Rishi Sunak se convierte en el tercer primer ministro británico en menos de dos meses
Rishi Sunak se convirtió este miércoles en primer ministro británico, el tercero en menos de dos meses y el primero de una minoría. Reemplaza a la dimitida Liz Truss, que duró 45 días en el cargo.
Después de ganar el lunes la carrera para convertirse en líder del Partido Conservador, Sunak recibió este martes el encargo de formar gobierno de parte del rey Carlos III en el palacio de Buckingham.
Sunak, un multimillonario descendiente de inmigrantes indios de 42 años, es el primer ministro más joven en 200 años y el primero de la historia que no es de raza blanca y que no profesa el cristianismo: es hindú.
Exbanquero defensor de la ortodoxia presupuestaria, llega al poder prometiendo estabilidad tras unos meses muy convulsos que resultaron en la caída de dos primeros ministros, Boris Johnson y Liz Truss.
"Mi principal prioridad será promover la unidad en nuestro partido y nuestro país", afirmó Sunak en un discurso en la sede de los conservadores en Londres.
Sunak consigue llegar al número 10 de Downing Street, la residencia del primer ministro, en su segundo intento. Había perdido ante Truss en unas primarias conservadoras.
La ya oficialmente ex primera ministra, había anunciado su marcha el pasado jueves tras perder la confianza de sus diputados y después de que su plan fiscal anunciado el 23 de septiembre sembrara el caos en los mercados financieros.
"Deseo a Rishi Sunak todo el éxito por el bien de nuestro país", afirmó Truss en un breve discurso de despedida frente a la célebre puerta negra del número 10 de Downing Street.
Truss había sido nombrada por Isabel II dos días antes de morir. Tras el largo periodo de luto nacional, vio su popularidad descender en picada, obligada por la presión de los mercados y de su partido a modificar, una a una, sus medidas económicas según iban cayendo sus más cercanos colaboradores.
Truss había reemplazado en el cargo a Boris Johnson, quien tuvo que renunciar en julio presionado por los diputados conservadores a raíz de una multiplicación de escándalos. El propio Sunak contribuyó a su caída al dimitir como su ministro de Finanzas iniciando un alud de partidas en el gobierno.
Quién es Rishi Sunak
Nacido el 12 de mayo de 1980 en Southampton, en la costa sur de Inglaterra, es el mayor de tres hijos de un médico generalista y una farmacéutica. Originarios de India, sus abuelos emigraron al África oriental británica en los años 60.
Sunak, que denunció haber sido víctima de racismo en un restaurante de comida rápida cuando era adolescente, estudió en el Winchester College, un elegante internado privado para varones, y cursó Política, Filosofía y Economía en las prestigiosas universidades británica de Oxford y estadounidense de Stanford.
Fue en California donde conoció a su esposa, la riquísima heredera india Akshata Murty, hija del confundador del gigante tecnológico Infosys, con quien tiene dos hijas.
Defensor del Brexit, Sunak se declara aficionado al críquet, el fútbol y la saga cinematográfica Star Wars.
Tras solo cinco años en el Partido Conservador, Sunak era un desconocido del gran público cuando fue nombrado titular de Finanzas por Boris Johnson en febrero de 2020.
Se convertía así en el primer británico de origen indio y religión hindú en ocupar esa cartera. En el pasado ha prestado juramento sobre el Bhagavad Gita, un libro sagrado del hinduismo, escrito en sánscrito.
Un mes después de su llegada al gobierno en 2020, el estallido de la pandemia le permitió rápidamente diferenciarse de la controvertida imagen de su jefe: gracias a un masivo paquete de ayudas públicas, Sunak se alzó como uno de los más populares del gobierno, mientras Johnson era duramente criticado por su errática gestión de la crisis sanitaria.
La imagen de los dos políticos contrasta como la noche del día. Con aire de primero de la clase, Sunak se muestra organizado y meticuloso, siempre bien peinado, vestido con elegancia y una eterna sonrisa en los labios.
Asegura no beber alcohol y cuida al extremo su imagen de seriedad y modernidad en las redes sociales, donde fue criticado por aparecer con carísimos dispositivos tecnológicos que ilustran cómo su vida difiere de la del británico medio.
Un ex Goldman Sachs para el gobierno británico
Antes de entrar en política ganó millones trabajando como banquero de inversiones en firmas como Goldman Sachs y fundó su propia financiera. El pasado mayo se convirtió en el primer alto responsable político del Reino Unido que entraba en la lista de las grandes fortunas.
Él y su esposa tienen un patrimonio estimado en $910 millones.
Su popularidad decayó cuando, una vez levantadas las restricciones por el coronavirus, cortó las ayudas y comenzó a subir impuestos para cumplir con la ortodoxia presupuestaria.
"Para mí, ser conservador significa ser responsable del dinero, tanto el de la gente como el de las finanzas públicas", se justificó ante los de su partido que lo criticaban por esta impopular política.
Su imagen también se vio dañada por un escándalo sobre el ventajoso estatus fiscal de su esposa. Registrada como "no domiciliada" en Reino Unido, Murty evitaba pagar impuestos en el país por sus millonarios ingresos en el extranjero. La maniobra era legal pero fue tan mal percibida que acabó teniendo que cambiar su situación fiscal.
Los retos de Rishi Sunak
Además de la crisis económica y social, que puede ver al Reino Unido paralizado por las huelgas este invierno, y la desunión del Partido Conservador, que no deja de agravarse desde el referénum sobre el Brexit de 2016, Sunak deberá superar el reto de convencer al país sobre su legitimidad.
El Partido Conservador obtuvo una aplastante mayoría legislativa en 2019 con Johnson, la mayor de la derecha británica en 40 años. Sin embargo, desde entonces el país ha cambiado dos veces de primer ministro.
A Truss la eligió una votación entre los 170.000 afiliados del partido. Ahora, a Sunak, unos 200 de los 357 diputados conservadores.
La opsición laborista criticó que Sunak haya asumido el gobierno "eludiendo el escrutinio" de las urnas, elegido por sus compañeros de partido y sin haber detallado sus prioridades.
Un 62% de los votantes británicos, en un país de 67 millones de habitantes, quiere que se convoquen elecciones generales anticipadas antes de fin de año, según una encuesta de Ipsos el lunes citada por AFP.
Las próximas legislativas están previstas en enero de 2025 a más tardar y aunque el opositor Partido Laborista tiene una enorme ventaja en los sondeos no puede forzar por sí solo un adelanto. Para ello necesitaría que decenas de diputados conservadores se rebelasen contra el gobierno y votasen con la oposición, lo que parece más que improbable dado su anunciada debacle electoral.