Aumentan las presiones militares y diplomáticas a Putin: ¿nos acercamos al fin de la guerra?
Desde una sala de operaciones con es de madera, el presidente ruso Vladimir Putin lanzó el miércoles otra severa advertencia a Occidente después de que el Ejército de su país sufriera una serie de vergonzosos reveses en Ucrania.
En una de las peores semanas de la guerra para Rusia, Putin anunció lanzó una amenaza de la voluntad de Moscú de utilizar armas nucleares.
Estos últimos actos arriesgados de Putin se producen días después de que el Ejército ucraniano llevara a cabo una sorpresiva contraofensiva para recuperar el territorio alrededor de Járkov, su segunda ciudad más grande, ubicada en el este del país.
Sergii Nikiforov, portavoz del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, dijo que la reciente actuación de Putin equivalía a una isión de derrota. " Es un reconocimiento de la incapacidad del ejército profesional ruso, que ha fracasado en todas sus tareas", declaró Nikiforov.
La apresurada retirada de las tropas rusas este mes de partes de una región del noreste que ocuparon a principios de la guerra, junto con las primeras inquietudes públicas expresadas por aliados clave, China e India, subrayaron los retos a los que se enfrenta Putin en todos los frentes.
China e India, aliados de Putin, expresan su preocupación
En una cumbre de alto nivel celebrada en Uzbekistán la semana pasada, Putin prometió seguir con su guerra, pero sus palabras no parecen ser bien recibidas.
"Sé que la época actual no es de guerra", dijo el primer ministro indio, Narendra Modi, al líder ruso en comentarios televisados. "Lo hemos discutido con usted por teléfono varias veces, que la democracia y el diálogo afectan a todo el mundo".
" Debemos encontrar una salida y ustedes también deben contribuir a ello", subrayó Modi en una rara reprimenda pública a su aliado.
En la misma cumbre, Putin reconoció públicamente las "preguntas y preocupaciones" no especificadas de China sobre la guerra en Ucrania.
El presidente Chino Xi Jinping expresó en una declaración su apoyo a los "intereses fundamentales" de Rusia, pero también quiso colaborar para "inyectar estabilidad" en los asuntos mundiales.
EEUU y Europa se mantienen firmes en su apoyo a Ucrania
A pesar de las presiones económicas en casa, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en Europa parecen más decididos que nunca a acabar con la guerra de Putin.
El presidente Joe Biden encabezó la condena occidental a las declaraciones de Putin en la Asamblea General de las Naciones Unidas esta semana. " Nos solidarizaremos contra la agresión de Rusia. Y punto", dijo.
El importe total de la ayuda estadounidense a Ucrania asciende ya a 16,000 millones de dólares desde que Biden asumió el cargo, incluyendo misiles de largo alcance que han tenido un impacto dramático al destruir las líneas de suministro y los almacenes de munición rusos.
Por ello, no es descabellado que expertos en conflictos bélicos comiencen a argumentar que podríamos estar cerca del fin de la guerra:
Mike Martin, investigador asociado del Departamento de Estudios de Guerra del King's College de Londres (leer su hilo arriba), indica que el mal mes de las fuerzas rusas en el terreno con el colapso del frente en Járkov es en términos prácticos la derrota militar rusa y que eso significa que "Rusia va a perder la guerra".
Otros expertos militares empiezan a especular por primera vez con la posibilidad de que las tropas rusas sean expulsadas de Ucrania en una humillante derrota en el campo de batalla para el líder ruso.
"Lo que estamos viendo es que no tiene remedio. Nunca tuvieron ningún plan para una ocupación militar adecuada", añadió, y dijo que Putin calculó erróneamente que Zelensky huiría al exilio, en lugar de resistir y liderar una guerra de liberación nacional.
El discurso de Putin, de siete minutos de duración, se emitió también en un momento en el que Rusia se preparaba para celebrar referendos en las regiones ucranianas que ahora ocupa, incluidas las zonas tomadas por las fuerzas separatistas respaldadas por Moscú tras el estallido de los combates en 2014. Las votaciones comenzaron el viernes y ya han sido tachadas de ilegítimas por Ucrania y sus aliados occidentales.
¿Cómo responderán los rusos al reclutamiento?
A pesar del férreo control que ejerce el Kremlin sobre los medios de comunicación rusos, desde la reciente retirada de las tropas se han emitido algunas críticas a la guerra en Ucrania.
El miércoles se celebraron protestas contra la guerra en 37 ciudades rusas, entre ellas San Petersburgo y Moscú, según el grupo de seguimiento OVD-Info, que afirmó que se detuvo a más de 800 manifestantes.
