“La guerra contra el narco en México fue una farsa”: las claves del juicio de Genaro García Luna
A principios de 2011, el secuestro de dos policías opacó el arranque de la campaña electoral de Roberto Sandoval Castañeda por la gubernatura de Nayarit. Empañaba su gestión como alcalde de la ciudad, cargo que había dejado días atrás para aspirar a un escaño político más alto.
En ese tiempo aparecían cadáveres colgados en los puentes, desollados y los llamados 'pozoles', un método sanguinario en el que sicarios colocaban restos humanos y granos de maíz en recipientes metálicos.
Era prioridad encontrar con vida a los agentes desaparecidos y se temía que la facción del Cartel de Sinaloa dirigida por Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán los mantenía cautivos en algún lugar.
Édgar Veytia, quien en esa época era jefe de la Policía de Tepic, la capital de Nayarit, estaba en la nómina de los enemigos de Guzmán, el clan de los hermanos Beltrán Leyva, y el secuestro de los policías trataba de cambiarlo de bando., según confesó al testificar en el juicio en Brooklyn contra Genaro García Luna, el ex 'zar antidrogas' de México.
Toda la Policía de Tepic y elementos del Ejército se sumaron a la búsqueda. La única agencia que no les brindó apoyo fue la Policía Federal, a cargo de García Luna.
Aún sin saber nada de los agentes secuestrados, hubo un evento de seguridad en Lagos del Country, en Tepic, encabezado por el gobernador saliente Ney González. Al final del encuentro, Veytia se reunió con el político en el interior de una camioneta Tahoe color blanca.
“Él me preguntó si sabía por qué me pasaban las cosas y si sabía con quién tenía que hablar para rescatar a los policías. Le dije que sí sabía con quién tenía que hablar, porque no eran los Beltrán Leyva los que habían hecho eso”, relató Veytia en la corte.
“Y luego me dijo que acababa de regresar de una reunión muy importante en la Ciudad de México con el presidente (Felipe) Calderón y con el secretario de Seguridad Pública, Genaro (García) Luna. Y me dijo que ‘la línea’ era ‘El Chapo’. Yo estaba sorprendido y un poco nervioso, pero tenía que ir a rescatar a los policías y me fui”, continuó.
- Cuando él dijo que “la línea era ‘El Chapo’”, ¿qué entendió usted que significaba?, le preguntó la fiscal federal Saritha Komatireddy.
- Que teníamos que proteger a la gente de ‘El Chapo’ y no a la de Beltrán, la gente a la que veníamos protegiendo, respondió Veytia.
- Cuando estaba en esa Tahoe blanca con el gobernador y le dijo eso, ¿usted le hizo alguna pregunta?
- No, no. Usted no le pide ninguna explicación al gobernador.
“El Cartel de Sinaloa se reforzó en ese tiempo”
Calderón negó en un tuit lo que catalogó como “absurdas declaraciones” hechas por Veytia. “Lo que señala sobre mí es una absoluta mentira. Nunca negocié ni pacté con criminales", subrayó.
Pero el testimonio de Veytia, quien llegó a ser fiscal de Nayarit, ya había creado un escándalo mediático y volvía a poner en duda las acciones de las autoridades en la llamada guerra contra el narcotráfico.
Calderón la emprendió en el inicio de su gestión a finales de 2006, prometiendo aniquilar a los grupos criminales que -según decía- jamás habían sido confrontadas con dureza en su país.
Dos años después se le sumó la istración de George W. Bush para establecer la llamada Iniciativa Mérida, por la cual las agencias que combatían al crimen organizado en México recibieron equipo, capacitación, así como información de inteligencia. Hasta 2020, se habían entregado a México 1,800 millones de dólares en asistencia, incluyendo más de 20 aeronaves. Este programa desapareció en 2021.
Los alegatos de Veytia no son los únicos que abrieron ese debate. Los capos que han declarado durante tres semanas coinciden en que la estrategia de seguridad de Calderón excluía deliberadamente al Cartel de Sinaloa, confrontó a los rivales de ‘El Chapo’ y a quienes sobornaban estos.
“Con estos pocos testigos se podría considerar que la guerra de Calderón contra el narcotráfico fue una farsa, que simplemente fue un eslogan después de un proceso electoral sumamente cuestionado en el año 2006, que fue para poder legitimarse como presidente, ponerse un traje militar y, al final, librar una guerra selectiva”, dijo en una entrevista con Univision Noticias, Guadalupe Correa-Cabrera, profesora de la George Mason University y autora del libro Las cinco vidas de Genaro García Luna.
