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Guerra Rusia y Ucrania

"La guerra terminará con una victoria de Ucrania": la predicción de un experto en temas rusos

El experto en asuntos de Rusia y la ex Unión Soviética Armand Gosu, reflexiona en entevista con Univision Noticias cómo puede evolucionar la guerra y considera que el programa lend-lease aprobado por el presidente Joe Biden será clave en la eventual victoria ucraniana
Publicado 30 May 2022 – 12:13 PM EDT | Actualizado 30 May 2022 – 12:13 PM EDT
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Los avances de las fuerzas de Rusia en su ofensiva en la región oriental de Donbas han redoblado los llamamientos entre líderes occidentales a facilitar a Ucrania más y más potente armamento.

Con intensos bombardeos, la artillería de Moscú está dejando en evidencia las carencias en poder de fuego de las fuerzas de Kiev. El gobierno ucraniano ha dejado claro que, sin una nueva inyección de armas, no serán capaces de frenar a los invasores en Donbas.

Sin embargo, el experto en la Unión Soviética Armand Gosu está convencido de que tarde o temprano veremos la victoria de Ucrania gracias al impacto que próximamente tendrá el programa lend-lease aprobado por el presidente Joe Biden.

Gosu es profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Bucarest, y maneja temas de política interna y exterior de Rusia, así como la historia política de la desaparecida Unión Soviética.

En entrevista con Univision Noticias, Gosu reflexiona sobre cómo puede evolucionar la guerra y los factores que pueden hacer que termine este mismo año o se enquiste y acabe resultando un conflicto de décadas.

Gosu plantea muchos escenarios, aunque el que ve más factible es “una guerra que crezca en intensidad en los próximos meses para entrar posteriormente en una fase de posiciones o trincheras que puede durar varios años”.

PREGUNTA: ¿Cuánto más cree que puede durar la guerra?

RESPUESTA: Hay varios factores determinantes, como el número de hombres y las armas, también imponderables como la actitud de los rusos. Va a ser muy importante a corto plazo la contraofensiva del ejército ucraniano, que empezará este verano, probablemente en el mes de agosto, cuando comiencen a notarse los efectos del de EEUU. Si el ejército ucraniano recibe armamento ofensivo, sus opciones de reconquistar en otoño los territorios ocupados por Rusia, que representan un 21% de Ucrania en estos momentos, crecerán de una forma sustancial. Con una ayuda militar masiva por parte de Occidente, y si Putin no declara una movilización general, Ucrania podría liberar la mayor parte de los territorios ocupados hasta final de año, lo que supondría la transformación del conflicto en una guerra de trincheras. (Con las pérdidas humanas y de técnica militar, ni Rusia ni Ucrania podrán redoblar la intensidad de la guerra, y se centrarán en conservar las posiciones obtenidas.)

Este es un escenario optimista, pero posible.

P: ¿Qué le hace ser optimista sobre la victoria ucraniana?

R: En Ucrania, tanto el ejército como la población mantienen la moral tremendamente alta, y esto es algo muy importante. Los ucranianos rechazan ceder territorios. Aunque no es fácil determinar el grado de precisión de los resultados, en un contexto en que ocho millones de los 45 millones de habitantes que tiene Ucrania son refugiados, sondeos recientes indican que más del 80% de la población apoya el objetivo, asumido públicamente por Kiev, de liberar el país entero. Esto supondría recuperar Crimea y los territorios del Donbas en que se crearon las dos repúblicas separatistas prorrusas, y volver a la situación de febrero de 2014, antes de que Rusia le arrebatara los primeros territorios a Ucrania. Por el momento, la idea de perder estos territorios es algo completamente inaceptable para Putin y para buena parte del establishment ruso, lo que, por ahora, hace impensable que se llegue a un acuerdo.

