Nace la 'Coalición Nacional' en Nicaragua ante el asedio de la policía de Ortega

MANAGUA, Nicaragua.- Las Fuerzas Especiales de la Policía Nacional entraron, armas y escudos en alto, al centro de compras Metrocentro, en Managua, a perseguir a decenas de ciudadanos que protestaban contra el gobierno de Daniel Ortega la tarde de este 25 de febrero. Los compradores y trabajadores del mall se espantaron al ver la tromba policial empujando a todos a su paso, mientras los manifestantes les gritaban a los uniformados “asesinos”.
Ese fue el momento más tenso de la jornada vivida este 25 de febrero en Nicaragua, cuando la oposición lanzó oficialmente una “Coalición Nacional” que pretende hacerle frente al gobierno de Ortega y Rosario Murillo. El nuevo bloque opositor se presenta como una alternativa política al régimen sandinista, acusado de cometer crímenes de lesa humanidad en las protestas sociales iniciadas en abril de 2018.
La “Coalición Nacional” tiene como puntos programáticos la “restitución de las libertades democráticas, la liberación total de los presos políticos, y una reforma electoral que conduzca a elecciones libres y transparentes”.
Sin embargo, la coalición opositora nació asediada por un excesivo despliegue policial. Desde muy temprano, centenares de efectivos antimotines y oficiales de técnica canina sitiaron Managua y otras ciudades del país para impedir cualquier protesta opositora. En especial, los policías cercaron el edificio en el que se lanzó el bloque opositor y otros puntos determinados de la capital, desde los cuales otros activistas convocaron a una marcha de protesta.
Desde el día anterior, el lunes, la vicepresidenta Rosario Murillo atacó duramente a los opositores. Los calificó “malévolos”, “ridículos diablos”, “desalmados” y “avaros”, y les advirtió que no se atrevieran a “alterar la paz” con protestas. El gobierno sabía del lanzamiento de la coalición y la marcha porque había sido anunciada con anterioridad, remarcando la fecha del 25 febrero: un día simbólico para los opositores al gobierno.
El 25 de febrero de 1990, Daniel Ortega y la revolución sandinista perdieron las elecciones ante Violeta Barrios de Chamorro. En aquel entonces, la oposición estaba fragmentada y decidieron unirse bajo las siglas de la Unión Nacional Opositora (UNO) para cambiar de régimen a través de las urnas. Los actuales opositores usaron ese espejo histórico para lanzar su coalición que aglutina a campesinos, estudiantes, empresarios, feministas, evangélicos, organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos tradicionales y víctimas de la represión.
“Quienes aquí firmamos nos comprometemos a poner todo nuestro empeño para buscar a la ciudadanía y organizaciones que faltan para unir esfuerzos”, dijo el excarcelado político Yubrank Suazo. “Conformamos una mesa multilateral que nos permita construir con reglas claras, justas y transparentes un diseño de la Coalición Nacional, inspirados en el triunfo logrado aquel 25 de febrero de 1990 y comprometidos con las víctimas del régimen, para provocar el nuevo y definitivo nacimiento de la democracia, para el bien de todas y todos los nicaragüenses, así como el bienestar de las futuras generaciones”.
En síntesis, la coalición está conformada por siete movimientos cívicos y partidos políticos. Quienes propiciaron “la unidad” fueron la Alianza Cívica y la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), dos plataformas surgidas durante las protestas de 2018.
Juan Sebastián Chamorro, de la Alianza Cívica, afirmó que el fin de la “Coalición Nacional” es democratizar Nicaragua y no solo quedarse solo como una condición electoral. Agregó que si bien esa parte es importante, “lo primero es la liberación de los presos políticos y ejercer presión para la devolución de las libertades públicas”.
Ataques en las calles
Tras finalizar el lanzamiento de la coalición opositora, decenas de ciudadanos salieron a distintos puntos de Managua a tratar de protestar. En especial al centro comercial Metrocentro. La convocatoria para marchar fue frustrada por el despliegue policial, sobre todo porque los organizadores sufren “secuestro domiciliar” desde hace más de cinco días. Las viviendas de los activistas políticos Jaime Arellano y José Dolares Blandino fueron rodeadas por policías, quienes les impiden salir de ellas alegando la imposición de casa por cárcel.
“Este 25 de febrero intenté movilizarme a la conformación de la coalición nacional y a la marcha que convoqué, pero aquí se violentan todos los derechos constitucionales de movilización. No puedo salir de mi casa todavía”, dijo Blandino a Univision Noticias, quien es empresario y consuegro de la pareja presidencial Ortega-Murillo.
Aparte de la casa de los promotores de la marcha, otra treintena de casas de líderes opositores fueron sometidas a “secuestro domiciliar” para impedir la participación de ellos en las actividades programadas para este 25 de febrero. Como la marcha fue frustrada, decenas de ciudadanos y líderes políticos realizaron pequeñas protestas en diversas localidades.
La más grande se registró en Metrocentro, y fue donde las Fuerzas Especiales policiales golpearon a ciudadanos y periodistas. La jornada dejó 15 reporteros agredidos y más de una decenas de detenciones de ciudadanos, aunque luego fueron liberados.
Mientras los policías atacaban en el centro comercial, la vicepresidenta volvió a arremeter contra los opositores en televisión nacional. Murillo dijo que su gobierno ordenó el redoble del patrullaje policial para impedir “cualquir intento perverso de querer alterar la paz”.
“Nosotros aprendemos todos los días a cultivar y a resguardar la Paz, que es lo que nos permite, en el Nombre Poderoso de Jesús, avanzar todos los días, por encima de todas las miserias, por encima de cualquier intento perverso de alterarla, porque és perversidad querer alterar la Paz. La Cultura del Odio no se impone en nuestra Nicaragua, porque amamos a Dios sobre todas las cosas”, dijo Murillo en su alocución.
Mientras tanto, en la iglesia Divina Misericordia en Managua, Tamara Dávila de la UNAB calificó la jornada de exitosa para la oposición. “Hemos logrado mostrar la represión y el terror que tiene el régimen a que el pueblo vuelva a las calles, y a la unidad de toda la oposición en este país. Hubo más de doce secuestros de ciudadanos, que luego fueron liberados por la policía, pero fueron golpeados”, dijo Dávila.
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