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Agobiado por la crisis, Maduro gobierna con represión y censura

“La reacción del gobierno ante la crítica ha sido brutal: la represión se multiplicó, las cárceles rebasan de presos políticos, mientras que periodistas y medios trabajan cada día con mayores dificultades”.
Opinión
Director de Programa del Comité para la Protección de los Periodistas (J, por sus siglas en inglés)
2017-01-11T10:01:12-05:00
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La grave crisis política, económica y social que atraviesa Venezuela parece no tener fin. A la espiral inflacionaria de tres dígitos, la escasez de alimentos y bienes de consumo básico, el desabastecimiento, la falta de medicamentos y el aumento de la criminalidad se le suma la incertidumbre que genera el gobierno del Presidente Nicolás Maduro, quien ha evitado (por ahora) un referendo revocatorio pero no logra enderezar el rumbo tambaleante del país.

La gestión de Maduro se ha caracterizado por un marcado deterioro de la libertad de prensa, la utilización de la justicia y los organismos de regulación para imponer la censura y restricciones de todo tipo para el trabajo informativo. ¿En qué se diferencia de Hugo Chávez? Más allá del carisma –una cualidad ausente en el actual mandatario–, Maduro carece de estrategia política, coherencia discursiva y no posee ningún rasgo de sofisticación.

Chávez promovió un debilitamiento gradual pero profundo de los medios, fijó límites claros sobre el disenso y construyó un poderoso aparato mediático de propaganda y censura. La torpeza de Maduro fue desmantelando a Venezuela hasta llegar a la sombría situación actual. La reacción del gobierno ante la crítica ha sido brutal: la represión se multiplicó, las cárceles rebasan de presos políticos, mientras que periodistas y medios trabajan cada día con mayores dificultades. La libertad de expresión está en terapia intensiva en una democracia débil e inestable.

Los periodistas que en los últimos años han cubierto protestas han sido objeto de violencia y detenciones mientras los corresponsales extranjeros han tenido serias dificultades para conseguir acreditaciones y han sufrido expulsiones arbitrarias. Es evidente que al gobierno le molesta que los venezolanos se informen sobre lo que está pasando y por eso se ha esforzado en reprimir.

La coyuntura política, marcada por las serias complicaciones económicas y sociales, requiere que los venezolanos estén enterados de lo que está ocurriendo en el país: la sociedad necesita tomar decisiones informadas sobre cuestiones sensibles que afectan su vida cotidiana. Pero el gobierno de Maduro, intensificando restricciones promovidas durante el chavismo, ha hecho lo imposible por asfixiar a la prensa crítica y censurar a las voces independientes.

La falta de independencia del Poder Judicial ha legitimado prácticas abusivas que se han traducido en la detención de opositores políticos, activistas estudiantiles y periodistas.

Braulio Jatar Alonso, director del sitio web Reporte Confidencial, publicó en septiembre pasado un video y un texto de una protesta contra Maduro en la Isla Margarita, que incluyó gritos y golpes de cacerolas. Jatar fue acusado de tener en su poder más de 40,000 dólares en efectivo, que según denunciaron las autoridades habrían sido destinados a financiar un “ataque terrorista” durante la cumbre del Movimiento de los No Alineados. Lo cierto es que el gobierno nunca presentó evidencias y la defensa de Jatar y los organismos de defensa de los derechos humanos aseguran que la acusación es en represalia por haber exhibido las manifestaciones de protesta de venezolanos contra Maduro.

Jatar ya lleva cuatro meses en la cárcel pero no es el único periodista procesado. En diciembre, a David Natera, director del diario El Correo del Caroní, le ratificaron una condena a cuatro años de prisión por los delitos de difamación e injuria por una serie de artículos de 2013 sobre una banda dedicada a la extorsión que involucró a un coronel del ejército, a varios empresarios y a altos funcionarios de la compañía estatal Ferrominera Orinoco, de minería de hierro. Natera está bajo régimen de presentación cada 30 días y tiene prohibida la salida del país. Decenas de otros colegas periodistas, editores y directores de medios –todos críticos del gobierno–, también enfrentan procesos judiciales por los delitos de difamación e injuria, que las autoridades utilizan para ejercer presión e intimidar.

Mientras tanto, las restricciones impuestas a la compra de papel periódico siguen causando estragos en la industria editorial y han obligado más de una docena de periódicos a cerrar sus ediciones o solo publicar en versión digital. Años atrás, la mayoría de los periódicos compraba papel de varias compañías de importación. Pero en 2013 el gobierno comenzó a concentrar la importación a través de una empresa estatal llamada Complejo Editorial Alfredo Maneiro (CEAM). Desde entonces, numerosos diarios regionales han debido cerrar sus ediciones y varios periódicos nacionales tuvieron que cortar suplementos y reducir su número de páginas. El último ejemplo es el del diario El Impulso, en el estado de Lara, el más antiguo del país con 113 años de historia desde su fundación. El 31 de diciembre publicó su última edición impresa. Y una declaración donde el presidente de la empresa editorial manifestó sorpresa de que “los medios oficiales no tengan ningún problema con el suministro de papel”.

Algunos analistas afirman que, más allá de la falta de astucia, carisma y capacidad política en comparación con Chávez, Maduro tuvo que lidiar con la caída vertiginosa de los precios de petróleo y una burocracia estatal cada vez más corrupta e incompetente. Pero también es cierto que Maduro se ha mostrado implacable con sus críticos y despiadado con la oposición, exhibiendo un desprecio total por los derechos humanos y las garantías constitucionales.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.

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