Después de 40 años la segunda generación de la Clase-G de Mercedes-Benz hace su aparición en el mercado luciendo idéntica al vehículo que reemplaza. Solo las salidas para el fluido limpiaparabrisas, las manillas exteriores de las puertas, y el cobertor de la rueda de repuesto vienen del vehículo anterior de resto todo, absolutamente todo, es nuevo. Crédito: Simón Gómez
Me trasladé a la ciudad de San Diego, desde Los Ángeles, al volante de la versión superior de la nueva Clase-G: la Mercedes-AMG G63 2019. Su motor V8 Biturbo de 4.0 litros de desplazamiento hecho mano, con todos y cada uno de sus 577 caballos de fuerza y 627 lbs.-pie de torque, hicieron que este ladrillo con cuatro ruedas volara como una bala con viento a favor. Crédito: Simón Gómez
A fin de probar la capacidad todoterreno de la Mercedes-Benz Clase-G 2019 salí a conducir en el desierto junto a un instructor de manejo, a bordo de una Mercedes-Benz G550, a la que podríamos llamar la versión ‘básica’ de la Clase-G si es que se le puede decir ‘básico’ a un vehículo cuyo precio arranca en 124,500 dólares sin opciones. Crédito: Simón Gómez
Las camionetas de la línea Mercedes-Benz Clase-G están cuentan con motores V8 biturbo, cuyos detalles están descritos en el artículo correspondiente a esta galería de imágenes. Crédito: Simón Gómez
La cabina de la Mercedes-Benz Clase-G muestra toda la belleza y funcionalidad que 40 años de avance en diseño de cabinas puede traer. No crean, sin embargo, que lo anterior quiere decir que la idiosincrasia característica de la Clase-G fue arrasada por un baño de modernidad, ni hablar; los controles electrónicos para los diferenciales, la barra de sujeción para el pasajero delantero, la posición de manejo en el ‘tope del mundo’ y el ruido seco y metálico al cerrar las puertas están allí, intactos. Crédito: Mercedes-Benz