Educación alternativa que comienza en la comunidad: Canek Peña-Vargas, un maestro excepcional

Canek Peña-Vargas es producto de dos costas, la del Este y la del Oeste. Como maestro, también es producto del sistema tradicional y del sistema alternativo educativo que ha ayudado a crear.
El nació en Los Ángeles, California, y fue criado en las aulas del Distrito Unificado de Escuelas de LA. Pero también cursó Estudios Latinoamericanos y Educación en la Universidad de Nueva York.
Peña-Vargas ha recorrido este camino educativo tradicional, y también ha abierto sus propios caminos. Ha editado libros, viajó a Chiapas a estudiar Tzotzil, un idioma indígena maya, y a asistir en investigación en clínicas indígenas autónomas. Por dos años fue organizador comunitario y estableció un programa para jóvenes bajo libertad condicional por haber hecho grafitis. En este programa, los partícipes podían ganar horas comunitarias al pintar murales junto con su comunidad.
Para este maestro, la comunidad es el centro. En 2012, Peña-Vargas cofundó YouthBuild Boyle Heights, en donde desarrolló un modelo educativo alternativo que combina el organizarse a nivel comunitario con el currículo tradicional de secundaria. Por dos años fue parte del Comité de Educación Colaborativa Autentica (ACE, por sus siglas en inglés), donde contribuyó al manual de guía de instrucción para una red de secundarias alternativas por todo el Sur de California. Esta es su historia como maestro.
-¿Cuándo y por qué decidiste ser maestro? ¿Quién te inspiró?
Mi mamá fue maestra bilingüe en el Este de Los Ángeles y en Echo Park por varios años. Ella me inspiró mucho a tomar la decisión de ser maestro. Cuando estaba en la secundaria (grado 6), vivía en el centro de Los Ángeles y tomaba el autobús a una escuela en el oeste. Me levantaba a las 5 de la mañana para viajar dos horas para llegar a su centro escolar, una escuela pública en una comunidad más rica con más recursos escolares.
Me sorprendió aprender que la integración y desegregación de escuelas era un asunto que persistía hasta los años noventa y que me afectaba a mí. Yo pensaba que eso era algo del pasado, de los años sesenta. Ver la diferencia entre escuelas en mi comunidad y escuelas en las comunidades más prosperas me convenció de la necesidad de crear oportunidades educativas de calidad en mi comunidad. Ver que la pobreza y otros problemas sociales estaban afectando mi educación y la educación de mis amigos me convenció que necesitamos un tipo de educación que empodere a las nuevas generaciones a cambiar las condiciones que les ha impedido el éxito escolar.
-¿Qué camino tomaste para convertirte en maestro? ¿Seguiste la ruta tradicional?
Después de la preparatoria, asistí a la Universidad de Nueva York (NYU). Estudié Estudios Latinoamericanos y Educación con profesores inspiradores como Robert Cohen y Pedro Noguera.
También viajé a Chiapas, México, para aprender de los movimientos indígenas como los zapatistas y cómo estaban aplicando filosofías educativas como la pedagogía crítica.
Después del colegio, me mudé a Oxnard, California, y trabajé como un organizador comunitario - trabajando con jóvenes que estaban bajo libertad condicional por cargos de grafiti. Establecí un programa para que los jóvenes ganaran horas de servicio comunitario por pintar murales con la participación de la comunidad.
Después de dos años, asistí a la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) para ganar mi maestría y credencial para ser maestro. Gané mi credencial para enseñar estudios sociales y mi BCLAD para dar instrucción en español. Después de un tiempo, tomé clases para obtener otra credencial en inglés. Ahora enseño una clase interdisciplinaria que combina inglés y Estudios Sociales. También enseñó una clase de inglés para jóvenes que apenas están aprendiendo el idioma.
-¿Por qué crees que es importante tener maestros latinos, como tú, en las aulas?
Aunque tengo 32 años, todavía me confunden con un estudiante. Mucha gente no está acostumbrada en ver un maestro latino. Pero, los estudiantes me han dicho varias veces que me tienen más confianza porque tenemos más en común. Crecemos en la misma comunidad en el Centro de Los Ángeles y compartimos muchas experiencias similares.
Anteriormente, trabajé en una escuela para jóvenes de 16 a 24 años que no terminaron la preparatoria. En esa escuela, los jóvenes tenían una perspectiva limitada de carreras y profesiones. Cuando les preguntamos qué tipo de carrera querían perseguir, muchos respondieron que querían ser agentes de libertad condicional, porque esos eran la mayoría de profesiones que habían visto. Es bueno poder ver a alguien que se parece a ti mismo en una profesión distinta.
La necesidad de tener maestros latinos trabajando en comunidades latinas es un asunto que ha existido por muchos años. De hecho, fue unas de las 36 demandas que presentaron los estudiantes de los ' walkouts' en 1968. Hemos progresado mucho, pero todavía nos falta mucho más trabajo por hacer.
