El papa Francisco alerta sobre los riesgos de "buscar un salvador que nos devuelva la identidad y defienda con muros"

El papa Francisco concedió una entrevista de más de una hora al diario español El País, publicada este domingo, en la que, entre muchos temas de actualidad, alertó sobre los riesgos del populismo, recordando el caso de la Alemania nazi y el ascenso de Adolfo Hitler porque "en momentos de crisis no funciona el discernimiento".
El pontífice católico refirió que en el año 1933, en medio de una severa crisis, "Alemania destrozada, busca levantarse, busca su identidad, busca un líder, alguien que le devuelva la identidad" y encuentra a Hitler. "Y toda Alemania vota a Hitler. Hitler no robó el poder, fue votado por su pueblo y después destruyó a su pueblo. Ese es el peligro".
"Para mí es una referencia continua. Busquemos un salvador que nos devuelva la identidad y defendámonos con muros, con alambres, con lo que sea, de los otros pueblos que nos puedan quitar la identidad. Y eso es muy grave", agregó a su reflexión.
El jerarca de la Iglesia Católica conviene en que cada país tiene derecho a controlar sus fronteras, sobre todo aquellos que tienen encima la amenaza del terrorismo, "pero ningún país tiene derecho a privar a sus ciudadanos del diálogo con sus vecinos".
Consultado sobre sus expectativas ante el nuevo gobierno de Estados Unidos en poder de Donald Trump, Francisco optó por la prudencia y esperar que ocurran acciones concretas.
"Asustarme o alegrarme por lo que pueda suceder, en eso creo que podemos caer en una gran imprudencia. En ser profetas o de calamidades o de bienestares que no se van a dar, ni una ni otra. Se verá. Veremos lo que hace y ahí se evalúa. Siempre lo concreto", dijo.
La Tercera Guerra Mundial en pedacitos
También El País le preguntó a Bergoglio sobre el drama mundial de la inmigración, a su juicio "un problema muy serio".
"Ellos (los inmigrantes) huyen de su país. Por hambre o por guerra. Entonces, la solución se tiene que buscar allá. Por hambre o por guerra, son explotados. Pienso en África: África es el símbolo de la explotación. Incluso al darle la independencia algún país les dio la independencia del suelo para arriba, pero se reservó el subsuelo. O sea que son siempre usados y esclavizados", destacó el Papa.
Francisco refirió y celebró el modelo de acogida de Suecia, un país con nueve millones de habitantes, de los cuales 890,000 son nuevos suecos, hijos de migrantes o migrantes con ciudadanía sueca.
"La ministra de exteriores—creo que era la que me fue a despedir—, una chica joven: era hija de madre sueca y padre de Gabón. Migrantes. Integrados. El problema es integrar. En cambio, cuando no hay integración se crean guetos, y no le echo la culpa a nadie, pero de hecho hay guetos", mencionó.
Francisco también alertó sobre el nuevo mapa del poder global: "Estamos en la Tercera Guerra Mundial en pedacitos".
Dijo sentirse preocupado por la desproporción económica: que un pequeño grupo de la humanidad tenga más del 80% de la fortuna, "con lo que esto significa en la economía líquida, donde al centro del sistema económico está el dios dinero y no el hombre y la mujer, ¡el humano!".
También fue preguntado por la propia institución religiosa y no perdió oportunidad de lanzar una autocrítica.
"Dentro de la jerarquía de la Iglesia, o de los agentes pastorales de la Iglesia (obispos, curas, monjas, laicos…) le tengo más miedo a los anestesiados que a los dormidos. A aquellos que se anestesian con la mundanidad. Entonces claudican ante la mundanidad. Y eso me preocupa", alertó.