El analista político ruso Dmitry Oreshkin argumentó que la movilización de Putin hará que los fallos del Ejército ruso en la guerra sean más personales para muchos rusos. "Hasta hace poco (los rusos participaban) con gusto, sentados en sus sofás, (viendo) la televisión. Y ahora la guerra ha entrado en su casa", dijo a la AP. "La gente evadirá esta movilización de todas las maneras posibles, sobornará para librarse de esta movilización, abandonará el país".
Los medios de comunicación rusos informaron el miércoles de una carrera de gente que compraba billetes de avión para abandonar el país, lo que hizo que los precios de los billetes se dispararan.
Algunos observadores consideran que la medida de Putin de anexionarse territorio ucraniano, junto con la movilización y las renovadas amenazas nucleares, es un último intento de forzar a Ucrania y a sus partidarios occidentales a aceptar el actual statu quo antes de perder mas teritorio.
Tatiana Stanovaya, una experta política independiente que sigue la toma de decisiones del Kremlin, describió los movimientos apresurados de Putin sobre los referendos como un pretexto para subir la apuesta. "Para Putin, la anexión legitimaría el derecho a recurrir a las amenazas nucleares para proteger el territorio ruso", dijo.
"Esto no es un bluff", dice Putin
En su discurso televisado a la nación del miércoles, Putin dijo que el arsenal nuclear de Moscú es más moderno que el de la OTAN y se declaró dispuesto a utilizarlo. "Esto no es un bluff (chiste, amenaza para asustar", añadió Putin sombríamente.
La doctrina militar rusa prevé el uso de armas atómicas en respuesta a un ataque nuclear o a una agresión con armas convencionales que "amenace la existencia misma del Estado", una redacción vaga que ofrece un amplio margen de interpretación.
"En caso de amenaza a la integridad territorial de nuestro país y para defender a Rusia y a nuestro pueblo, utilizaremos sin duda todos los medios a nuestro alcance", dijo.
Pero a medida que Ucrania gana cada vez más superioridad militar, haciendo retroceder a las tropas rusas hasta sus fronteras, Occidente puede estar cansándose de las escalofriantes conversaciones de Putin sobre las armas nucleares.
Las estimaciones occidentales situaban la fuerza invasora rusa en unos 200,000 efectivos al comienzo de la guerra, y ha sufrido grandes pérdidas en siete meses de lucha. El secretario de Defensa británico, Ben Wallace, cifró recientemente las pérdidas rusas en más de 25,000 muertos.
"Lo que ha salido a relucir en estos siete meses de este conflicto es que el famoso Ejército Rojo no es más que un espantapájaros", dice Pardo-Maurer. "Es una máquina corrupta, los soldados no están luchando, se rinden, corren, su equipo no sirve para nada", agregó.
Putin pierde control del Mar Negro
Putin también se ha visto obligado a trasladar su Flota del Mar Negro de la anexionada península de Crimea al sur de Rusia tras los ataques ucranianos, según un informe del Ministerio de Defensa británico. El ministerio citó los ataques al cuartel general de la flota rusa y a su principal aeródromo aeronaval en los últimos dos meses.
La Flota del Mar Negro de Rusia está "aterrorizada de acercarse a la costa ucraniana" y se ha escondido detrás de Crimea, dijo el ex comandante general del Ejército de Estados Unidos en Europa, Ben Hodges, en un video publicado esta semana.
Aunque Putin y su ministro de Defensa prometieron solo una movilización parcial destinada a llamar a unos 300,000 reservistas con servicio militar previo, los analistas afirman que la medida pondrá en aprietos al régimen de Putin y alimentará una inestabilidad que amenazaría su permanencia en el poder.
Kirill Rogov, analista político independiente, describió la orden de movilización como una "mezcla explosiva de locura, incompetencia y desesperación". Señaló que Putin se arriesga a perder el apoyo del grueso de la opinión pública rusa que hasta ahora veía la guerra como un "acontecimiento lejano y limitado".
Alexander Baunov, de la Fundación Carnegie, señaló que la movilización ha roto el pacto de Putin con su base política, que esperaba de él estabilidad y una visión de la grandeza de Rusia sin necesidad de sacrificios personales. "Ahora se requiere el sacrificio y es una violación de los acuerdos no escritos del pasado que desencadenaría más represión", escribió Baunov.
Aunque todavía se considera improbable, ahora es posible imaginar que los continuos éxitos ucranianos podrían llevar al colapso de la moral y la capacidad de lucha rusas, escribió el lunes Konrad Muzyka, analista de Rochan Consulting.
"Ya no es ciencia ficción pensar que la guerra terminará en cuestión de semanas, meses y no años", escribió Muzyka.