¿Reducirá Trump los precios de las medicinas?
El presidente Trump se reunió esta semana con los mayores líderes de la industria farmacéutica. Les pidió impulsar la producción en el país y bajar los precios. Y les prometió acelerar la aprobación de nuevos medicamentos. Pero no habló de control alguno, es decir, los laboratorios podrán seguir cobrando los precios que les dé la gana. “Tenemos que bajar los precios por muchas razones. No
tenemos otra opción, por el Medicare y el Medicaid”, dijo Trump. Y agregó que los precios de los medicamentos son “astronómicos”. En Latinoamérica, cualquier desprevenido ciudadano le diría con sorna: “Señor Trump: Descubrió el agua tibia”.
Lo más irónico es que mientras el Presidente hablaba de esa manera contenciosa, el valor de las acciones de cinco de las 6seis empresas presentes en la reunión estaba aumentado el 1%en la bolsa de valores. Irónica ayuda del presidente a los más ricos.
Y eso es claro, el candidato Trump prometió que una de sus primeras decisiones sería ponerles control a los exorbitantes precios de las medicinas. Pero ningún gobierno se ha metido antes con los poderosos monstruos de la industria farmacéutica y Trump no ha sido la excepción, al menos hasta ahora. El presagio es que será una promesa incumplida y que, por el contrario, seguirá beneficiando a sus archimillonarios colegas. Si hace lo contrario, es decir, controla esa barbarie, me quitaré el sombrero y le daré las gracias.
Me propuse la tarea de investigar las ganancias reportadas en el 2015 por algunas de las empresas reunidas con el señor Trump esta semana. No hay que hacer mucho esfuerzo para concluir que en esa industria no existe control de precios. Estas son ganancias en un solo año:
Jhonson & Jhonson: 70,070 millones.
Novartis: 49,410 millones de dólares.
Merk & Co: 39,500 millones.
Amgen: 21,660 millones.
Elli Lilly: 19,960 millones.
Celgene: 9,260 millones.
He conocido recientemente casos de personas que consumen medicinas para poder mantenerse con vida, a costos insostenibles. Una que cuesta alrededor de 14,000 dólares mensuales y otra 9,000 dólares mensuales. Ejemplos como esos quizás puedan contarse por centenares o miles. Los pacientes no tienen más remedio que pelearse con sus aseguradoras y cubrir además altos copagos, de lo contrario se mueren. Uno de los escándalos recientes que rápidamente ha quedado en el olvido, es el de la empresa Mylan, fabricante de una inyección para salvar vidas llamada EpiPen, cuyo precio fue aumentado un 461% durante una década sin justificación.
Eso sucede simplemente porque la industria farmacéutica no tiene control en este país. El Presidente, en otra tibia declaración, dijo en la reunión de esta semana que la devaluación de las monedas de otros países ha provocado que las farmacéuticas aumentaran la externalización de su producción, por lo que pidió “tímidamente” a las empresas fabricar más productos en Estados Unidos. Lo insólito e irónico es que si fabrican aquí los precios en vez de bajar aumentarán. Aquí la mano de obra es más costosa y los ejecutivos de los laboratorios no tendrán misericordia, como nunca la han tenido, con los consumidores. El gobierno de Estados Unidos es el que más paga por medicinas en el mundo entre todas las naciones desarrolladas. Y eso sale de los bolsillos de los consumidores.
Cuando todavía era candidato, a finales del año pasado, Trump prometió reformar la FDA, la istración de Medicinas y Alimentos que regula a dicha industria. Dijo en aquel entonces que su plan era: “Poner primero los intereses de los pacientes y buscar la innovación en productos médicos”. Esperamos que cumpla.
Pero esto se ve lejos en el gobierno de Trump. Usando una frase popular, me atrevo a decir: “Los ejecutivos farmacéuticos se las ingeniaron parar aliviar la tensión con Trump y calentarle las orejas al mandatario”. El presidente de la empresa Amgen, Robert Brad, dijo que su compañía planea crear 1,600 nuevos empleos. Ese es un buen sofisma de distracción.
Mi medicina para la presión arterial, que consumo a diario, es un producto nuevo, con menos de cinco años en el mercado. Mi cardiólogo consideró que sería buena en mi caso y lo ha sido, no me quejo. Después de lo que paga mi compañía de seguros, me toca pagar 150 dólares mensuales que salen directamente de mi bolsillo. En cinco años el precio ha aumentado inexplicablemente un 50%. Mi caso es uno en millones y todo porque los fabricantes de medicamentos siguen actuando sin control en el país. Una acción ejecutiva del señor Trump para controlar el escandaloso abuso, nos encantaría a esos millones. En realidad, a todo el país. ¿Llegará algún día?
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.