una declaración jurada en la que se retractó de la acusación.
En su nueva declaración, Golden, quien tenía 18 años al momento del crimen, dijo que aceptó declararse culpable de asesinato, robo a mano armady y conspiración criminal a cambio de acusar a Allah.
Dijo que la Policía lo presionó para acusar a Allah, quien tenía 19 años en ese entonces, y que él estaba drogado al momento de inculparlo. Golden añadió que los oficiales le ofrecieron no solicitar la pena de muerte en contra suya si cooperaba con la declaración.
“Él no es la persona que disparó a Irene Graves”, dijo Golden, quien añadió que Allah tampoco estuvo en la escena del crimen.
Agregó que era otra persona la que cometió el robo junto con él pero omitió identificarlo por temor a sufrir represalias.
“Esto ha pesado mucho sobre mi mente y quiero tener una conciencia tranquila”, sostuvo Golden.
Pero los fiscales sostienen que Allah confesó a su madre y a una novia de entonces que él había matado a la mujer. La defensa de Allah sostiene que la madre del individuo desconoció el documento que la hicieron firmar con engaños y que los dichos de una exnovia “despechada” no deberían ser tomados en cuenta.
La Fiscalía estatal además dijo el jueves que los dichos de Golden no son creíbles y la Suprema Corte del estado avaló esa postura. Los fiscales también han utilizado el asesinato de un reo a manos de Allah un día antes de su sentencia en 1999.
Después de ser declarado culpable, Allah confesó en el estrado que había asesinado brutalmente al reo Christopher Lee, quien estaba purgando una sentencia de 90 días por violaciones de tránsito.
La defensa de Allah sostiene que su cliente sería una de las personas más jóvenes al momento del crimen en ser sometido a la pena de muerte. Los abogados de Allah también dijeron que los fiscales nunca presentaron evidencia científica de que su cliente haya apretado el gatillo cuando Graves fue asesinada y que la principal evidencia en su contra fueron los dichos de Golden.
También han dicho que Allah sufrió daño cerebral tras haber sido víctima de abuso sexual y físico mientras estuvo en una prisión juvenil antes del crimen del que fue acusado.
"Khalil no debería morir por el crimen de otra persona”, dice activista
La directora ejecutiva de Carolina del Sur por Alternativas a la Pena de Muerte, Hillary Taylor, dijo que el caso de Allah era un recordatorio de que la pena de muerte no castiga a los “peores”, reportó el medio Death Penalty Information Center.
“Es sólo dictada a la gente que tienen menos capacidad para ser representados en una corte. Eso es extremadamente injusto”, dijo la reverenda. “Khalil no debería morir por el crimen de alguien más. Eso no es rendición de cuentas”.
La organizadión Carolina del Sur por Alternativas a la Pena de Muerte planea una vigilia fuera de la prisión unos 90 minutos antes de la hora prevista para la muerte de Allah.
Reactivan ejecuciones en Carolina del Sur; planean una cada cinco semanas
La última ejecución en Carolina del Sur fue en mayo de 2011. Fue necesaria una década de disputas en la Legislatura, primero añadiendo el pelotón de fusilamiento como método y luego aprobando la ley que permite mantener en secreto los nombres de las farmacéuticas proveedoras de las dosist letales, para que se reiniciara la pena capital.
Carolina del Sur ha ejecutado a 43 reclusos desde que se reinició la pena de muerte en Estados Unidos en 1976. A principios de la década de 2000, llevaba a cabo un promedio de tres ejecuciones al año. Sólo nueve estados han ejecutado a más reclusos.
Pero desde la pausa involuntaria de las ejecuciones, la población condenada a muerte en Carolina del Sur ha disminuido. El estado tenía 63 reclusos condenados a principios de 2011. Tenía 32 cuando comenzó el viernes. Unos 20 reclusos han sido sacados del corredor de la muerte y han recibido diferentes penas de prisión tras apelaciones exitosas. Otros han muerto por causas naturales.
Allah fue el primero de varios reclusos en morir en la cámara de muerte del estado en la Institución Correccional Broad River. Otros cinco reclusos ya no tienen apelaciones y la Corte Suprema de Carolina del Sur ha despejado el camino para realizar una ejecución cada cinco semanas a partir de ahora.
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