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Nuevas señales del contubernio de Trump con Rusia

“El tenaz esfuerzo de los filtradores de información y el trabajo incansable de la prensa que la publica han impedido hasta ahora que las concesiones a Rusia sean más numerosas y graves”.
Opinión
Miembro de la unidad política de Univision Noticias.
2017-07-25T12:36:39-04:00
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Vladimir Putin y Donald Trump durante la Cumbre del G-20 en Alemania. Crédito: Getty Images

El cada vez más evidente contubernio de Donald Trump con los rusos tiene dos caras. Una es la del elaborado esfuerzo que al parecer realizaron de su campaña para confabularse con el régimen de Vladimir Putin con el fin de sacarle ventaja a Hillary Clinton en las elecciones generales. La otra cara, menos divulgada, es la de las concesiones que probablemente a cambio de ese apoyo reclama Putin y hace Trump desde la Casa Blanca. El tenaz esfuerzo de los filtradores de información y el trabajo incansable de la prensa que la publica han impedido hasta ahora que las concesiones a Rusia sean más numerosas y graves. Pero no las han evitado del todo. Para muestra algunos botones.

Una de las mayores concesiones habría sido la reciente suspensión de ayuda encubierta a los rebeldes que, teóricamente en nombre de la democracia, combaten a Bashar Al-Assad. Era uno de los grandes reclamos que Putin hacía a Estados Unidos para eliminar un importante obstáculo a su asociación con el sanguinario dictador sirio. El Presidente Trump habría tomado la decisión, reportada por el New York Times, sin que mediase un debate público sobre el tema e ignorando los deseos del Congreso controlado por su Partido Republicano. Esto provocó la reacción indignada del Senador John McCain. Convaleciente aún de la operación para extirparle un tumor canceroso en la cabeza, McCain declaró el pasado fin de semana: “Si estos informes son verídicos, el gobierno le está haciendo el juego a Vladimir Putin. Hacerle concesiones a Rusia, en ausencia de una estrategia más amplia sobre Siria, es irresponsable y miope”.

Trump también ha movido sus fichas para tratar de eliminar las sanciones que por recomendación de la entonces Secretaria de Estado Hillary Clinton impusiera a Moscú el gobierno del presidente Barack Obama con la venia casi unánime del Congreso. Las sanciones frenan el desarrollo de sectores de la economía rusa, incluyendo el petrolero, el más significativo de ese país. Y se adoptaron para responder al expansionismo militar de Putin en Crimea, Ucrania y Siria, entre otros países.

Conscientes de las pretensiones de Trump, los congresistas demócratas y republicanos se han unido no solo para prevenir que el mandatario levante las sanciones sino para robustecerlas. Una nueva legislación bipartidista castigaría a Moscú por haber interferido en las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre pasado. En una señal clarísima de la desconfianza que sienten los legisladores de ambos partidos ante la rusificación de Trump, la propuesta incluye un inciso que haría sumamente difícil que el presidente pueda suavizar las sanciones. Por órdenes de Trump, la Casa Blanca se ha opuesto. Pero esta semana sugirió que el presidente acatará la medida ostensiblemente para evitar el bochorno de que los congresistas, por abrumadora mayoría, anulen su veto.

En otra movida vergonzosa, el presidente Trump está tratando de venderle al pueblo estadounidense un acuerdo de seguridad cibernética con Putin, el autor intelectual del asalto a las computadoras del Comité Nacional Demócrata, la campaña presidencial de Hillary Clinton y distritos electorales de más de 20 estados. El propio mandatario anunció en Twitter que había hecho un trato con el autócrata ruso durante sus conversaciones recientes en Alemania. Su anuncio, sin embargo, originó otro sonado escándalo en Washington. “Asociarse con Putin en una unidad de seguridad cibernética”, tuiteó el Senador republicano Marco Rubio, “es como asociarse con Asad en una unidad de armas químicas”. Asediado por las críticas, Trump pareció retractarse. “El hecho de que el presidente Putin y yo hayamos discutido la Seguridad Cibérnetica”, escribió en Twitter el nueve de julio, “no significa que yo crea que puede suceder. No puede suceder”. ¿De verdad que no? Días después de que Trump publicara su tuit, Andres Kurtskikh, enviado especial de Putin para la seguridad ciberénitca, anunció que su gobierno y el de Trump ya negocian el acuerdo y combatirán juntos la piratería por internet.

Trump también da pasos para devolverle a Putin propiedades en Estados Unidos que el Presidente Obama le confiscó como castigo por el espionaje cibernético. La inteligencia norteamericana las había identificado como instalaciones utilizadas expresamente para espiar y subvertir. Como es de sobra conocido, para beneplácito de Moscú, Trump ha intentado asimismo socavar a la OTAN, la históricamente exitosa alianza militar de Estados Unidos con las democracias europeas. Y procura disminuir el rol de Washington en la Organización de Naciones Unidas, otro guiño al tiranuelo ruso, quien esta semana anunció con desfachatez su intención de permanecer en la presidencia rusa de por vida.

En vista de su sistemática connivencia con el Kremlin, no es sorprendente que Trump esté haciendo todo lo posible por frustrar las investigaciones que se le hacen a él y a de su campaña y de su gobierno, especialmente la que dirige el asesor independiente Robert Mueller. Pero, si a pesar de su resistencia, las investigaciones llegaran a feliz término, descubrirán que no hay explicación benigna para el contubernio. Solo pueden motivarlo razones muy oscuras, alarmantes y probablemente ilegales.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.

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