30 entrevistas para entender el Plan Colombia

Por Maye Primera @mayepri
El libro los reúne a todos: presidentes de Colombia y Estados Unidos, senadores, ministros de Defensa, fiscales, agentes antimafia, periodistas que participaron directamente en la creación, la ejecución y la crítica del Plan Colombia, concebido hace 15 años en Washington como una estrategia militar y financiera para poner freno a la producción y tráfico de drogas y a su vez, poner fin al conflicto armado.
Este volumen, titulado El país que se hizo posible (Planeta, 2016) y escrito por el periodista colombiano Julio Sánchez Cristo, agrupa 30 entrevistas exclusivas con personajes tan relevantes como los presidentes Juan Manuel Santos y Barack Obama; los expresidentes Andrés Pastrana, Bill Clinton y George Bush; las exsecretarias de Estado Madeleine Albright y Condoleeza Rice; los exministros de Defensa colombianos Rodrigo Rivera, Juan Carlos Pinzón y Martha Lucía Ramírez; el zar antidrogas en la era Clinton, Barry Mc Caffrey; los periodistas Isaac Lee, Enrique Santos y Germán Castro Caycedo, entre muchos otros.
“Yo no escribo, yo hablo por la radio”, advierte el autor, galardonado con el premio Planeta Colombia por ésta, su primera obra. Su intención era lograr un análisis amplio de los resultados del Plan Colombia; en esa tarea, el balance de unos y otros está cargado de errores y aciertos, casi a partes iguales.
La primera conclusión de Sánchez Cristo es que la guerra contra las drogas se perdió. Pero a cambio, el Plan Colombia le recuperó para el país la certificación de Estados Unidos, que ahora ve al gobierno de Bogotá como un aliado. “ La entrevista a Barack Obama es muy generosa con el país, con obvias reservas. Él mismo reconoce que hay que cambiar la estrategia, que la estrategia no funcionó y que independientemente de toda esa proyección que tiene Colombia, queda un largo camino por recorrer”, dice el autor.
“Para muchos, Colombia era un Estado muy débil, un Estado fallido. Otros piensan que el Plan Colombia le dio nuevamente respeto al país en el marco internacional. Pero al final, y es un poco el sinsabor que deja el libro, la guerra contra las drogas sigue en veremos. Todos los días entra más y más droga a Estados Unidos, y los colombianos siguen poniendo los muertos”, dice Sánchez Cristo.
El Plan Colombia comenzó a gestarse en 1999 durante la istración del presidente Andrés Pastrana, al mismo tiempo en que su gobierno sostenía diálogos de paz con la guerrilla de las FARC en San Vicente del Caguán que culminaron sin éxito en 2002. En julio de 2000, el Congreso de Estados Unidos aprobó oficialmente la puesta en marcha del proyecto con un presupuesto de 7,500 millones de dólares.
“Esta inversión poco a poco se ha ido adelgazando. Pero gracias a ella, “Colombia tiene una policía mucho más seria, más fuerte y la flota de helicópteros más grande de la región”, explica el autor.
El país también se pobló de los mejores agentes de inteligencia de Estados Unidos, que solo volvieron a casa luego de lograr la extradición de los altos mandos del Cartel de Cali y del Cartel del Norte del Valle.
“El punto más álgido (de esta colaboración) llega cuando Juan Manuel Santos era el ministro de Defensa de Álvaro Uribe y dio el golpe más duro que se le ha dado a las FARC, que fue cuando mataron a Raúl Reyes en la frontera con Ecuador. Y luego, con una operación de inteligencia súper sofisticada es que logran la Operación Jaque en la cual terminan liberados Ingrid Betancourt, tres norteamericanos y otros diez secuestrados colombianos. Todo eso es Plan Colombia”, recuerda el periodista.
El autor ubica el comienzo de toda esta historia en 1996: cuando Washington decide retirarle el visado al presidente Ernesto Samper para entrar a Estados Unidos, luego de que el Congreso colombiano iniciara una investigación en su contra por sus supuestos vínculos con el narcotráfico.
“(En la entrevista incluida en el libro), el presidente Bill Clinton respondió por qué le quitaron la visa a Ernesto Samper . Para mi sorpresa, respondió a esa pregunta, que es de una carga de profundidad que usted va a entender dónde se origina el Plan Colombia y el tamaño del lío de Colombia”, dice el autor.
Y la parte de esta trama de 15 años que aún falta por contar, permanece como una incógnita del lado de Estados Unidos:
“En estos años de Plan Colombia aprendí los nombres de los más importantes capos colombianos, me sé los nombres de los mexicanos, me sé los nombres de los italianos y sé que hay una conexión rusa y sé quiénes son los colombianos que han montado la operación para Europa. ¿Pero alguien sabe el nombre de algún capo de la droga en Estados Unidos? ¿La droga llega a Estados Unidos y se la entregan a unos fantasmas? ¿Cómo llega la droga a Harlem? Tienen que tener algún capo en Estados Unidos y la plata tiene que entrar a algún banco, pero Estados Unidos no ve el consumo ni los capos gringos”, concluye el periodista.
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