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Lavado de Dinero

Los nuevos lavadores de dinero del narco: tiendas que envían remesas a México

La istración para el Control de Drogas (DEA) ha desvelado este año dos investigaciones en las que expone cómo los carteles mexicanos están usando pequeños locales de envío de dinero para blanquear sus ganancias. En ambos casos, los criminales enviaron más de $54 millones.
17 Nov 2020 – 10:49 AM EST
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El estatus de la familia Rosales dio un salto tan grande en tres años que comenzó a despertar sospechas. Cada mes sus cuentas bancarias recibían decenas de miles de dólares, empezaron a manejar autos de lujo y compraron en efectivo dos casas en Ohio. Pero a sus tres negocios entraban muy pocos clientes.

Las dudas en torno a sus ingresos se fueron despejando cuando varios narcotraficantes arrestados en esa región confesaron que usaban tres establecimientos de la familia Rosales para mandar a México las millonarias ganancias por la venta de droga. Les dejaban los fajos de billetes y ellos, para no despertar sospechas, los separaban en múltiples envíos menores de $1,000 y usando nombres falsos.

De 2013 a 2019, por los mostradores de las tiendas de celulares y envío de remesas ‘Los Rosales’, ‘Los Rosales 2’ y ‘Express Cellular’ –todas en Columbus– pasaron $44 millones, una fortuna que recibieron los jefes de organizaciones criminales que operaban en Nayarit, Jalisco y Sinaloa.

Esta familia se quedaba con una comisión de $50 o $100 por cada $1,000 que mandaban a México, dependiendo de la frecuencia con la que cada célula delictiva les pedía hacer una transferencia.


La acusación federal cita a nueve traficantes que terminaron cooperando con las autoridades. Ellos dijeron que les entregaron miles de dólares cada vez que podían. Esa cifra reflejaba la influencia del cartel en esa zona. Un emisario contó que les dejaba unos $6,000 cada mes, mientras que otro relató que llegó a entregarles hasta $100,000 en dos tiendas.

Otro de los testigos, por su parte, reveló que el jefe de esta familia, José Luis Rosales Ocampo, de 57 años, recibía tanto dinero que tenía una contadora de billetes, pero su única medida de seguridad era ponerle llave a la puerta de cristal de su negocio.

Esta es la segunda investigación de la istración para el Control de Drogas (DEA) que expone este año cómo los carteles mexicanos están usando pequeños locales de envío de remesas para blanquear sus ganancias. Sus principales métodos habían sido compañías exportadoras e importadoras, joyerías y alianzas con mafiosos chinos que triangulan operaciones financieras por medio de bancos asiáticos.

En agosto pasado, la DEA desveló detalles de una operación que concluyó con los arrestos de de una familia que era propietaria de una tienda de ropa en Dallas, Texas. Los acusan de lavar más de $10 millones para una red del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), haciendo varias transacciones de menos de $1,000 y usando nombres ficticios, de acuerdo con los fiscales.

Ese esquema de blanqueo es conocido como “muchos para muchos”, porque usan múltiples nombres de remitentes y destinatarios falsos tratando de borrar el rastro del delito. Es un método efectivo si se toma en cuenta que este año se pronostica un histórico flujo de remesas de $40,000 millones a México.

Envíos a Nayarit, Jalisco y Sinaloa

En el caso de la familia Rosales de Ohio, las autoridades detectaron que alrededor del 50% del dinero que mandaron desde sus tres tiendas llegó a Nayarit, un estado que es considerado parte del corredor del narcotráfico en México. La gran mayoría de los envíos eran de menos de $1,000.

Pero cuando el Departamento de Justicia (DOJ) revisó las estadísticas relacionadas con todas las remesas generadas desde Columbus, descubrió que solo el 5% llega a ese lugar en el Pacífico mexicano.

La investigación puso bajo la lupa cada una de las transferencias de dinero que se realizaron desde los locales de los Rosales. Por ejemplo, notaron que 10,541 de 11,466 envíos hechos través del local ‘Los Rosales’ llegaron a México y eran por menos de $1,000. De esa cifra, una tercera parte se mandó a Nayarit, siendo el promedio $789.

Algo similar ocurrió en los negocios ‘Los Rosales 2’ y ‘Express Cellular’. El segundo estado que recibió más dinero fue Jalisco, seguido por Sinaloa, que son las sedes de los carteles más grandes de México.

Las autoridades también descubrieron que en más del 80% de las transacciones no se repetía el remitente, ni el destinatario. Además, solo se presentó una identificación oficial en el 1% de más de 24,550 operaciones. Un tiempo, agentes encubiertos contaron los clientes que entraban a una de estas tiendas, pero ese número no coincidía con las operaciones financieras que se realizaron adentro.

Había otra discrepancia: en cuatro años, los tres locales mandaron $34 millones en remesas. Pero en sus declaraciones de impuestos reportaron ganancias de $75,304 de 2013 a 2017.

Las empresas con las cuales trabajaban los Rosales eran Transfast, Sigue, Boss Revolution, Girosol, Omnex, Intermex y Ria.

Cómo fue la investigación

Como parte de la investigación, la DEA vigiló las tres tiendas de los Rosales, colocó localizadores satelitales (GPS) en los autos de algunos sospechosos y buscó evidencia en botes de basura.

A uno de los operadores de una célula de narcotraficantes, Juan Rodríguez Jiménez, le puso a finales de 2018 un dispositivo GPS en su Volkswagen Jetta para seguir sus movimientos. Así supieron que visitó nueve veces en 31 días un local de los Rosales, posiblemente para entregarles dinero en efectivo.

Y cuando agentes federales arrestaron en diciembre de 2018 a Eliezar Mendoza Nava, el jefe de una organización de distribuidores de droga, le encontraron en su celular cientos de fotos de recibos de envíos de dinero a México que se hicieron en los establecimientos de los Rosales.

Al seguir la pista, la DEA descubrió que, de septiembre a diciembre de 2018, la organización de Mendoza Nava hizo allí unas 300 trasferencias por un total de $200,000.

Cuando los investigadores le preguntaron a uno de los traficantes que cooperó si creía que José Luis Rosales sabía que el dinero que recibía era producto del narcotráfico, respondió: “Definitivamente sí”.

Hasta el momento, las autoridades estatales y federales han presentado cargos contra 43 personas. Las acusan de conspiración para distribuir heroína, fentanilo y marihuana, así como lavado de dinero.

Entre ellos quien es considerado uno de los principales distribuidores de droga en Ohio, Julio Ángel Homer González, de 43 años, que fue sentenciado en octubre a 10 años de prisión.

José Luis Rosales y cuatro familiares suyos ya se declararon culpables y esperan su condena.

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