Correa-Cabrera se refiere a los alegatos de que Calderón cometió fraude para llegar a Los Pinos.
“Independientemente del juicio, es un hecho que el Cartel de Sinaloa se reforzó en ese tiempo y que el enfoque de las acciones fue la parte del Golfo, además de todos los efectos que eso tuvo sobre los territorios y los recursos naturales”, señala la experta en narcotráfico.
“El Cartel del Golfo y Los Zetas, toda la parte del noroeste mexicano, del Golfo y los estados del oriente, fue donde estuvo el objetivo. Definitivamente hubo una selectividad en ese sentido”, puntualiza.
La “desconfiable” Policía federal
Desde el comienzo de este juicio, los cooperantes del gobierno, narcos que fueron parte del Cartel de Sinaloa antes que los Beltrán Leyva se independizaran, narraron que entregaron sobornos millonarios a García Luna y otros para poder operar a sus anchas en distintos territorios de México, incluyendo el aeropuerto Benito Juárez, el más grande de América Latina. Lo consideraron la mejor inversión que pudieron hacer.
“La evaluación de mi equipo fue que algunas de estas instituciones (mexicanas) no eran efectivas contra ciertos carteles. Y por eso habían desarrollado estrategias para trabajar más de cerca con diferentes agencias para perseguir a ciertos carteles que a otros”, dijo el martes en la corte, Earl Anthony Wayne, quien fue embajador de EEUU en México de 2011 a 2015.
- ¿Con qué cartel no era eficaz la Policía federal?, le preguntó el abogado Florian Mediel, quien es parte del equipo de defensa legal de García Luna.
- Me informaron que no era el socio preferido para trabajar contra los carteles Beltrán Leyva y el de Sinaloa, respondió Wayne.
El martes, después del testimonio de Veytia, José Moreno, un exagente del Buró Federal de Investigaciones (FBI) que trabajó en México, testificó sobre un intento de capturar a ‘El Chapo’ Guzmán en febrero de 2012 en una lujosa residencia en Cabo San Lucas. Confiaron en la Policía federal para montar el operativo; sin embargo, todo salió mal.
El jefe del Cartel de Sinaloa había sido rastreado por agentes de los US Marshals y la DEA pidió reunirse a la 1:30 pm para planear la captura. Solo 12 policías federales estuvieron allí a tiempo; el resto, más de 50, llegaron al menos una hora tarde, relató Moreno.
Eso no fue todo. Por alguna razón el operativo se realizó en la casa equivocada y cuando finalmente entraron al escondite de ‘El Chapo’ se dieron cuenta de que “nadie cubrió la parte trasera de la residencia” para tratar de cerrarle el paso al narco más buscado del mundo.
Veytia recordó otra anécdota sobre la relación corrupta entre la Policía federal y ‘El Chapo’. Relató que su jefe de seguridad escuchó en la radio que la policía estatal de Nayarit estaba pidiendo apoyo en la esquina de la avenida del Valle e Insurgentes, en Tepic. Al llegar vio que estaba una camioneta Suburban blindada y de color negro. Del lado izquierdo del vehículo había policías federales y del lado derecho agentes estatales. Ambos grupos se apuntaban con sus rifles.
Aunque un comandante de la Policía federal le dijo a Veytia que García Luna le había ordenado que permitiera que la Suburban negra se fuera, Veytia quería que los ocupantes bajaran para identificarse.
“Solo estás presumiendo. ‘El Chapo’ podría estar ahí dentro”, le dijo Veytia con sarcasmo. Al notar que había varios civiles en la intersección, él dejó que la SUV se retirara. Luego, a través de un operador de los Beltrán Leyva, supo que su teoría no era tan descabellada. “Tenían información muy importante dentro de la organización, de que ‘El Chapo’ posiblemente estaba adentro” del vehículo, indicó.
Al día siguiente, el propio García Luna le llamó por teléfono para decirle: “Gracias, muchas gracias”.
En otra ocasión, Veytia acompañó a la Ciudad de México a Sandoval Castañeda cuando este ya era gobernador de Nayarit y él asistente del fiscal general. El motivo era una reunión con García Luna. Veytia no entró a la reunión, pero platicó con Luis Cárdenas Palomino, un alto mando policial, y otros oficiales, mientras daban un recorrido por un centro de comando conocido como ‘El Búnker’.
