El sucesor del papa Francisco: cómo será el estricto cónclave para elegir al nuevo pontífice
próximo pontífice será elegido en lo que se conoce como un cónclave, que en latín significa 'bajo llave'.
Los del Colegio Cardenalicio votarán a puerta cerrada en la Capilla Sixtina, famosa por las pinturas al fresco de Miguel Ángel. Con sus sotanas rojas, los cardenales son seleccionados por cada papa para elegir a su vez a los futuros pontífices. Un cardenal debe tener menos de 80 años para poder votar en un cónclave. De los 252 integrantes del Colegio Cardenalicio, solo 135 pueden votar para seleccionar al nuevo papa.
El autor de esta nota es un estudioso del catolicismo, al cual le interesa especialmente cómo este próximo cónclave será el más diverso en la historia de la Iglesia católica.
Durante siglos, el Colegio Cardenalicio fue dominado por europeos, particularmente por italianos. De hecho, la primera vez que un cardenal no europeo votó en un cónclave fue recién en el siglo 20, cuando el arzobispo de Baltimore James Gibbons lo hizo en la selección de un pontífice en 1903. Actualmente, el Colegio Cardenalicio es integrado por cardenales de más de 90 países y el papa Francisco eligió a casi el 80% de ellos.
Poner en marcha un cónclave es una tradición de cientos de años. Se trata de un proceso establecido en 1274 bajo el papa Gregorio X como resultado del caos que rodeó su próxima elección, que se prolongó por casi tres años. Es una tradición antigua, pero los resultados pueden sorprender. Fue así cuando el papa Francisco fue encumbrado en 2013 y se convirtió en el primer pontífice no europeo en casi 1,300 años y el primer papa jesuita de la historia.
El inicio de cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco
Antes de que comience el cónclave, el Colegio Cardenalicio se reunirá en lo que se llaman 'congregaciones generales de los cardenales' para discutir los asuntos que enfrenta la Iglesia. Estas 'congregaciones generales' serán también un espacio para que se conozcan los nuevos cardenales y aquellos de lugares más remotos.
También este puede ser un momento para persuadir tal cual sucede en la política. En el pasado hubo rumores que incluyeron pagos para influenciar votos en el cónclave en el que se eligió al papa Alejandro VI en 1492. En la actualidad es considerado antiético y de mala suerte que un cardenal se promueva a sí mismo como candidato. Comprar votos con dinero o favores a los cardenales va en contra de las leyes de la Iglesia.
El cónclave debe comenzar dos o tres semanas después del funeral del papa fallecido, aunque Francisco hizo cambios para que pueda arrancar antes. Primero, los cardenales caminarán en procesión hasta la Capilla Sixtina, donde se bloqueará el uso de teléfonos celulares y el a internet por conexión inalámbrica.
Entrarán a la capilla cantando 'Ven Espíritu Santo' y se comprometerán a mantener en estricto secreto lo que suceda dentro de ella.
Tras esos rituales, el maestro de las celebraciones litúrgicas de los pontífices dirá en voz alta y en latín "Extra Omnes", que significa "todos afuera". Serán cerradas las puertas de la Capilla Sixtina y se iniciará el cónclave.
El proceso de votación: la fumata como señal
Los cardenales que puedan votar para elegir al nuevo papa se sentarán de acuerdo a su rango. Usualmente, el decano del Colegio Cardenalicio irá en el primer puesto. Pero el actual decano, el cardenal Giovanni Battista Re, ya no puede votar por su edad. Entonces, este cónclave será liderado por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin.
Una vez acomodados se elegirán nueve cardenales para encabezar la selección: tres de los cuales deberán evaluar las boletas de votación y leerlas en voz alta.
Luego de escribir el nombre de su candidato, los cardenales llevarán sus votos hasta un platillo colocado sobre una urna custodiada por los cardenales a los que les tocará escrutarlos. Usarán ese platillo para poner el voto dentro de la urna mientras dicen: "Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que debe ser elegido".
El nuevo papa será elegido por una mayoría de dos tercios. Si no se alcanza ese umbral en la primera votación se quemarán los votos. Y el humo negro que saldrá por la Capilla Sixtina dejará saber al mundo que el cónclave debe seguir, una tradición que comenzó en 1914 con la selección de Benedicto XV. Se usarán químicos para garantizar que la fumata salga lo suficientemente negra como para que no haya confusión, pues en la elección del papa Juan Pablo II hubo dudas sobre su color.
El primer día, y los días siguientes, habrá hasta cuatro votaciones diarias si no se consigue esa mayoría de dos terceras partes de los cardenales. Tanto Benedicto XVI como Francisco fueron elegidos luego de unas pocas votaciones: cuatro en el caso de Benedicto y cinco en el de Francisco. De acuerdo con las reglas de Benedicto, si no se ha elegido un papa después de 13 días, habrá una pausa para orar y reflexionar. Luego, la selección se hará entre los dos candidatos más fuertes, uno de los cuales debe recibir dos terceras partes de los votos.
'La sala de las lágrimas'
Los cónclaves usualmente son cortos, como cuando después de tres votaciones fue elegido el papa Pío XII en 1939. Solo en un puñado de ocasiones se han prolongado: el más largo fue el cónclave en el que salió Benedicto XIV, que duró 181 días.
Sin importar cuánto demoren, los cardenales elegirán a un sucesor. Una vez que uno de ellos recibe los votos suficientes, se le pregunta: "¿Aceptas la elección canónica como pontífice supremo?". Cuando responde "acepto", se ha elegido entonces al nuevo líder de la Iglesia católica. En esta ocasión, las boletas se incinerarán creando una fumata blanca que avisará al mundo que el cónclave acabó y que fue elegido un nuevo papa.
Inmediatamente después, el nuevo pontífice decide su nombre, como lo hizo Jorge Mario Bergoglio cuando se convirtió en el primer papa en querer llamarse Francisco. El nombre escogido, especialmente si es el mismo que el de su antecesor, usualmente indica la dirección del nuevo pontificado. En el caso de Francisco, su nombre honra a San Francisco de Asís, figura mística del siglo XIII conocida por su sencillez y amor por la naturaleza.
El nuevo papa es llevado a 'La sala de las lágrimas', una cámara fuera de la Capilla Sixtina en la que tendrá un momento para reflexionar sobre las responsabilidades de su cargo, espacio en el que algunos pontífices han llorado. Se le vestirá con la tradicional sotana blanca y otros elementos distintivos. Y se anunciará su elección desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
Desde allí, el nuevo papa saludará a los feligreses y dará su primera bendición al mundo. Es así como comenzará su pontificado.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en The Conversation. Aquí puedes leerlo.
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