Sin embargo, no es suficiente tener maestros latinos. Necesitamos maestros bien preparados y apoyados con los recursos necesarios para ayudar a los estudiantes adecuadamente.
-¿Qué has aprendido de ser profesor? ¿Qué has aprendido de tus estudiantes?
Mis estudiantes me han enseñado qué es ser resistente. Muchos de ellos han pasado por experiencias y retos más difíciles de los que yo podría imaginar.
Últimamente, he escuchado mucho de la necesidad de cultivar ‘ grit’ (resistencia) en los estudiantes. Pero, de lo que yo he visto, nuestros estudiantes ya tienen mucho ‘ grit' y resistencia. Los retos que han enfrentado los están preparando para ser los más capaces de resolver los problemas más importantes de nuestra sociedad contemporánea.
-¿Qué ha sido lo más satisfactorio de trabajar en educación?
Escuchar a los jóvenes dialogar a niveles universitarios en nuestros seminarios. También ver su pasión y entusiasmo cuando trabajamos en proyectos de acción cívica. Ver la transformación cuando los estudiantes empiezan a participar y contribuir a la cultura de la escuela. Ver a los estudiantes desarrollar un sentido de agencia, la convicción de que ellos tienen poder sobre sus propias vidas y en la sociedad en general.
También, me encanta trabajar con jóvenes en deportes, como correr. Me gusta escucharlos decir que se sienten que se están haciendo más fuertes.
- Cuéntanos una anécdota sobre algún estudiante con quien conectaste o un estudiante en el que sentiste que tuviste un impacto positivo.
Tuve un estudiante el año pasado que se quedó sin casa durante la vacación del invierno. Cuando regresó a la escuela, se estaba quedando solo en un ‘shelter’ (albergue) en el sur de Los Ángeles. Estaba trabajando en una tienda y asistiendo a la escuela. En ese momento, empezamos nuestro proyecto de acción cívica. Los estudiantes tuvieron un seminario para escoger el asunto en que se querían enfocar para el proyecto. Este estudiante compartió su historia y casi todos los grupos decidieron enfocarse en el desalojo y el estar sin hogar. El estudiante se dedicó a investigar el asunto y soluciones de políticas públicas que pudieran resolver el problema.
Para su acción, decidieron escribir un discurso para presentar en el ayuntamiento de la ciudad. Otros estudiantes organizaron una conferencia de prensa y él fue uno de los presentadores también. El día de la acción, Leo llegó en su bicicleta y presentó su discurso en frente de la prensa y luego de nuevo adentro del ayuntamiento de la ciudad. En su discurso, el estudiante compartió su experiencia personal como testigo de la necesidad de recaudar más fondos para la construcción de viviendas de bajo ingreso con una multa progresiva, llamado el ‘ Linkage Fee’.
Su presentación fue un éxito y el estudiante recibió facilitaciones de varios del consejo. Después, él fue invitado a varios eventos para compartir su historia y sus propuestas de políticas. Una organización local pagó para que viajáramos juntos a Filadelfia para hablar en una conferencia. Menos de un año después, el ‘ Linkage Fee’ se aprobó en la ciudad de Los Ángeles.
Este proyecto fue una motivación para el estudiante. Las dificultades de vivir en un refugio, trabajar y asistir la escuela, le costaron mucho. Varias veces, el estudiante cayó en depresión, faltó muchas tareas y parecía que posiblemente no se iba graduar. En un momento, su refugio iba a cerrar y tuve que encontrarle un nuevo refugio en el Este de Los Ángeles que era específicamente para jóvenes. Lo conecté con un trabajador social y le ayudé a navegar las reglas del nuevo refugio, que requirió que siguiera trabajando, aunque sus calificaciones estaban fallando. Mi colega, la Sra. Latorre, y yo pasamos muchas horas aconsejándolo y ayudándolo con aplicaciones, referencias, tutoría. Finalmente, se graduó.
Me acaba de mandar un mensaje que está estudiando arquitectura en el Colegio del Este de Los Ángeles (ELACC). Acaba de empezar una pasantía con una compañía de arquitectura. Piensa construir viviendas de bajo ingreso.
-¿Qué estás haciendo fuera de la escuela para ayudar a tus estudiantes?
También soy voluntario con el programa Stunts Run LA (SRLA). De dos a tres veces a la semana salgo a entrenar con un grupo de estudiantes para el maratón de Los Ángeles. Durante el año, corremos varias carreras para prepararnos. ¡Vamos a correr el maratón juntos este domingo!
Para aprender más sobre la importante labor de los profesores latinos en nuestras comunidades, visita nuestro proyecto en conjunto con Pearson, Nuestros Maestros.