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Asesino, torturador y depredador de niñas: el perfil criminal de ‘El Chapo’ revelado en su juicio

La figura de héroe popular que fueron construyendo los narcocorridos y series ha sido destruida en su juicio por narcotráfico en una corte federal en Brooklyn. Varios testigos de la Fiscalía lo han descrito como un hombre sanguinario y perverso que está detrás de miles de muertes: en México, por su guerra contra otros carteles y el gobierno; y en Estados Unidos, por una cifra récord de sobredosis de droga.
9 Feb 2019 – 01:00 PM EST
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En la soledad de la sierra de Sinaloa, su guarida preferida, poderoso cartel de Sinaloa.

Pero Guzmán sentía que le faltaba pasar al siguiente nivel y fue planificando llevar su vida a la pantalla grande. Quería contar su versión de la historia, presumir que ese niño que vendía naranjas en la humilde comunidad de La Tuna y que estudió hasta el tercer grado se había convertido en un hombre que alcanzó la cima del mundo criminal y se forró de dinero.

Antes de que los actores lo colgaron de cabeza desde un helicóptero en Nayarit.

Mientras conspiraba para agregarle otro capítulo a su leyenda, lo transportó en enero de 2017 a una prisión federal en Manhattan.

Dos años después de su extradición, los relatos de 56 testigos que se escucharon en su juicio por narcotráfico en una corte federal en Brooklyn no hicieron más que quitarle esa careta de héroe popular y ponerle otra que lo exhibe, en cambio, como un horrendo depredador infantil.

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“Que no queden ni los huesos”

“Todavía la persona trataba de respirar, pero así lo enterramos”, relató Isaías Valdez Ríos, uno de los guardaespaldas de Guzmán y el último de una lista de 13 testigos clave que presentó la Fiscalía federal.

Este militar desertor que cuidaba a ‘El Chapo’ en la sierra describía el horrendo final de un miembro del cartel de los hermanos Arellano Félix que terminó en manos del mafioso, en las montañas de Durango. Ya que ‘El Chapo’ le dio un balazo con una pistola de bajo calibre, no lo mató inmediatamente.

“A chingar a tu madre”, contó Valdez que el capo le expresó a la víctima, que “venía bastante torturado” y por eso “apestaba, estaba podrido ya”. Después ordenó que lo enterraran en un hoyo. Aún agonizaba.

Uno de sus interrogatorios fue grabado en un video subido a YouTube hace unos años. El FBI validó que es Guzmán quien lanza preguntas mientras camina frente a un hombre que está sentado en el piso y atado a un tronco.

No es que los narcocorridos que se han escrito sobre el exlíder del cartel de Sinaloa oculten su lado violento, pero nunca lo han exhibido como alguien que goce con el derramamiento de sangre. En su apología le describen más bien como un capo exitoso que defiende su territorio y sus negocios. Jamás lo vinculan a que México sea ahora un país de cementerios llenos, fosas y desaparecidos.

“Amigo del buen amigo/ enemigo de enemigos/ alegre y enamorado/ así Loera, lo es y será”, dice el tema musical ‘El Señor de la Montaña’ del grupo Los Canelos de Durango.

Otras canciones ni siquiera tocan el tema: “Él forma parte del cartel más fuerte que existe/ es de puro Culiacán/ trae la camisa bien puesta/ orgulloso lo dice/ yo soy el Chapo Guzmán”, expone el corrido ‘El niño de La Tuna’ del cantante Roberto Tapia.


Valdez Ríos cerró los testimonios del gobierno haciéndole contrapeso a esa mitología de adoración. Según su relato, ‘El Chapo’ mató por su propia mano a tres hombres, incluyendo al que ordenó que sepultaran vivo. A dos del cartel de Los Zetas les fue peor: él mismo los torturó golpeándolos con un tronco y con un arma durante largo tiempo. Ocurrió en Durango, en 2006 o 2007.

“¡Hijos de su pinche madre!”, les gritaba Guzmán en medio de la brutal paliza. Cansado de pegarles, pidió que cavaran sus tumbas clandestinas y que encendieran una hoguera dentro. Luego mató a cada uno de los integrantes de Los Zetas dándoles un tiro en la cabeza y pidió que los arrojaran a la lumbre.

“Que no queden ni los huesos”, ordenó a sus sicarios, contó Valdez Ríos, a quien apodan ‘Memín’.

