"Me doy asco. No tengo ganas de vivir": testimonios de mujeres ucranianas violadas por militares rusos
Con la voz quebrada por la emoción, Elena, cuyo nombre ha sido modificado, intenta hablar: ella fue elegida por soldados rusos por ser la esposa de un militar ucraniano, y fue violada durante horas por dos de ellos. Cuenta que la violaron en su propia casa, que fueron dos rusos. Y dice que no tiene ganas de vivir.
Este testimonio ejemplifica los temores de organizaciones de derechos humanos que muestran indicios del uso de la violación como "arma de guerra" en Ucrania.
La violación, de hecho, está tipificada como un crimen de guerra así como también contemplada dentro de los crímenes de lesa humanidad.
Las denuncias de mujeres que dicen que fueron violadas se han estado multiplicando en las últimas semanas, en especial en las zonas en donde las tropas rusas se han retirado.
La tragedia de Elena: "Me doy asco, no tengo ganas de vivir"
Elena fue entrevistada en Zaporiyia por la agencia AFP, ciudad a la que llegan miles de desplazados por la ocupación rusa en el sur de Ucrania. Ella esperaba el bus para viajar a reencontrarse con sus cuatro hijos en Vinnytsia, en el centro del país, donde los envió desde su casa en Jersón (sur) para mantenerlos seguros.
Su marido, que combate desde hace dos años a los separatistas prorrusos en el Donbas, en el este de Ucrania, fue enviado al frente y Elena se quedó sola para trasladar sus pertenencias. Pero por lo peligroso del trayecto y la presencia de militares rusos, no logró encontrar un vehículo para vaciar su casa.
"Hacia las 3 pm (de la tarde del 3 de abril), fui a un almacén. Mientras hacía la fila, entraron militares rusos y empezaron a discutir con los clientes", continúa. "No entendía de qué hablaban, pero me di cuenta que uno de los habitantes me señalaba con el dedo diciendo... es 'la esposa de un militar'", recuerda Elena.
"Vi que me observaban cuando salí rápidamente de la tienda. Apenas alcancé a llegar a casa cuando los dos soldados rusos entraron por la puerta detrás de mí. No tuve tiempo de tomar el teléfono para pedir ayuda ni de hacer nada", dice.
"Sin una palabra me empujaron sobre la cama, me colocaron una ametralladora encima y me desvistieron", relata la joven antes de estallar en lágrimas. "Casi no hablaban... se decían entre ellos 'es tu turno'" y luego de unas horas se marcharon, dice.
Elena dice que no habló con nadie aún. "Soy partera, me hice las primeras curaciones yo misma", explica. "Encontraré todo lo que necesito una vez que llegue a mi destino. Solo quiero reencontrarme con mis hijos", agrega.
Al ser consultada sobre su estado físico y psicológico, comienza a llorar nuevamente: "Me doy asco. No tengo más ganas de vivir".
Infierno de Olha: "Me forzó a darle sexo oral, con un arma en mi sien"
El caso de Olha -su nombre también fue modificado- fue documentado por la Human Rights Watch (HRW), organización mundial de defensa de los derechos humanos.
El 13 de marzo, un soldado ruso golpeó y violó repetidamente a Olha, una mujer de 31 años de Malaya Rohan, un pueblo en la región de Jarkov que las fuerzas rusas controlaban en ese momento.
Los soldados rusos entraron al pueblo el 25 de febrero. Ese día, unas 40 personas, en su mayoría mujeres y niñas, se refugiaron en el sótano de una escuela local. Estaba allí con su hija de 5 años, su madre, su hermana de 13 años y su hermano de 24 años.
Alrededor de la medianoche del 13 de marzo, un soldado ruso ingresó a la escuela. “Rompió las ventanas de vidrio en la entrada y golpeó la puerta”, dijo. El soldado se dirigió al sótano y ordenó a todos que se alinearan. La mujer estaba en la fila sosteniendo a su hija dormida. Tras amenazas de disparos, el soldado se acercó a su familia y le dijo que lo siguiera.
El soldado la llevó a un salón de clases en el segundo piso, donde le apuntó con un arma y le dijo que se desnudara.
La violó y luego le dijo que se sentara en una silla. El soldado le dijo que fuera al sótano a buscar sus cosas, para poder quedarse en el salón de clases con él. Ella lo rechazó porque quería ir con su hija. El soldado tomó un cuchillo y le dijo que lo hiciera si quería volver a ver a su hija.
La violó nuevamente, le puso un cuchillo en la garganta y le cortó la piel del cuello, la mejilla y parte del cabello. La golpeó en la cara con un libro y la abofeteó repetidamente. Ella y su familia pudieron escapar. “Tengo suerte de estar viva”, dijo a HRW. Dijo que las autoridades del consejo de su pueblo estaban preparando una denuncia penal por su caso.
Crimen de guerra
presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, indicó que se están acumulando "miles de denuncias" de violaciones, incluidos casos de violaciones a "niñas menores de edad".
La filial ucraniana de la ONG La Strada, que defiende los derechos de las mujeres, recibió en su número de denuncias "llamados concernientes a siete casos de violación de mujeres y niños ucranianos por parte de ocupantes rusos", indicó la responsable de la organización, Aliona Kryvuliak, a la agencia de noticias.
Pero cree que habrá cifras mucho más altas cuando comience a disiparse la conmoción de las víctimas. "Puede haber cientos, incluso miles, de mujeres y jóvenes violadas", estima Kryvuliak.
La fiscal general de Ucrania, Iryna Venediktova, dijo que "los militares rusos cometieron violencia sexuale contra mujeres y hombres ucranianos, contra niños y personas mayores" e insistió en la necesidad de reunir pruebas, aunque reconoció la dificultad de hacerlo en un país en guerra.
Las violaciones son consideradas "crímenes de guerra", que se definen como graves violaciones del derecho internacional cometidas contra civiles o combatientes en un conflicto y que generan responsabilidad penal individual de sus autores, según la oficina de ONU para los derechos humanos.
Estos crímenes corresponden a violaciones de las Convenciones de Ginebra de 1949, y cuya codificación más reciente se halla en el Estatuto de Roma de 1998. Allí se define más de 50 ejemplos de crímenes de guerra, entre ellos homicidio, tortura, secuestros, el uso de niños soldados, los ataques intencionales contra civiles y las violaciones.
También las violaciones entran en la definición de crímenes de lesa humanidad, concepto creado en 1945 en los estatutos del Tribunal internacional de Nuremberg. Este crimen se define como "el asesinato, la exterminación, la reducción a esclavitud, la deportación o cualquier otro acto inhumano cometido contra cualquier población civil, antes o durante la guerra, o bien las persecuciones por motivos raciales o religiosos".
Fue creado a posteriori para juzgar a los criminales nazis cuyos crímenes no habían sido imaginados anteriormente. Fue codificado en el artículo 7 del Estatuto de Roma, que determina que los crímenes contra la humanidad son actos como el asesinato, la violación, la persecución y otros actos inhumanos "en el marco de un ataque sistemático lanzado voluntariamente contra cualquier población civil".