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Narcoturismo: cómo el juicio de 'El Chapo' se ha convertido en una atracción en Nueva York

Las seis semanas de testimonios de agentes, narcos colombianos y extravagantes delincuentes mexicanos han ofrecido suficiente material para varios guiones de 'Miami Vice' o 'Narcos'. Por eso ahora llegan hasta turistas extranjeros con el propósito de presenciar en vivo las audiencias del capo más poderoso del mundo. "
18 Dic 2018 – 04:53 PM EST
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Después de fugarse de la cárcel dos veces, Joaquín 'El Chapo' Guzmán era el hombre más buscado del mundo. Y ahora, verlo en persona se ha convertido en una atracción turística para numerosos espectadores que acuden a la corte federal en Brooklyn donde es enjuiciado el capo mexicano.

Neoyorquinos curiosos, fanáticos de las novelas policiacas e incluso turistas extranjeros están acudiendo a la sala pública del tribunal de Brooklyn para ver al narcotraficante que de ser encontrado culpable de todos los delitos que se le acusan podría ser sentenciado a pasar el resto de sus días tras las rejas.

Algunos días, solo dos personas extrañas al caso vienen a ver el juicio, frente a la multitud de fiscales, reporteros, guardias de seguridad y abogados en la sala. Otros días son quizás cinco. Pero en todo caso escuchan atentos, erguidos en sus asientos tratando de echarle un vistazo al rostro de Guzmán. A veces ven con curiosidad a su esposa, Emma Coronel, que acude casi todos los días, sentada entre el público.

"Es algo surrealista, es como si estuviera viendo la serie de televisión 'El Chapo'", dijo Peter Stolt, de 23 años, quien asistió a tres días del proceso en noviembre y espera poder volver por lo menos una vez más.

Stolt, quien se graduó hace poco del Muhlenberg College en Pennsylvania y está buscando trabajo en Nueva York, dijo que a veces llega a las 6:30 de la mañana a la entrada del edificio para asegurarse de conseguir asiento en la sala. Lo que más le impresionó, dice, fue el testimonio de uno de los antiguos allegados de Guzmán y ahora testigo de la Fiscalía, Miguel Ángel Martínez, quien narró con lujo de detalles una serie de atentados en su contra que –según dijo– fueron por órdenes de Guzmán, uno de ellos tras escuchar un grupo musical mexicano tocando la canción 'Un puño de tierra', una de las favoritas de 'El Chapo'.

"La granada, la canción... Es una locura. Eso fue espeluznante. Es una locura que estamos escuchando esto narrado de primera mano", comentó.

Los narcoturistas

Con el auge de las series de narcotráfico a través de los servicios de streaming como Netflix, los más fan han puesto de moda los 'narcotours' en países como México y Colombia. En este último ofrecen excursiones en torno a la figura del capo Pablo Escobar en Medellín, una actividad altamente criticada por hacerle apología al delito.

Marcos Carson vive en Chicago y también se fue hasta Nueva York para presenciar en vivo el juicio de Guzmán. Él se autodefine como un narcoturista y dice que madruga para entrar a la corte y ver a 'El Chapo', aunque su principal interés es ver a los próximos en testificar: los mellizos Pedro y Margarito Flores.

"Se puede decir que es narcoturismo porque esto fue lo que vinimos a ver, no vinimos a ver otra cosa", explicó sonriente Carson a Noticias Univision.

Guzmán fue extraditado el año pasado para enfrentar múltiples cargos que lo acusan de liderar el cartel de Sinaloa, que contrabandeó toneladas de cocaína a Estados Unidos.

Las seis semanas de testimonios de agentes policiales, de un traficante de cocaína colombiano que está encarcelado y de extravagantes delincuentes mexicanos han ofrecido suficiente material para varios guiones de 'Miami Vice' o 'Narcos'. Ha habido relatos de túneles clandestinos excavados debajo de la frontera, intentos de asesinato, sobornos a comandantes policiales, jets privados llenos de millones de dólares en efectivo y fábricas de las que salían contenedores de pimientos llenos de cocaína.

Los abogados de Guzmán insisten en su inocencia, afirmando que los colaboradores simplemente están mintiendo para obtener sentencias más leves.

Joaquín Martínez, un mexicano de 55 años que lleva más de una década viviendo en Nueva York, dijo que valió la pena el viaje de Manhattan a Brooklyn para ver a 'El Chapo' en persona. Sin embargo, confiesa que esperaba verlo con el bigote que tiene en las fotos que han salido de él.

"Me tardé un par de segundos darme cuenta de que era él. Para serle honesto, me pareció... como una persona normal", manifestó.

Más impresionado quedó con la esposa de Guzmán, quien según dijo caminaba despreocupada por la sala, como si estuviese en su propia casa. Se sentó en un banquillo justo enfrente de él. "Podía oler su perfume", contó este hombre que tiene varios restaurantes en Nueva York.

Una de las cosas del juicio que más le ha llamado la atención son las escuchas telefónicas donde se discuten tratos de narcotráfico, pero sobre todo Martínez asegura que lo impactó cuando los fiscales mostraron como evidencia una foto de Amado Carrillo, el capo mexicano que murió en 1997 durante una cirugía plástica para cambiar su rostro.

Los espectadores que quieren entrar a la corte deben pasar por seguridad en el lobby del edificio y quitarse los zapatos para pasar por el detector de metales que está en el octavo piso, donde queda la sala donde juzgan a Guzmán. Luego de pasar sus maletas por rayos X, firman un papel para ingresar en orden de llegada (por eso quienes quieren asegurarse una silla están desde muy temprano).

Wayne Burg, un abogado criminalista de Australia, fue a ver el juicio con su hija de 21 años, Lydia, durante sus vacaciones de diciembre. Ir a la corte a ver a 'El Chapo' era algo que no podían quitar de la lista, antes de un juego de baloncesto de los Knicks.

"La cantidad de drogas, la cantidad de dinero... estos son niveles extraordinarios", señaló Burg, quien terminó en la sala adjunta viendo la sesión en video porque la corte ya no tenía espacio para más personas.

"Tuvimos unos días festivos increíbles, pero el caso (de 'El Chapo') fue uno de los mejores momentos", afirmó.

Sin embargo, no todos los días son interesantes. Algunos pasan entre explicaciones técnicas de las autoridades sobre cómo hacían cateos de droga y no hay mucha acción. Aún así, quien parece nunca perderse nada y estar muy atento es el acusado, quien mira detenidamente a cada testigo cuando habla y susurra constantemente cosas al oído de sus abogados.

Para los interesados en ir al juicio, todavía hay tiempo. Este proceso judicial continúa y podría durar hasta otros dos meses más.

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