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"No hay evidencias": esta etiqueta también alerta para noticias falsas sobre covid-19

"En tiempos de covid-19, cuando las teorías de conspiración y la desinformación sobre vacunas, termómetros y métodos milagrosos de prevención ganan fuerza en las redes, la comunidad de verificadores ha encontrado formas innovadoras e igualmente profesionales de decir que algo no es 100% verdadero".
Opinión
Directora adjunta de la International Fact-Checking Network y fundadora de la Agência Lupa.
2020-07-16T11:14:58-04:00
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Los fact-checkers sustituyen el "falso" por "no hay evidencias" para alertar sobre contenidos dudosos. Crédito: SIphotography/Getty Images/iStockphoto

Datos públicos, producidos de forma independiente y con metodología verificable, son la materia prima con la que trabajan los fact-checkers todos los días. Sin datos fiables, es arriesgado y poco profesional afirmar que determinada información es falsa, por más que claramente lo sea. Pero hay una forma de solucionar esto.

En tiempos de covid-19, cuando las teorías de conspiración y la desinformación sobre vacunas, termómetros y métodos milagrosos de prevención ganan fuerza en las redes, la comunidad de verificadores ha encontrado formas innovadoras e igualmente profesionales de decir que algo no es 100% verdadero.

Es cada vez más común ver los fact-checkers sustituyendo el "falso" por etiquetas intermediarias como "no hay evidencias" para alertar sus audiencias para contenidos dudosos.

Entre los más de 7,800 chequeos publicados por la alianza CoronaVirusFacts, proyecto colaborativo que desde enero reúne a 99 organizaciones de fact-checking de todo el mundo, hay por lo menos 107 chequeos en que la etiqueta aplicada no ha sido un contundente "falso" - sino un inteligente "no hay evidencias". Un tercio de estos chequeos viene de los últimos dos meses y aquí está un ejemplo sencillo de como la salida puede ser exitosa.

En junio, circulaba en cuentas de Twitter de Reino Unido que "el total de suicidios había crecido un 200% (en el país) durante el período de lockdown". La decisión de FactCheckNI de publicar un artículo diciendo claramente que, antes del día 1 de julio, no había datos públicos capaces de sostener el dato fue muy buena. Es cierto que el equipo no tenía como negar la información. Pero tampoco tenía cómo garantizar que aquél dato era verídico. Y, siguiendo la regla de oro del fact-checking, si hay duda sobre la veracidad, mejor avisar las audiencias y pedir que no compartan la información. Así lo hicieron.

Lógica semejante aplicó Science en una teoría de conspiración que viralizó en páginas de Facebook y cuentas de Twitter en los Estados Unidos en la primera semana de este mes.

"Los laboratorios de los hospitales en los Estados Unidos están falsificando los resultados de las pruebas de covid-19 para inflar los resultados positivos. Enfermeras han enviado bastoncillos no utilizados y han recibido pruebas positivas", decían los posts y tuits.

"Información sin evidencia", etiquetó Science en un chequeo publicado en 2 de julio.

"No hay registros de que los laboratorios hayan falsificado los casos positivos de covid. Es verdad que falsos positivos pueden pasar, pero expertos dicen que son casos raros".

Los fact-checkers de LeadStories también analizaron el mismo contenido y, usando su metodología visual, aplicaron en la foto que ilustra el artículo la etiqueta "rumor" para informar a su audiencia que el contenido no merecía tanta credibilidad.

Entre los 107 chequeos que están en la base de datos de la alianza CoronaVirusFacts y que llevan la etiqueta "sin evidencia", hay una increíble lista de curiosos métodos de cura y prevención para el covid-19. Comparto aquí uno que me hizo reír: "¿Podrán los anticuerpos de las llamas frenar el coronavirus?", preguntó Bolivia Verifica en un titular.

Pues, en Bélgica, realmente hay gente estudiando el tema. El “ Nuevo Herald”, publicó el 7 de mayo, una nota contando que la investigación había comenzado el 2016; por lo tanto, antes del brote del covid-19.

Pero, según los fact-checkers, los reporteros y los investigadores, todavía es posible que "la llama de nombre Winter, de cuatro años de edad" y habitante de una granja en Bélgica sea capaz de ayudar en las experiencias relacionadas a la cura del nuevo virus. Hoy por hoy, "no hay evidencias" de que no lo pudiera.


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