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Texas

Escondido en un armario con ropa sucia: así fue la captura de Francisco Oropesa, el sospechoso de la masacre de Cleveland

El supuesto responsable de las muertes de cinco de sus vecinos en Cleveland, Texas, fue arrestado sin incidentes después de una intensa búsqueda de cuatro días en la que participaron unos 250 funcionarios. Enfrentará cinco cargos de asesinato y se le impuso una fianza de cinco millones de dólares.
Publicado 3 May 2023 – 05:56 AM EDT | Actualizado 3 May 2023 – 05:56 AM EDT
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A las 5:15 de la tarde de este martes, las autoridades de Texas recibieron una pista determinante sobre el paradero de Francisco Oropesa, el sospechoso de haber masacrado a cinco de sus vecinos la noche del viernes pasado en Cleveland, Texas.

Una hora y media después de recibir la llamada anónima, Oropesa, mexicano de 38 años, ya se encontraba detenido poniendo fin a una frenética búsqueda de cuatro días que involucró a más de 250 agentes de distintas jurisdicciones.

Lo hallaron oculto bajo una pila de ropa sucia en el armario de una casa cerca de Conroe, a 20 millas (32 kilómetros) de su residencia en la comunidad rural de Cleveland, donde baleó a sus vecinos con un fusil de asalto tipo AR después de que algunos de ellos le pidieran que se alejara si iba a estar disparando en su patio tan tarde porque no dejaba dormir a un bebé.

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Exclusiva Univision: El video del momento en que capturan a Francisco Oropesa, el sospechoso de la masacre de Cleveland


Fue arrestado sin incidentes, señaló el agente especial del FBI a cargo de la investigación Jimmy Paul.

Apenas la mañana del martes, el FBI había dicho que Oropesa “podría estar en cualquier parte”, destacando la manera en que los investigadores habían pasado problemas durante días para dar con su paradero reconociendo abiertamente que no tenían ninguna pista.

Oropesa: detenido y acusado de cinco asesinatos

El sospechoso había sido deportado cuatro veces entre 2009 y 2016, según funcionarios federales de inmigración. La primera deportación fue en 2009. Tres años más tarde fue condenado por conducir un vehículo en estado de ebriedad.

Las autoridades ignoran cuánto tiempo llevaba Oropesa en territorio estadounidense desde su última deportación.

Ahora enfrentará cinco cargos de asesinato, dijo el alguacil del condado de San Jacinto, Greg Capers. Se le fijó una fianza de 5 millones de dólares.

“Ahora pueden descansar en paz, porque él ya está tras las rejas”, dijo Capers sobre los familiares de las víctimas. “Pasará el resto de su vida en prisión por matar a esas cinco personas”.

Connor Hagan, un portavoz del FBI, dijo que no revelarían la identidad de la persona que llamó para dar la información que resultó en el arresto, una de más de 200 pistas que recibieron los investigadores.

En días pasados, las autoridades habían anunciado una recompensa de $80,000 para quien aportara información sobre el paradero del sospechoso.

No indicaron inicialmente quién era el propietario de la casa donde se refugiaba, si Oropesa conocía a los residentes del lugar o si había alguien más dentro de la vivienda al momento de su detención.

Tampoco dijeron si amigos o familiares habían ayudado a Oropesa a eludir la captura, o dónde había estado desde que huyó de la escena en Cleveland, que las autoridades dijeron previamente que era probable que fuera a pie.

Usaron drones y perros rastreadores para buscar a Oropesa

El oficial Hagan dijo que las tres agencias que participaron en el arresto de Oropesa fueron el Servicio de Alguaciles Federales, el Departamento de Seguridad Pública de Texas, y el equipo táctico BORTAC de la Patrulla Fronteriza.

La policía había usado drones y perros rastreadores durante la búsqueda de Oropesa, la cual incluyó peinar una zona densamente boscosa ubicada a pocas millas de la escena del crimen. El gobernador de Texas, Greg Abbott, había ofrecido una recompensa de 50,000 dólares mientras la búsqueda se prolongaba durante el fin de semana.

Capers señaló que antes del tiroteo del viernes, sus agentes habían sido llamados para presentarse en la casa del sospechoso en al menos una ocasión anterior debido a que había estado disparando en su jardín.

Todas las víctimas eran hondureñas. Wilson García, quien sobrevivió al ataque, dijo que amigos y familiares que se encontraban en la residencia intentaron ocultarse y protegerse a sí mismos y a los niños después de que Oropesa entró en el lugar y comenzó a disparar, matando primero a su esposa en la puerta principal.


Las víctimas fueron identificadas como Diana Velázquez Alvarado, de 21 años; Julisa Molina Rivera, de 31; José Jonathan Casarez, de 18; Sonia Argentina Guzmán, de 25; y Daniel Enrique Laso, de 9.

Oropesa disparó contra sus víctimas "como en una ejecución, básicamente en la cabeza", había dicho Capers horas después del crimen. Entre los sobrevivientes se hallaron tres niños "cubiertos con la sangre de las mujeres que se habían acostado sobre ellos para protegerlos", detalló.

Un funcionario del gobierno de Honduras informó que se repatriarían los restos de cuatro de las víctimas. Velázquez Alvarado será sepultada en Estados Unidos a petición de su hermana y su esposo, señaló Wilson Paz, director general del servicios de protección al migrante de Honduras.

Osmán Velázquez, el padre de Diana, dijo el martes que su hija había obtenido la residencia recientemente y que había viajado a Estados Unidos sin documentos hace ocho años con la ayuda de su hermana, quien ya vivía en el país.

Cuando anunció la recompensa, Abbott se refirió a las víctimas como “inmigrantes ilegales”, una declaración que fue en parte falsa y por la que su oficina se retractó y disculpó el lunes, después de recibir fuertes críticas por centrar la atención en el estatus migratorio de las víctimas.

La portavoz de Abbott, Renae Eze, señaló que desde entonces recibieron información de que una de las víctimas se encontraba en el país de forma legal.

Con información de AP y AFP

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