Colapsa el gobierno afgano: EEUU envía 1,000 tropas más apoyar en la caótica retirada del país
El Pentágono autorizó este domingo el envío de otras 1,000 tropas a Afganistán después de que los talibanes entraran a Kabul y que el presidente, Ashraf Ghani, huyera del país. Las nuevas tropas se suman a las 5,000 que ha enviado ya el gobierno estadounidense, en medio del colapso del gobierno instituido tras la operación militar emprendida por Washington a raíz de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Con esta decisión, suman 6,000 las tropas de EEUU destinadas a Afganistán. Las tropas adicionales provienen del grupo de la 82a Aerotransportada, que se dirigía a Kuwait, y están siendo enviadas como resultado del deterioro de la situación de seguridad, dijo el funcionario.
Su misión principal es la seguridad del aeropuerto internacional de Kabul, que es el punto de entrada para las tropas y el punto de salida para el personal de la embajada de Estados Unidos y los afganos que abandonan el país.
"Nuestro país ha sido liberado y los muyahidines salen victoriosos en Afganistán", dijo un militante al canal de noticias Al Jazeera desde el palacio.
Horas antes, decenas de combatientes talibanes habían tomado el control del palacio presidencial, declarando la victoria sobre el gobierno afgano en imágenes transmitidas por televisión.
El aeropuerto de Kabul reflejó imágenes de caos y pánico, mientras ciudadanos afganos se dirigieron en masa para intentar huir del país. Un funcionario del Pentágono citado por CNN explicó que EEUU "no asumía que cada pulgada del aeropuerto sea segura". El ejército de EEUU asumió el control del aeropuerto, que hasta ahora seguía en manos de controladores afganos.
Los combatientes mostraron a los periodistas sus armas en un recorrido por el edificio, después de que Ghani huyera del país. El mandatario voló fuera del país, dijeron a la AP dos funcionarios, que hablaron bajo anonimato. Poco después, en un video por internet, Abdullah Abdullah, el jefe del Consejo de Reconciliación Nacional Afgano, confirmó la partida de Ghani.
"Salió de Afganistán en un momento difícil, Dios lo haga responsable", dijo Abdullah.
Los combatientes talibanes entraron este domingo a Kabul, la capital afgana, y dijeron en ese momento que buscaban una "transferencia pacífica" del poder, en medio de su irrefrenable avance. Los insurgentes se abrieron paso a través de una ciudad presa del pánico, donde helicópteros sobrevolaron durante todo el día para intentar evacuar al personal de la embajada de Estados Unidos. El personal destruyó documentos importantes y se bajó la bandera estadounidense. Otras misiones occidentales también se alistan para sacar a su gente.
Los civiles afganos temen que los talibanes impongan nuevamente una regla brutal que prácticamente elimine los derechos de las mujeres y por eso se apresuraban a abandonar el país, haciendo cola en los cajeros automáticos para retirar los ahorros de toda su vida.
En una ofensiva asombrosa, los talibanes se apoderaron de casi todo Afganistán en más de una semana, a pesar de los cientos de miles de millones de dólares gastados por OTAN durante casi dos décadas para fortalecer las fuerzas de seguridad afganas. Apenas unos días antes, una evaluación militar estadounidense estimó que pasaría un mes antes de que la capital se viese bajo presión insurgente.
Los talibanes han derrotado, cooptado o enviado a las fuerzas de seguridad afganas a huir de amplias franjas del país, a pesar de que estas contaban con algún apoyo aéreo del Ejército estadounidense.
La llegada al último bastión
Este domingo, cuando los militantes se acercaron a Kabul se escucharon disparos esporádicos, aunque las calles estaban en gran parte silenciosas. Los trabajadores huyeron de las oficinas gubernamentales y humo se elevó sobre la ciudad mientras el personal de la embajada estadounidense quemaba los documentos importantes.
Un portavoz de los talibanes dijo al canal Al-Jazeera que los insurgentes estaban "esperando un traslado pacífico de la ciudad de Kabul", pero se negó a ofrecer detalles sobre posibles negociaciones entre sus fuerzas y el gobierno. Cuando se le preguntó qué tipo de acuerdo querían los talibanes, reconoció que buscaban una rendición incondicional por parte del gobierno central. Ello se concretó poco después con la salida del presidente.
Este fin de semana, los talibanes tomaron también la cercana ciudad de Jalalabad, que era la última ciudad importante además de la capital que no estaba bajo su control.
Para evidenciarlo, publicaron fotos en línea que los mostraban en la oficina del gobernador en Jalalabad, la capital de la provincia de Nangarhar. Abrarullah Murad, un legislador de la provincia, dijo a la AP que los insurgentes tomaron la ciudad después de que los ancianos negociaran la caída del gobierno allí y que la ciudad se rindió sin combates.
Lo mismo ocurrió en Maidan Shar, la capital de Maidan Wardak, y en la capital provincial en Khost. Además, lograron el control de la frontera terrestre en Torkham, la última que les faltaba. El ministro del Interior de Pakistán, Sheikh Rashid Ahmed, dijo a la emisora local Geo TV que su país detuvo el tráfico transfronterizo después de que los militantes tomaron el lugar.
En otro punto del país, las fuerzas afganas en la base aérea de Bagram, hogar de una prisión que alberga a 5,000 presos, se rindieron a los talibanes, según el jefe del distrito de Bagram, Darwaish Raufi. La prisión de la antigua base estadounidense albergaba a combatientes del grupo Estado Islámico y talibanes.
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