Tres militares de EEUU fueron reclutados por el crimen organizado: los arrestaron en la frontera
Cuando agentes aduanales descubrieron en el verano de 2021 más de seis kilos de cocaína ocultos en un auto que llegó a un punto de control en la frontera entre Texas y México, el chofer ya había hecho más de 30 cruces con droga sin que lo detectaran, según itió él mismo ante las autoridades.
No se trataba de un traficante común. Jonathan Zarazúa, de 28 años, fue soldado del Ejército de Estados Unidos de 2016 a 2020, y cuando lo detuvieron en la frontera era un miembro activo de la Guardia Nacional que prestaba su servicio como especialista en suministro de petróleo.
Al ser interrogado por agentes federales este joven dijo que “fue reclutado específicamente porque podía usar su estatus militar para facilitar el cruce de la frontera con narcóticos”.
Tenía además una justificación de sus viajes constantes a México: visitar a su padre.
Documentos judiciales indican que este militar eligió el 11 de septiembre de 2021, el aniversario 20 de los ataques terroristas en Nueva York y Pennsylvania, para hacer el que sería su último cruce con droga. Venía de Matamoros, Tamaulipas, y se dirigía a Brownsville, Texas.
Ese día notaron algo extraño en la carrocería de su vehículo y lo enviaron a una inspección secundaria en la garita. Una revisión con rayos X confirmó que había un compartimiento secreto debajo del tablero central y en su interior colocaron 6.62 kilos de cocaína. De inmediato fue puesto bajo custodia.
“Zarazúa itió haber traficado la cocaína para personas en México y haber traficado droga a EEUU en al menos otras 30 ocasiones”, señala un comunicado del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE).
Casi todo el caso criminal de Zarazúa está sellado por órdenes de un juez, por ello se desconoce qué cartel mexicano reclutó a este soldado.
Él se declaró culpable de un cargo de tráfico de cocaína y este martes fue sentenciado a cuatro años y dos meses de prisión. Al cumplir ese castigo permanecerá otros tres años bajo libertad supervisada.
“Esta sentencia envía un mensaje claro de que el tráfico de narcóticos tiene consecuencias”, dijo Craig Larrabee, encargado de la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) en San Antonio.
Coyotes con uniforme militar
El mismo día que Zarazúa fue sentenciado en una corte del Distrito Sur de Texas del Departamento de Justicia, otros dos soldados escucharon sus condenas en un tribunal federal en Laredo.
Emmanuel Oppongagyare, de 22 años y miembro de la Guardia Nacional; y Ralph Gregory Saint-Joie, de 19 años y soldado del US Army, tenían un caso abierto por transportar indocumentados.
De hecho, ambos portaban sus uniformes militares en el momento en que trataban de pasar por un retén de la Patrulla Fronteriza en Hebbronville, Texas, el 13 de junio de 2021.
Al abrir la cajuela de su auto encontraron a dos indocumentados.
En su declaración de culpabilidad, Oppongagyare itió que una persona que conoció a través de Saint-Joie lo contrató para recoger a los inmigrantes en McAllen y llevarlos a San Antonio. Ellos dijeron que les pagarían al llegar al destino, pero no sabían el monto exacto.
Al momento del arresto prestaban servicio en la base militar Fort Hood.
Por su parte, los inmigrantes revelaron que les pagaron a los militares para que los cruzaran a EEUU.
La investigación determinó que un coyote identificado como Isaiah Gore reclutó a los soldados y les pidió que usaran sus uniformes del Ejército para evadir las revisiones de agentes fronterizos.
Las autoridades también identificaron a Ivory Palmer y Denerio Williams como de esta banda de traficantes de personas. Gore, Palmer y Williams se declararon culpables y los sentenciaron.
Oppongagyare, quien manejaba el vehículo en el que estaban ocultos los indocumentados, fue condenado a 21 meses de prisión; y Saint-Joie, quien era su pasajero, estará 13 meses tras las rejas.
Ambos también deben cumplir tres años de libertad supervisada.
En la audiencia condenatoria, Oppongagyare comentó: “el 13 de junio cometí uno de los peores errores de mi vida”, mientras que Saint-Joie aseguró que estaba avergonzado por lo que hizo.
La jueza federal Diana Saldaña señaló: “ustedes cometieron un error horrible y van a ser castigados por eso: irán a prisión”. Subrayó que estos jóvenes estaban “realmente comprometidos” en tratar de transportar a los indocumentados sin ser detectados por las autoridades.
Estos militares pagaron una fianza y estuvieron libres durante su proceso penal. Pero deben entregarse en una fecha próxima a una instalación del Buró de Prisiones (BOP) para cumplir sus castigos.