“En cierto momento, me alejé más del grupo mirando unos monitores. Y en ese momento se me acercó el señor Cárdenas Palomino y espontáneamente me dijo que en Nayarit estábamos haciendo las cosas mal, que estábamos del lado equivocado, que debíamos estar del lado de ‘El Chapo’”.
- ¿Cómo respondiste?, le preguntó la fiscal Komatireddy.
- En primer lugar, me sorprendió. En segundo lugar, no sabía qué decir. Y luego dije: Entendido.
Veytia le contó a Sandoval Castañeda lo que le había comentado Cárdenas Palomino y esta fue su reacción: “Efectivamente, sí, estamos solos, este cabrón (García Luna) no nos va a ayudar en nada”.
Los golpes al clan Beltrán Leyva
Es larga la lista de capos que fueron arrestados o murieron durante el sexenio de Calderón. Muy pocos eran del Cartel de Sinaloa. En audiencias previas, Sergio Villarreal Barragán, alias ‘El Grande’, quien fue lugarteniente de los Beltrán Leyva, dijo que él estuvo detrás de la captura de Jesús ‘El Rey’ Zambada en octubre de 2018: se disfrazó de policía, lo secuestró y lo entregó a las autoridades.
Por su parte, Vicente Zambada narró en el juicio de ‘El Chapo’ que lo detuvieron tras una reunión con agentes de la DEA en un hotel de la Ciudad de México en marzo de 2009. Pero no en un operativo.
El grupo más golpeado por el gobierno de Calderón fue el de los Beltrán Leyva. ‘ El Grande’ quedó bajo custodia en Puebla en noviembre de 2010. A Édgar Valdez Villarreal, apodado ‘La Barbie’, lo atraparon el 30 de agosto de ese año en el Estado de México. A principios de 2008 capturaron en Sinaloa a Alfredo Beltrán Leyva, alias ‘El Mochomo’. Y el líder del clan, Arturo Beltrán Leyva, mejor conocido como ‘El Barbas’ y ‘El jefe de jefes’, fue abatido en un operativo militar en Morelos a finales de 2009.
Otros narcos que cayeron en esos años fueron Jaime González Durán, 'El Hummer', de Los Zetas; Gregorio Saucedas Gamboa, 'El Caramuela', del Cartel del Golfo; y Eduardo Teodoro García, 'El Teo', del Cartel de los Arellano Félix.
Dos bajas importantes en el noroeste mexicano fueron las de Heriberto Lazcano, alias ‘El Lazca’, uno de los fundadores de Los Zetas, quien perdió la vida en un operativo de la Marina en octubre de 2012; y la de Arturo Ezequiel Cárdenas Guillén, apodado ‘Tony Tormenta’, del Cartel del Golfo, que murió en un enfrentamiento con marinos en Matamoros en noviembre de 2010.
Las autoridades estadounidenses tampoco se han librado de la polémica en este juicio. De hecho, hubo contradicciones en la corte de Brooklyn respecto a lo que sabía la Casa Blanca y desde cuándo sobre el presunto vínculo de García Luna y el Cartel de Sinaloa.
Miguel Madrigal, quien trabajó para la oficina de la DEA en México de 2008 a 2015, contó que después del arresto de ‘El Grande’ en 2010 este les reveló que el funcionario trabajaba para 'El Chapo'.
Más tarde, Earl Anthony Wayne, quien despachó en la embajada de México en los últimos dos años del sexenio de Calderón, aseguró que nunca recibió información “creíble” de que García Luna era un corrupto. Tampoco lo sospecho, dijo, al cenar una vez en su casa, de la cual recordó una pecera “muy hermosa”.
Jamás alertó a funcionarios de su país, ni dejó que compartir información de inteligencia con él.
- ¿También es justo decir que nadie de las fuerzas del orden durante el año en que coincidió con el señor García Luna le dijo que él era un corrupto?, preguntó el abogado Florian Mediel.
- Correcto, respondió el exdiplomático.
- O que aceptó sobornos de los carteles de la droga, ¿no?
- Correcto.
- Y si hubiera recibido inteligencia o información de que el señor García Luna estaba recibiendo sobornos, no lo habría hecho, ¿verdad?
- Tendría que haber inteligencia e información creíble y verificada, porque México es un ambiente con mucha información y muchas denuncias circulando sobre muchas personas, declaró Wayne.