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Salud

Niños más ansiosos, deprimidos y desconectados: ¿qué hacer con las pantallas y las redes sociales?

Los niños usan celulares, pantallas, redes sociales... y eso está teniendo impacto en cómo desarrollan su cerebro, su capacidad de aprender y su salud mental. Qué hacer con la llamada "generación ansiosa", estos niños que tienen "un portal en el bolsillo que los lleva a un universo alternativo emocionante, adictivo e inadecuado para ellos”.
Publicado 19 Ene 2025 – 11:15 AM EST | Actualizado 19 Ene 2025 – 11:16 AM EST
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La lista de países que están prohibiendo el uso de celulares en las escuelas sigue creciendo. Brasil fue el último país en aprobar normativas para impedir el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas. Francia, Italia, Países Bajos y Reino Unido son algunos de los países que ya han tomado medidas sobre los móviles en las aulas.

En un mundo dominado por los teléfonos inteligentes y las redes sociales (y poco a poco por la inteligencia artificial) el temor sobre el impacto de todo eso en la salud mental de todos, pero más especialmente en los niños y su desarrollo, han llevado a varios países a implementar prohibiciones. Estas medidas buscan reducir distracciones y fomentar la interacción social.

Diferentes estudios han revelado que el uso de pantallas en menores ha tenido impacto negativo en su capacidad para mantener la atención, en su desarrollo y aprendizaje, mientras que las redes sociales pueden afectar profundamente la salud mental de los menores.

¿Qué hacer con las distracciones tecnológicas? El problema está y es global... pero la resolución no es sencilla: hay quienes creen que prohibir los celulares en ámbitos educativos es el camino, mientras que otros consideran que es poco realista ya que se excluye el mundo digital de la enseñanza, pese a que será parte crucial de la vida de los menores.

El impacto de los teléfonos inteligentes en la salud mental

Jonathan Haidt, psicólogo social y autor del libro The Anxious Generation, un libro que generó interés y discusión masivas desde su lanzamiento en 2024, sostiene que “la gran reestructuración de la infancia” impulsada por los teléfonos ha desencadenado una “epidemia de enfermedades mentales”. Según Haidt, los teléfonos inteligentes actúan como “bloqueadores de experiencias”, eliminando momentos clave de exploración y conexión en el mundo real. “Es, básicamente, la pérdida de la infancia en el mundo real” , dijo Haidt a TODAY.com.

"No permitimos que los preadolescentes compren tabaco o alcohol, ni que entren a los casinos. Los costos de usar las redes sociales, en particular, son altos para los adolescentes (...) mientras que los beneficios son mínimos", explica.

"Mientras que las partes del cerebro que buscan recompensas maduran antes, la corteza frontal, esencial para el autocontrol, la demora de la gratificación y la resistencia a la tentación, no alcanza su capacidad máxima hasta mediados de los 20 años, y los preadolescentes se encuentran en un punto particularmente vulnerable del desarrollo”, detalla Haidt en su libro 'La generación ansiosa'.


Hay quienes consideran que el llamado de Haidt es alarmista. Un artículo de la psicóloga Candice L. Odgers publicado en Nature se pregunta: "¿Están las redes sociales realmente detrás de una epidemia de enfermedades mentales en la adolescencia?". Y continúa indicando que "la evidencia es ambigua en cuanto a si el tiempo frente a la pantalla es el culpable del aumento de los niveles de depresión y ansiedad en la adolescencia, y la creciente histeria podría distraernos de abordar las causas reales".

El problema es profundo: un estudio publicado en 2023 por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC, por sus siglas en inglés) reveló que los niveles sin precedentes de tristeza , abuso y pensamientos suicidas. Tres de cada cinco jóvenes sufrió tristeza persistente en 2021, 60% más que hace una década. Si bien esto no es solamente atribuible al uso de teléfonos, es la actual generación de niños y jóvenes que está atravesando cambios tecnológicos sin precedentes.

La agencia UNESCO publicó un informe en 2023 titulado ' ¿Teléfonos inteligentes en el aula? Solo cuando claramente ayudan al aprendizaje' en el que pidió a las escuelas de todo el mundo que prohíban el uso de estos dispositivos porque provoca un peor rendimiento de los estudiantes.

El informe advierte que, si bien las tecnologías pueden ser beneficiosas para el aprendizaje de los estudiantes, también pueden tener un impacto perjudicial si se utilizan de manera inapropiada o excesiva, como en el caso de los teléfonos inteligentes. “Los datos de evaluación internacionales a gran escala, como los proporcionados por el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), sugieren un vínculo negativo entre el uso excesivo (de dispositivos) y el rendimiento de los estudiantes”, dice el informe.

“Necesitamos enseñar a los niños a vivir con y sin tecnología; a tomar lo que necesitan de la abundancia de información, pero ignorar lo que no es necesario; a dejar que la tecnología apoye, pero nunca suplante, las interacciones humanas en la enseñanza y el aprendizaje”, dijo Manos Antoninis, director del informe.


Estas preocupaciones también fueron enfatizadas por el cirujano general de Estados Unidos, Vivek Murthy, quien calificó a las redes sociales como “un factor importante” en la crisis de salud mental juvenil. Murthy recomendó en un artículo publicado en The New York Times que estas plataformas incluyan advertencias sobre sus riesgos, similar a las etiquetas del tabaco. “Pasar más de tres horas al día en redes sociales duplica el riesgo de sufrir ansiedad y depresión en adolescentes”, dijo Murthy.

Prohibir el celular en las escuelas

En respuesta a estas preocupaciones, algunos países están tomando medidas. En Bélgica, el gobierno planea prohibir los teléfonos en las escuelas a partir del año académico 2025-2026. La ministra de Educación, Valérie Glatigny, explicó que esta medida busca minimizar las distracciones: “Cuando recibes una notificación, puede tomar hasta 20 minutos recuperar la concentración. Menos llamadas significan más interacciones reales”.

De manera similar, Francia implementó en 2018 una prohibición nacional para estudiantes menores de 15 años, alineándose con las recomendaciones de la UNESCO y la OMS. Estas organizaciones han abogado por la restricción del uso de celulares en el aula como una estrategia clave para proteger el desarrollo cognitivo y emocional de los adolescentes.

El debate sobre los efectos de los teléfonos inteligentes está lejos de resolverse. Aunque las prohibiciones de celulares son un paso importante, los expertos coinciden en que no son suficientes para abordar el problema en su totalidad. El psicólogo social Haidt propone cuatro medidas: prohibir los teléfonos para niños, retrasar el a las redes sociales hasta los 16 años, eliminar los teléfonos en las escuelas y fomentar el juego en el mundo real.

“La generación Z se convirtió en la primera generación de la historia en atravesar la pubertad con un portal en el bolsillo que los alejaba de las personas cercanas y los lleva a un universo alternativo que es emocionante, adictivo, inestable e (...) inadecuado para niños y adolescentes”, apunta en su libro Jonathan Haidt. “La vida basada en el teléfono dificulta que las personas estén completamente presentes cuando están con otros y que se sienten en silencio consigo mismas cuando están solas”.

Las restricciones al uso de teléfonos inteligentes en las escuelas reflejan un esfuerzo global por equilibrar los beneficios de la tecnología con los riesgos para la salud mental y el desarrollo. “No se trata de demonizar la tecnología, sino de entender cómo usarla para enriquecer, en lugar de limitar, nuestras vidas”, dice Haidt.

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