Para la suerte de la guerra, será decisivo lo que ocurra en el teatro de operaciones, donde los fracasos de Rusia ya han obligado a Putin a reducir de manera significativa sus aspiraciones. En un primer momento, Rusia atacó con frentes amplios desde Kiev hasta Járkov y Chernigov y esperaba conquistar Ucrania por medio de un blitzkrieg (guerra relámpago). En las últimas semanas ha debido conformarse con reducir sus operaciones militares a la zona de Lugansk, lo que indica que Putin podría darse por satisfecho con hacerse con el control de las regiones istrativas de Donetsk y Lugansk. Una vez conquistado el Donbás, Putin podría dirigirse a la nación por televisión proclamando su victoria y esperar un contexto más propicio para volver a intentar conquistar Ucrania.


  • Y pese al poderío militar ruso, confía en que Ucrania va a ganar…

La realidad es que, duren lo que duren las hostilidades, la guerra va a terminar con una victoria de Ucrania. Si hasta ahora tenía alguna duda, se ha evaporado por completo después de que Estados Unidos aprobara el lend-lease, que supondrá el envío de más de 40,000 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania. Occidente no puede permitirse perder esta guerra, y no tengo dudas de que apoyará hasta el final a Ucrania.

Creo que es importante resaltar esto. Independientemente de lo que se alargue, esta guerra no puede terminar más que con el triunfo del Bien, de la libertad y de la civilización sobre la tiranía y la barbarie.


  • Cómo cree que va a afectar el lend-lease al devenir próximo de la guerra

Si Ucrania recibe armamento ofensivo en las próximas semanas, sobre todo artillería y misiles, en agosto comenzará una contraofensiva. Teniendo en cuenta la degradación de la situación que atraviesa Rusia, Putin evitaría decretar el estado de guerra y la movilización general, lo que llevaría al agotamiento de los recursos de Rusia. Antes de final de año, el ejército ucraniano podría haber liberado una parte del territorio ocupado.
En un contexto en el que se incrementen las presiones sobre Ucrania de países occidentales como Alemania y Francia para que Kiev acepte ceder territorios a Rusia a cambio de firmar la paz, podemos imaginarnos también que se firme un armisticio y cesen las operaciones militares antes de final de año. Un acuerdo de paz que vaya en detrimento de Ucrania es garantía de que Rusia continuará su política agresiva hacia Occidente y de que, más pronto que tarde, va a provocar otras guerras. Y las siguientes víctimas pueden ser Eslovaquia, Polonia o los Países Bálticos.


  • Este es el escenario “optimista” con una victoria ucraniana en relativamente poco tiempo. ¿Y si nos ponemos pesimistas?

Igual de posible, pero menos probable, existe un escenario en el que la guerra puede alargarse hasta por una década. La clase dirigente que manda en Rusia tiene alrededor de 70 años, no quiere renunciar al poder y parece tener energía para mantenerse al mando durante otra década. Con un Putin que no acepta que puede perder la guerra, la extensión del conflicto durante unos cuantos años no es, por desgracia, una posibilidad descabellada.

  • ¿No ve posible que Rusia recurra a su arsenal nuclear?

Es otro posible escenario que ha llegado a ser planteado por analistas rusos. La hipótesis del ataque nuclear se fundamenta en la siguiente lógica. En caso de una contraofensiva ucraniana de éxito para recuperar sus territorios, Putin se siente legitimado para declarar el estado de guerra, la movilización general en Rusia y lanza una amenaza en firme de utilizar sus armas nucleares, algo previsto en la estrategia de seguridad rusa en caso de amenaza existencial.
Personalmente, no creo que Putin llegue a utilizar armas nucleares. Si lo intenta podríamos asistir a un golpe de Estado militar, pues me cuesta creer que Putin encuentre a otros cuatro comandantes militares dispuestos a apretar el botón nuclear. Recordemos que lanzar un misil nuclear no depende de la voluntad de una sola persona.


  • Así que no descarta un golpe de Estado que derroque a Putin. ¿Cuáles son las posibilidades de que algo así ocurra? ¿Tiene alguna base real ese escenario?

