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Agente de la DEA acepta que ilegalmente estuvo armado al capturar a ‘El Chapo’ en 2014

Víctor J. Vázquez, el agente de la DEA que le siguió la pista a los jefes del cartel de Sinaloa desde enero de 2014, relató su participación en el operativo que capturó al narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán en febrero de ese año e incluyó videos y fotos que él mismo tomó.
17 Ene 2019 – 03:07 PM EST
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El agente de la DEA Víctor Vásquez durante el interrogarorio de la fiscal asistente Andrea Goldberg este jueves 17 de enero. Crédito: Jane Rosenberg/Reuters

NUEVA YORK.- El relato casi cinematográfico que hizo un agente especial de la istración para el Control de Drogas (DEA) sobre su participación en el operativo que capturó al narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán en Sinaloa en febrero de 2014, fue interrumpido este jueves por los cuestionamientos de la defensa sobre una aparente violación a las leyes mexicanas: el oficial usó ilegalmente un rifle de asalto y un uniforme de la Marina mexicana en aquella incursión.

Fue hasta 2015 cuando los legisladores mexicanos aprobaron una iniciativa de ley que por primera vez en la historia de ese país autorizó que haya agentes extranjeros armados en su territorio. Antes de que eso ocurriera, la portación de armas de fuego por parte de agentes de la DEA era un tema candente, al igual que su colaboración activa en las acciones para desmantelar organizaciones de tráfico de droga.

En una foto mostrada al jurado se observa a Víctor J. Vázquez, el agente de la DEA que le siguió la pista a los jefes del cartel de Sinaloa desde enero de 2014, sosteniendo un rifle de asalto y vistiendo un uniforme militar frente a 2,800 paquetes de metanfetamina que se encontraron en una de las cinco casas de seguridad que fueron cateadas el 17 de febrero cuando buscaban a ‘El Chapo’.

Ya que se cubría el rostro con una máscara negra, ahora usual entre los militares y policías en el vecino país, hasta ahora se ha reconocida oficialmente que se trataba de un oficial estadounidense.

La Fiscalía federal trató de evitar que Vázquez aceptara que en esas incursiones él portaba al menos un arma de fuego, pero el juez Brian Cogan no lo permitió. “¿Qué es eso?”, le preguntó el abogado Eduardo Balarezo al mostrar la imagen del agente.

“Es un rifle de asalto”, respondió Vázquez, mencionando que su rol en los operativos era ofrecer “guía, información histórica, información de inteligencia y experiencia”.

“¿Por qué portar un arma de asalto?”, continuó interrogando Balarezo.

“Protección. Porque, como dije, la ciudad de Culiacán es controlada por el cartel de Sinaloa. La portaba por protección, por si los del cartel atacaban a los marinos”, explicó.

El agente de la DEA aseguró que él solo identificó a Guzmán cuando fue detenido en el Hotel Miramar en Mazatlán, Sinaloa, en la madrugada del 22 de febrero de 2014, la segunda vez que el capo fue puesto bajo custodia. Aunque un año después se fugó del penal El Altiplano a través de un túnel, su sello.

Cuando el abogado Balarezo mostró una imagen de ‘El Chapo’ sometido por un hombre que vestía un uniforme de tipo militar, Vázquez afirmó que él no era quien le tomaba la cabeza. De hecho, aseguró que jamás tocó a quien entonces era el criminal más buscado del mundo.

“¿Es esa su mano?”, le cuestionó el litigante apuntando la imagen.

“No, señor”, contestó enfático el oficial.

“¿Solo los marinos (mexicanos) capturaron al señor Guzmán?”, preguntó Balarezo.

Los fiscales interrumpieron el contrainterrogatorio; después, estos y los abogados de ‘El Chapo’ se acercaron a la barra del juez Cogan para conversar sobre ese tema. Balarezo ya no lo retomó.

Al indagar sobre si había decomisado armamento, Vázquez insistió en que “no era mi rol” y señaló que su único objetivo era “capturar” a los jefes del cartel.
“¡Bendito… es él!”

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De acuerdo con el relato de Vázquez, el segundo arresto de Guzmán se logró gracias a que unos días antes capturaron a uno de sus cómplices más cercanos, apodado ‘Nariz’. Este se encontraba en una fiesta “bebiendo y escuchando música” con decenas de hombres y mujeres en una casa en Culiacán, cuando la zona fue rodeada por un equipo de élite de la Marina Mexicana.

Fue ‘Nariz’ quien llevó en su propio vehículo al agente de la DEA y a los marinos hasta una de las casas de seguridad en las que se ocultaba ‘El Chapo’. Detrás, a bordo
de vehículos sin insignias, los militares lo seguían. Al llegar a una calle se abrió la puerta de un garaje. Habían llegado a la guarida del capo, una vivienda de dos niveles. “Me sorprendió que funcionó”, expresó el oficial antinarcóticos en la corte.

Estaban encendidas las luces del segundo piso de la propiedad, pero los militares tardaron entre 8 y 9 minutos tratando de abrir la puerta principal dándole golpes con una barra de metal. Un informe de inteligencia que recibió el funcionario de la DEA fue transmitido a los marinos: vayan directo a la bañera de la recámara principal. Debajo de esta encontraron un mecanismo que conectaba al sistema de drenaje de la ciudad. El escurridizo Guzmán había huido otra vez.
Vázquez contó que el pasadizo era “muy chiquito” y “muy caliente”. Él mismo se atoró tratando de entrar. Dice que pidió “voluntarios” para entrar al túnel y que todos los marinos levantaron la mano. Solo podían ingresar con pistolas y chalecos antibalas. “Vaya con Dios”, les dijo entregándoles luces.

Aunque los primeros que entraron llegaron a escuchar los gritos de ‘El Chapo’, no lo detuvieron.

El detenido los llevó a otras cuatro casas de seguridad del capo, algunas de las cuales tenían túneles debajo de las bañeras. Solo encontraron un arsenal, el cual incluida un lanzagranadas, droga y fotografías de los hijos del narcotraficante.

En los siguientes días, el equipo de la Marina arrestó a otro operador del cartel, apodado ‘Picudo’, quien confesó que ‘El Chapo’ le había pedido ayuda para llegar a Mazatlán. Los militares llegaron vistiendo pantaloncillos cortos y sandalias, para hacerse pasar por turistas.

Hasta la madrugada del 22 de febrero de 2014 se animaron a entrar al Hotel Miramar, el cual era custodiado por dos patrullas municipales. A ese lugar solo se acercaron unos 25 militares y el agente Vázquez, para no llamar la atención.

Al llegar, el agente de la DEA contó que observó la fachada del edificio de 20 pisos y pensó: “tiene que estar ahí en algún lugar”, y se quedó ahí. “Buscaba a alguien abriendo la ventana o tratando de brincar al balcón”.

Mientras este relato se escuchaba en el tribunal, Guzmán escuchaba atento la traducción y tomaba nota. Emma, en cambio, hacía un sonido repetitivo con sus uñas que golpeaban la banca de madera.

Vázquez dijo que finalmente le notificaron que tenían a ‘El Chapo’ por radio. Cuando subió a la habitación en el cuarto piso del hotel, los marinos le dijeron: “¡Confirma! ¿Es él? ¿Es él?”. Al aproximarse al hombre de bigote que tenían hincado, el oficial de la DEA expresó: “¡Bendito! Es él!”. Luego se dirigió al narcotraficante y le dijo: “Eres tú”.

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