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Abortos

Uma Thurman revela su “secreto más oscuro” en protesta por la ley antiaborto de Texas

“Escoger terminar ese embarazo me permitió crecer y convertirme en la mujer que quería y necesitaba ser”, dice la actriz en un artículo de opinión donde narra por primera vez su traumática experiencia para solidarizarse con las mujeres que viven una situación similar.
23 Sep 2021 – 12:12 PM EDT
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Describe su aborto como "la decisión más dura de mi vida", aunque asegura que no se arrepiente. Crédito: Kevin Winter/Getty Images

Luego de que en Texas Uma Thurman decidió solidarizarse con las millones de mujeres que se ven afectadas por esta legislación.

La razón: estuvo en sus zapatos.

En un conmovedor artículo de opinión publicado en The Washington Post, la actriz narra con detalle el aborto al que se sometió cuando era apenas una adolescente.


En esta historia hay mucho dolor. Hasta ahora ha sido mi secreto más oscuro. Tengo 51 años y lo comparto con ustedes desde el hogar en el que he criado a mis tres hijos, que son mi orgullo y mi alegría”, dice asegurando que su aborto -que describe como “ la decisión más dura de mi vida, que me causó angustia y que al día de hoy todavía me entristece”- le permitió “crecer y convertirme en la clase de madre que quería y necesitaba ser”.

La actriz, quien estuvo casada con Ethan Hawke y con Arpad Busson, es madre de Maya (23), Levon (21) y Luna (9). Pero fueron fruto de relaciones y circunstancias muy distintas a las que enfrentó cuando siendo una adolescente y viviendo con una maleta por Europa quedó “accidentalmente impregnada por un hombre mucho mayor”, mientras trabajaba en un ambiente “donde con frecuencia era la única menor en la habitación”.

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Aunque no lo dice en su testimonio, ni queda claro si está relacionado con el aborto, hace un tiempo la actriz de 51 años confesó en una entrevista a The New York Times que cuando tenía 16 años, fue violada por un actor 20 años mayor que ella. También itió haber estado entre las víctimas de acoso sexual de Harvey Weinstein.

“Lo pasé muy mal pensando qué hacer. Quería quedarme con el bebé, pero ¿cómo?”, reflexiona Thurman en su artículo donde reconoce que “aunque ustedes no estén interesados en las opiniones de una actriz, dada esta atrocidad siento que es mi responsabilidad alzar la voz”.

A las seis semanas de embarazo, la mayoría de las mujeres no sabe que hay un feto en su vientre. Hasta el 90% de los abortos en Texas ocurren después de esa etapa, según el Centro de Derechos Reproductivos.

“Sentía que merecía todo ese dolor”

Confundida, en busca de consejos, Thurman llamó a sus padres, que estaban en el hospital pues su madre se encontraba gravemente enferma. “Jamás habíamos hablado antes de sexo y fue terrible para todos”, ite.

“Me preguntaron sobre la situación de mi relación que no era viable y me alertaron sobre lo difícil de criar sola a un bebé estando adolescente. Mi fantasía infantil de maternidad fue corrigiéndose en voz alta mientras respondía a sus preguntas muy concretas”.

Pronto llegaron a la conclusión de que “no podía llevar a cabo el embarazo” y de que “detenerlo era lo correcto”. “Se me rompió el corazón”, relata la actriz.

Acompañada por una amiga, fue a un médico en Colonia (Alemania) donde le practicaron un aborto con anestesia local. Acostada sobre la camilla, completamente consciente, mientras un doctor “muy amable” le explicaba el proceso, agradeció la compasión con la que el médico la trató.

“Me dolió muchísimo, pero no me quejé (…) Sentía que merecía ese dolor”, exclama.

Hoy, en retrospectiva, asegura no arrepentirse del camino que escogió. “Concebí a mis hermosos, mágicos hijos con hombres a los que amé y confié lo suficiente como para traer al mundo a un niño”, dice, no sin antes aclarar que también aplaude y apoya “a las mujeres que toman una decisión diferente”.

“Nadie llega a esa camilla deliberante”

Se despide asegurando que sabe que tiene mucho que perder con sus palabras, pero que espera sirvan para ayudar “a mujeres y niñas que pueden estar sintiendo vergüenza de no poder protegerse y no poder decidir”.

“Nadie llega a esa camilla deliberadamente”, recalca e insiste en que la ley de Texas es otra “herramienta discriminatoria contra mujeres en desventaja económica”.

A esas mujeres como ella, “con miedo a ser traumatizadas y perseguidas por depredadores (…) a todas las mujeres indignadas porque el estado les arrebató el derecho sobre su cuerpo, a todas las que han avergonzado por el simple hecho de tener un útero”, les da un último espaldarazo: “Las veo. Sean valientes. Son hermosas. Me recuerdan a mis hijas”.

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