Un éxito claro de una contraofensiva ucraniana crearía un contexto favorable a la aparición de protestas callejeras que podrían desembocar en una revolución y, como consecuencia de ello, en un golpe de palacio en el Kremlin que termine con el derrocamiento de Putin y la instalación de un nuevo líder que pida la paz para evitarle el desastre a Rusia.

De producirse este escenario la guerra podría durar unos cinco o seis meses. Los observadores más atentos han detectado un aumento del descontento entre la población rusa. En conciertos en las grandes ciudades, los jóvenes gritan eslóganes contra la guerra. En las ceremonias de graduación de los liceos, Putin es criticado por estudiantes de 17 años. El régimen está preocupado por estas reacciones.

El ejército ruso que ataca Ucrania no se nutre de los jóvenes de las grandes ciudades. La movilización a escondidas que el Kremlin está llevando a cabo desde hace semanas esquiva grandes ciudades como Moscú y San Petersburgo por miedo a que aumente el descontento de la población urbana, que es la que tiene más conciencia política y es más susceptible de expresar su malestar y protestar.


  • Así es que la supervivencia política de Putin bien podría pasar por el fracaso de la contraofensiva ucraniana.

Para Putin es vital una victoria, por pequeña que sea, para poder presentarla a bombo y platillo ante la población. Putin ya no puede ofrecer prosperidad o crecimiento económico y los aumentos de pensiones y salarios se han visto ahogados por la inflación. Rusia es ahora mismo una nación paria despreciada en todo el mundo, cuyos ciudadanos ni siquiera son bien recibidos en muchos países. ¿Qué le queda a Putin para legitimarse? Ofrecer una victoria militar a la población o, al menos, la ilusión de una victoria. Una victoria militar respaldada en ganancias territoriales, aunque sean mínimas, legitimaría a Putin ante decenas de millones de rusos.
Pero, de todos los escenarios planteados, el más plausible me parece el de una guerra que crezca en intensidad en los próximos meses para entrar posteriormente en una fase de posiciones o trincheras que puede durar varios años.


  • El presidente Volodymyr Zelensky ha buscado repetidamente negociar con el gobierno de Rusia. Usted es de los que no ve previsible una salida negociada.

Putin no aceptará negociaciones serias hasta que vea que no tiene ninguna opción de ganar la guerra. Pasará bastante tiempo hasta que llegue a esa conclusión, porque es muy probable que no esté recibiendo toda la información sobre lo que está ocurriendo con el ejército ruso en Ucrania. Es algo habitual en los regímenes autoritarios y dictatoriales, en los que las instituciones anteponen la necesidad de complacer al jefe al trabajo bien hecho. Y, aunque estuviera recibiendo las informaciones correctas, una derrota militar en Ucrania sería el principio del fin para el régimen de Putin. Por esa razón, Putin quiere obtener una victoria a cualquier precio, aunque sea pequeña.
Por otra parte, los ucranianos no aceptan la cesión de territorios. ¿Quién aceptaría ceder un 25 % de su territorio nacional en aras de la paz? Sobre todo cuando las pérdidas del enemigo, de Rusia, están siendo colosales. Y cuando las atrocidades cometidas por el ejército ruso en los territorios ocupados alcanzan cuotas que pocos podían haber imaginado. Todo esto motiva aún más a los ucranianos para seguir luchando y liberar todo el país de las fuerzas invasoras rusas.

Debido a las posiciones irreconciliables de Kiev y Moscú, las negociaciones no darán ningún fruto, al menos por el momento. Solo si cambia el panorama pueden tener visos de prosperar. ¿Y qué podría cambiar el panorama? Una contraofensiva ucraniana con éxito pleno, una revolución en Moscú, una victoria rusa decisiva en el Donbas, la negativa de Putin a decretar la movilización general y el consiguiente agotamiento de los recursos militares de Rusia o que las presiones franco-alemanas fuercen a Zelensky a ceder haciendo concesiones territoriales. Sin embargo, en este momento la suerte de la guerra parece que se va a decidir en el campo de batalla.


