Encuentros cercanos de El Chapo con la DEA
La incautación de un gran cargamento de cocaína en El Salvador en 1993 comenzó a revelar pistas sobre la organización de Joaquín 'El Chapo' Guzmán. Después de su captura en Guatemala en vísperas de la redada en El Salvador, las autoridades estadounidenses comenzaron a armar su historial delictivo.
En junio de 1993 fueron decomisadas seis toneladas de cocaína colombiana en un almacén en las afueras de San Salvador, capital de El Salvador. A pesar del aparente éxito de la operación, faltaba un detalle: el presunto dueño de la cocaína, quien logró huir.
Guzmán había visitado San Salvador dos meses antes de la operación, utilizando la identidad falsa de José Luis Ramírez. Estuvo allí para inspeccionar uno de sus nuevos almacenes de drogas.
"Querían utilizar a El Salvador como una base de transbordo", según un ex oficial encubierto de la policía salvadoreña quien pidió permanecer en el anonimato.
Guzmán desconocía que sus movimientos estaban siendo vigilados por agentes salvadoreños que se habían infiltrado en la red de narcotráfico.
Una noche, Guzmán salió a beber con sus amigos, y se encontró con los agentes encubiertos. Cuando estalló una bronca en un bar, los agentes aprovecharon la confusión para tomar fotos de Guzmán que aparecen en el expediente.
La red se había estado cerrando alrededor de Guzmán durante meses. Mientras él estaba en San Salvador, las autoridades mexicanas capturaron un camión con 7.3 toneladas de mercancía de El Chapo oculta en 1,400 cajas de chiles justo en las afueras de Tijuana.
Según documentos del tribunal, los agentes estaban esperando a Guzmán en San Salvador. El plan era detenerlo el día que las drogas fueran incautadas. "La idea de la DEA, que yo sepa, era capturarlo y trasladarlo inmediatamente a Estados Unidos", dijo el agente encubierto.
Pero las autoridades guatemaltecas les tomaron la delantera, y detuvieron al capo de las drogas el 9 de junio por su presunta implicación en el asesinato del cardenal mexicano Juan Jesús Posadas Ocampo.
Guzmán pasó ocho años encarcelado en Guatemala antes de escapar en 2001. Luego pasó 13 años huyendo antes de ser capturado por segunda vez en febrero de 2014.
A pesar de la decepción por no haber podido atrapar a Guzmán en 1993, las autoridades salvadoreñas hicieron una impresionante redada en la que decomisaron seis toneladas de drogas.
La operación salvadoreña le daría a la DEA una nueva pista importante, gracias a un número de teléfono de uno de sus contadores de mayor confianza en Estados Unidos.
Como resultado, la organización de El Chapo pronto empezaría a desmoronarse conforme sus conexiones al más alto nivel comenzaban a emerger.
La residencia principal del contador era una casa en la Ciudad de México que pertenecía al hijo del ex presidente Luis Echeverría, según lo que averiguó Univision Investiga.
Segoviano decidió colaborar con la DEA e incriminó a los ayudantes de Guzmán, entre ellos al piloto, Martínez Martínez.
También comenzó a hablar y se convirtió en un testigo clave contra Guzmán.
"Le dije, 'Oye, cuando estabas allí, cuando los aviones llegaban a Guanajuato, mandaste un montón [de droga] para allá", dice Villalobos. "Estuviste increíble. Un avión lleno tras otro llegaba de Colombia".
Él respondió en inglés, "éramos buenos, ¿verdad?".
En otro golpe al capo de la droga, las autoridades mexicanas descubrieron uno de los túneles de El Chapo desde Mexicali hasta Otay Mesa.
Cara a cara con El Chapo
En la prisión federal de Puente Grande en Jalisco, Guzmán también estaba frustrado por las amenazas que recibía su familia de sus rivales en el negocio de la droga, los hermanos Arellano Félix. A Guzmán también le molestaba que estaba siendo acusado del escandaloso asesinato del cardenal mexicano Juan Jesús Posadas Ocampo durante un tiroteo en el aeropuerto de Guadalajara.
Villalobos sostiene que ésa fue la razón principal de Guzmán para reunirse con los agentes de la DEA y un investigador federal mexicano. Los agentes acordaron con uno de los intermediarios de Guzmán que se identificarían a sí mismos como psicólogos. La contraseña de la reunión sería: "Yo soy Pepe."
"Entramos en la habitación donde trajeron a El Chapo y él preguntó si estábamos con los derechos humanos", dijo Villalobos. "Respondimos que sí, y el agente de la DEA Joban se levantó y se presentó a sí mismo como se había convenido con su intermediario; 'Yo soy Pepe'".
Villalobos continuó: "Se puso pálido, pálido. Cayó al suelo como si fuera a hacer lagartijas, y miró por debajo de la puerta para ver si el guardia estaba fuera porque no quería que supiera que estábamos con la DEA, que estábamos hablando con él".
Guzmán tenía una propuesta para sus huéspedes.
"Dijo, 'no soy una paloma blanca, pero no tuve nada que ver con la muerte del cardenal. Esos fueron los hermanos Arellano Felix y la gente que llevaron allá para matarme, yo era el objetivo", dice Villalobos.
"Mi familia no me puede ver porque temo que los maten y no debería estar aquí. Por tanto, lo que quiero es entregarlos'", añadió.
A cambio de la información, Guzmán solicitó un acuerdo sobre los cargos que enfrentaba en Estados Unidos.
Villalobos le dijo que le esperaban de 60 a 70 años de cárcel en Estados Unidos. "El gobierno de Estados Unidos no hará nada por usted, no habrá ningún acuerdo con usted", dijo.
Unos meses más tarde El Chapo escapó de la prisión federal de Puente Grande.
Su hermano Arturo Guzmán se reunió con los agentes de la DEA posteriormente en el Hotel Bristol en la Ciudad de México para interceder por su hermano.
"'Chapito quiere seguir hablando con ustedes, quiere entregar a los Arellanos", dijo Arturo Guzmán.
El hermano salió del hotel y media hora más tarde fue detenido por las autoridades mexicanas.
Arturo Guzmán fue asesinado en la cárcel en 2005.
José Luis Patiño Moreno, el investigador federal mexicano que participó en la reunión de la DEA con El Chapo en prisión fue asesinado en Tijuana en 2000, mientras investigaba a los hermanos Arellano Félix.
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