“Un despiadado que envenenó a millones”

En la audiencia del 19 de noviembre de 2018, el jurado conoció por primera vez –a través de los relatos de Jesús ‘Rey’ Zambada, quien era lugarteniente del cartel en la Ciudad de México– el rostro más despiadado del acusado. Relató sin sobresaltos que Guzmán se molestó tanto porque uno de los aliados de su organización, Rodolfo Carrillo Fuentes, del cartel de Juárez, no le dio la mano al final de una reunión, que pidió a sus gatilleros que lo ejecutaran a tiros.

La orden se cumplió frente a un cine en Culiacán, Sinaloa, en 2004. “’El Chapo’ estaba enojado”, afirmó Zambada, agregando que, en venganza, los de Juárez asesinaron a un hermano de Guzmán.

‘Rey’ también describió el tiroteo en el que murió Julio Beltrán, parte del cartel, porque lo desobedeció en un envío de cocaína. Casi lo decapitaron a tiros. Otra víctima de Guzmán, aseguró Zambada, fue Ramón Arellano Félix, acribillado en una calle de Mazatlán, Sinaloa, el 10 de febrero de 2002. El hermano de ‘El Mayo’ Zambada dijo que ‘El Chapo’ incluso celebró ese asesinato.

Los fiscales vinculan a Guzmán con más de 30 asesinatos ocurridos entre enero de 1989 y diciembre de 2015, con el único objetivo de expandir su poderío. pistolas con incrustaciones de diamante.


Por los límites que marcó el juez Brian Cogan, el jurado no escuchó que la más joven en esa lista es Yamileth Bonnilla, de 18 años, quien fue asesinada a tiros cuando dormía en su casa en Culiacán.

“Joaquín Guzmán construyó un imperio perverso a través del sufrimiento de los demás”, señaló León Krauze, conductor de los noticieros de KMEX Univision Los Ángeles, en su artículo ‘El Fin de El Chapo’.

“El verdadero Joaquín Guzmán no es el humilde agricultor que él describió en la prisión de Puente Grande (cuando lo capturaron por primera vez en 1993), un buen samaritano que ayudó a otros en su natal Sinaloa”, escribe Krauze.

“De hecho, es todo lo contrario: un hombre personalmente responsable de miles de muertes durante la guerra contra las drogas de una década de duración en México y, a través de su cartel de Sinaloa, un criminal despiadado que ayudó a envenenar a millones de personas en México, Estados Unidos y otros lugares”, concluye.

Niñas de 13, presuntas víctimas de Guzmán

Unas horas antes de que iniciaran las deliberaciones del jurado, el mundo conoció que ‘El Chapo’ sería además un depredador infantil. Ese alegato perturbador señala que sostuvo relaciones sexuales con niñas a las que llamaba “vitaminas” porque creía que le daban “vida”.

“Por aproximadamente 5,000 dólares, el acusado o uno de sus asociados podían pedir que la niña de su elección fuese llevada a uno de los ranchos del acusado para tener relaciones sexuales”, afirmó un testigo citado en documentos judiciales que se publicaron el pasado 2 de febrero.


Dicho cooperante, Alex Cifuentes, un capo colombiano que vivió en la sierra de Sinaloa, afirmó a las autoridades que en múltiples ocasiones Guzmán violó sexualmente a “niñas de tan solo 13 años”. A las más pequeñas, dijo, les decía “vitaminas”. Estos crímenes ocurrieron entre 2007 y 2008.

Cifuentes dijo a los investigadores que alguien conocida como ‘Comadre María’, aparentemente su “secretaria” Andrea Vélez Fernández, quien se volvió informante del FBI, le ofrecía fotos de niñas a Guzmán para que eligiera. Vélez tenía una agencia de modelos en la Ciudad de México.

Los abogados defensores han negado cada uno de los alegatos anteriores y recalcaron que su cliente jamás sostuvo relaciones sexuales con menores.

“Niega las acusaciones, que carecen de sustento y que fueron consideradas demasiado perjudiciales y poco fiables para ser itidas en el juicio”, indicó el abogado Eduardo Balarezo en un comunicado.

“Es desafortunado que el material se haya hecho público justo antes de las deliberaciones del jurado”, reclamó Balarezo.

La criminóloga Mónica Ramírez Cano, quien entrevistó a Guzmán en varias ocasiones antes de su extradición, dijo a Noticias Univision que el capo ya estaba cansado de tener las riendas del cartel de Sinaloa. Sin embargo, en su perfil psicológico ha sido descrito como un manipulador y un mentiroso.

“Él se arrepiente de muchas decisiones equivocadas que ha tomado, que las reconoce él”, dijo Ramírez Cano. “Pero también reconoce que son cosas que él tuvo que hacer”, concluyó.

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