  • ¿Puede el desconento interno llegar a forzar la mano de Putin para negociar?

Putin presta mucha atención a la situación interna. La guerra con Ucrania es un instrumento en sus manos para consolidar su régimen. Hay analistas rusos que ven la guerra de Ucrania como la externalización de la guerra civil que iba a estallar en Rusia a finales de 2011 y principios de 2012, una guerra civil que fue aplazada por una década entonces a través de la represión y la propaganda.
Si creemos lo que dicen los sondeos dentro de Rusia, Putin tiene el apoyo del 80% de la población. Pero las pocas informaciones no manipuladas que llegan al mundo libre nos muestran que muchos jóvenes protestan contra Putin y contra la guerra con inmensa valentía. También hay casos de disidencia y desafección en el ejército, de donde hemos sabido de soldados que se niegan a ir a combatir a Ucrania.

Hay centenares, miles de cadáveres en los vagones frigoríficos que han de transportar a casa a los caídos rusos en Ucrania. Estos jóvenes que se han dejado la vida a muchos kilómetros de casa tienen familia y vecinos que se preguntarán cada vez más en serio qué sentido tiene la guerra de Ucrania.

A pesar de todo, solo una victoria de la contraofensiva ucraniana de este verano alimentaría lo suficiente el descontento social para provocar protestas. Y solo en caso de protestas violentas, de una revolución en la calle, me puedo imaginar un golpe de Estado en el Kremlin. La caída de Putin abriría una lucha a muerte por la sucesión entre dos grupos rivales: quienes apoyan la guerra y quienes están en contra. Y no está nada claro que los partidarios de la paz sean los favoritos en esta batalla.


  • En tanto llega esta contraofensiva ucraniana de la que habla, ¿qué está ocurriendo en el terreno?

Rusia busca una victoria táctica. Desde hace unos días, la ofensiva rusa intenta rodear, haciendo una pinza, a las grandes unidades ucranianas, para forzar a Zelenski a un armisticio que salve la vida de los soldados rodeados por los rusos. Rusia ataca desde tres direcciones: Liman, Popasna y Severodonetsk. En los últimos días, los rusos han logrado pequeños éxitos en Popasna y Liman, en su intento de rodear a las tropas ucranianas que combaten en Severodonetsk. La situación allí podría volverse crítica para los militares ucranianos, que podrían quedar atrapados en una de estas pinzas.
Los rusos volvieron a recurrir a finales de marzo a la táctica de las pinzas que se enseña en las academias militares de Moscú desde hace 70 años. En las regiones de Donetsk, Zaporizhia y Jersón, los rusos intentan conservar sus posiciones y traer refuerzos para resistir con garantías una futura contraofensiva o, si se dan las circunstancias, iniciar ellos mismos una ofensiva hacia Mikolaiv y Odesa.


  • ¿Cuál es el objetivo de esta ofensiva rusa?

La primera etapa de la guerra terminó con el fracaso de Rusia en su objetivo de ocupar y controlar toda Ucrania. Tras sus derrotas en Kiev y Járkov, Rusia ha reposicionado sus tropas en el Donbas, mientras mantiene las posiciones conquistadas en el sur, donde las ciudades capturadas más importantes son Mariúpol, Melitopol y Jersón.
Si miramos el mapa nos damos cuenta de que las tropas rusas se concentran en Nueva Rusia, un territorio vagamente reivindicado por el Kremlin desde 2014, lo que parece confirmar que Rusia tiene intención de avanzar hacia Mikolaiv y Odesa para hacerse con todo el litoral ucraniano en el Mar de Azov y el Mar Negro. Es decir, Rusia aspira a anexionarse el sur y el este de Ucrania, de las bocas del Danubio al puerto de Mariúpol en el Mar de Azov y las regiones de Donetsk y Lugansk en el norte, hasta cerca de Járkov.


  • ¿Qué le hace pensar que quiere conquistar y anexionarse definitivamente esos territorios?

En las regiones ocupadas, los rusos ya han introducido el rublo. Sus habitantes solo tienen a las televisiones de Rusia y hasta han comenzado a matricularse los automóviles con placas de la Federación Rusa. Todo indica que Rusia se prepara para anexionarse estos territorios, aunque aún no lo haya anunciado oficialmente.

  • Y la población local, ¿permitirá la consolidación de los rusos como potencia invasora?

Putin esperaba que en las zonas del sur y del este, donde los rusófonos son mayoría y las ciudades están dominadas por integrantes de la minoría rusa, su ejército fuera recibido con simpatía por la población. No ha sido así. Mariúpol ha luchado de forma heroica durante tres meses. Járkov, la capital de la Ucrania soviética, no ha podido ser conquistada. En Melitopol y sus alrededores ha comenzado una guerra de guerrillas de tipo partisano que ha empezado a dar sus primeros resultados. Con la represión y la propaganda que ya emplea en Rusia, Putin intenta aterrorizar a la población para que acepte la istración impuesta por los rusos, pero de momento no ha conseguido sofocar las ansias de libertad de la población. Sus posibilidades de conseguirlo dependerán, en gran medida, de la suerte que corra la contraofensiva ucraniana. Si Ucrania recibe de sus aliados el armamento que necesita, es muy probable que la población logre escapar del infierno del Russki Mir, del Mundo Ruso invocado por Putin para someter a los pueblos limítrofes.


  • Putin habló mucho inicialmente de “desnazificar” Ucrania, pero en las últimas semanas parece algo más centrado en Occidente. ¿Por qué esta visión de Occidente como una amenaza?

El discurso de que Rusia lucha contra el nazismo sigue siendo muy importante para la opinión pública interna. Ya han comenzado los preparativos para un juicio de corte estalinista, con público y cámaras de televisión para utilizarlo como arma propagandística, en el que los soldados de la acería Azovstal que acaban de rendirse serán juzgados por “crímenes nazis” por un tribunal “internacional” con jueces de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk y de Rusia.
También es importante en el frente propagandístico interno la idea de que, en realidad, Rusia lucha contra Estados Unidos en Ucrania, lo que permite a Putin no tener que reconocer que el ejército ruso, que presume de ser el segundo más poderoso del mundo, ha sido derrotado por Ucrania. La narrativa de que Rusia lucha contra un Occidente que conspira día y noche contra ella, por tanto, continuará siendo un tema recurrente en la propaganda de Moscú.


  • De Occidente sí que ha conseguido Putin con la guerra en Ucrania es que Suecia y Finlandia busquen entrar en la OTAN. ¿Qué consecuencias cree que tendrá esto?

La consolidación del flanco norte de la OTAN y el desplazamiento del centro de gravedad del flanco oriental hacia el norte, bajo la órbita de Polonia y los Países Bálticos. Rumanía y Bulgaria, que no han apoyado a Ucrania con la misma determinación que Polonia y los Bálticos, seguirán siendo la parte vulnerable de la OTAN, pese a que Rumanía es el país de la alianza que comparte más kilómetros de frontera con Ucrania y el que más cerca está de los teatros de operaciones del sureste de Ucrania.

La posición dominante que hasta ahora tenía Estados Unidos en la seguridad y la defensa de Rumanía y Bulgaria será ocupada progresivamente por Francia e Italia. Francia liderará la fuerza de la OTAN en Rumanía e Italia hará lo propio en Bulgaria. Y el Mar Negro seguirá siendo el campo de juego de Rusia y Turquía, cuya posición ante Moscú está determinada por sus propios intereses y ha demostrado ser un aliado imprevisible dentro de la OTAN.

Con la isión de Finlandia y Suecia, en el norte de Europa se formará un grupo dentro de la OTAN de apoyo activo a Ucrania. Un grupo compuesto por Polonia, los Países Bálticos y los escandinavos al que se suman Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido. Estamos asistiendo a la mayor reconfiguración de la OTAN en las últimas dos décadas.

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