Los derechos LGTBQ+ enfrentan una nueva prueba ante la Corte Suprema
La Corte Suprema de Estados Unidos recibe este lunes el controvertido caso de la artista gráfica cristiana Lorie Smith, quien se opone a diseñar páginas web para bodas entre parejas del mismo sexo, en la más reciente disputa legal en enfrentar el derecho a la libertad religiosa y los de las personas LGTBQ+.
Smith quiere comenzar a ofrecer sitios web de bodas (el servicio aún no existe) y afirma que su fe cristiana le impediría trabajar para matrimonios entre personas del mismo sexo. Esto podría meterla en problemas con la ley estatal de Colorado que, como la mayoría de los estados, prohíbe discriminar a los clientes. Las empresas que violen la ley pueden ser multadas, entre otros castigos.
La Corte de Apelaciones del Décimo Circuito Federal, en el fallo que ahora está siendo apelado, decidió en contra de Smith. Aunque uno de los tres jueces, Timothy M. Tymkovich, dio la razón a la diseñadora escribiendo sobre sus compañeros que adoptaban "la postura notable, y novedosa, de que el gobierno puede obligar a la señora Smith a producir mensajes que violan su conciencia".
Smith y quienes la apoyan defienden que una sentencia en su contra supondría obligar a artistas como pintores, escritores o músicos a hacer trabajos que van contra su fe y sus derechos amaparados por la Primera Enmienda de la Constitución. Sus críticos alegan que si gana se abre la puerta a que empresarios pueda negarse a servir no solo a de la comunidad LGTBQ+ sino a cualquier minoría.
La Primera Enmienda ampara el derecho a la libertad de expresión, prensa o religión, pero tiene sus límites en las expresiones que alteren la paz o provoquen violencia.
¿Qué argumentan los críticos de Lorie Smith?
El fallo sobre el caso de Smith y su empresa, 303 Creative, de acuerdo con organizaciones liberales, puede arriesgar los derechos no solo de parejas del mismo sexo, sino también los de negros, inmigrantes, judíos, musulmanes y otros grupos que sufren de discriminación.
David D. Cole, director legal de la organización Unión de Libertades Civiles de EEUU (UCLA, en inglés) advierte de este riesgo.
“Si 303 Creative gana, viviremos en un mundo en el que cualquier negocio que tenga un servicio puede colocar un letrero que diga: ‘No se atiende a mujeres, no se atiende a judíos, no se atiende a personas negras’ diciendo que es su derecho por la Primera Enmienda”, le dijo Cole a The New York Times.
Un informe de ACLU presentado a la Corte Suprema sostiene este argumento y afirma que lo que busca Smith es una “carta blanca para discriminar cada vez que el producto o servicio de una empresa pudiera caracterizarse como ‘expresivo’”.
Entre los otros oponentes de Smith se encuentran el gobierno del presidente Joe Biden y 20 estados, en su mayoría de tendencia demócrata, incluidos California, Nueva York y Pennsylvania. Los estados le dijeron a la Corte, en uno de los 75 informes legales presentados por grupos externos en el caso, que aceptar los argumentos de Smith permitiría una discriminación generalizada.
“Una panadería cuyo dueño se opusiera a las relaciones de raza mixta podría negarse a hornear pasteles de boda para parejas interraciales”, sostienen los estados. “Una agencia de bienes raíces cuyo propietario se opusiera a la integración racial podría negarse a representar a parejas negras que buscan comprar una casa en un vecindario predominantemente blanco; o un estudio de retratos cuyo propietario se opone a la adopción interracial podría negarse a tomar fotografías de padres blancos con sus hijos adoptivos negros”.
En la Corte Suprema hay dos jueces negros, Amy Coney Barrett, que tiene dos hijos adoptivos que son negros.
Pero los estados también dieron un ejemplo relacionado con el origen nacional de una persona. “Un estudio de tatuajes podría tatuar la bandera estadounidense en clientes nacidos en Estados Unidos y negarse a hacer exactamente el mismo tatuaje a inmigrantes”, dijeron.
Brianne Gorod, del Centro de Responsabilidad Constitucional, en representación de un grupo de profesores de Derecho, planteó otros ejemplos de lo que podría suceder si Smith tiene éxito en el tribunal superior.
“Un diseñador web podría negarse a crear una página web que celebre la jubilación de una directora ejecutiva, violando la prohibición de discriminación sexual de Colorado, si creyera que todas las mujeres tienen el deber de quedarse en casa y criar a sus hijos. De manera similar, un fabricante de muebles, que considera que sus muebles son artísticamente expresivos, podría negarse a servir a una pareja interracial si creyera que las parejas interraciales no deberían compartir un hogar juntos. O un arquitecto podría negarse a diseñar una casa para una pareja interreligiosa", explicó a la Corte.
¿Un desafío a la libertad religiosa?
Por otro lado, un fallo en contra de la diseñadora podría obligar a artistas, pintores, fotógrafos, escritores y músicos a hacer trabajos que van en contra de su fe, alegan los grupos conservadores.
Los abogados de Smith, de Alliance Defending Freedom, rechazan los argumentos de ACLU. “Creo que es falso decir que una victoria de Lorie nos llevaría a esos tiempos en los que a las personas... se les negaba el a bienes y servicios esenciales en función de quiénes eran”, comentó Kellie Fiedorek, abogada de ADF, a la agencia AP.
Fiedorek agregó: “Una victoria de Lorie Smith nunca permitiría tal conducta, como algunas de las hipótesis que están planteando”.
Además, los partidarios de Smith, entre ellos 20 estados en su mayoría de tendencia republicana, dicen que fallar en su contra también tiene consecuencias negativas.
Un abogado del fondo de educación CatholicVote.org le dijo a la corte que si se mantiene el fallo de la corte inferior y Smith pierde, “un coreógrafo judío tendrá que montar una actuación dramática de Pascua, un cantante católico deberá actuar en una boda de dos divorciados, y un musulmán que opera una agencia de publicidad no podrá negarse a crear una campaña para una compañía de bebidas alcohólicas”.
La Coalición Judía para la Libertad Religiosa lo expresó de manera diferente, diciéndole a la corte que un panadero judío podría tener que cumplir con la solicitud de un neonazi que quiere un pastel que diga "¡Feliz 9 de noviembre!", una referencia a la Kristallnacht, la noche de 1938 cuando los nazis quemaron sinagogas y destrozaron negocios judíos en toda Alemania y Austria.
La segunda vez que la Corte Suprema decide sobre un caso similar
El caso marca la segunda vez en cinco años que la Corte Suprema enfrenta el problema de un propietario de un negocio que dice que su religión le impide crear obras para una boda entre parejas del mismo sexo.
En esta ocasión, la mayoría de los expertos esperan que la Corte, que actualmente cuenta con una mayoría de seis jueces conservadores sobre tres liberales, dé la razón a Smith, quien reside en Denver, Colorado.
El caso anterior es el del panadero Jack Phillips, también de Colorado, quien se negó a hacer un pastel de bodas para una pareja gay.
La pareja demandó y el caso llegó hasta la Corte Suprema, que respaldó al pastelero, pero la decisión –emitida en 2018– no aclaró la cuestión sobre si la Primera Enmienda permite la discriminación de negocios abiertos al público según las creencias religiosas de sus propietarios. En el documento sobre ese caso, el juez Anthony M. Kennedy –hoy retirado– reconoció que el tribunal no quiso ahondar en esa cuestión y que debería decidir en “futuras controversias similares a este caso”.
Alan B. Morrison, un experto en derecho constitucional de la Universidad de Georgetown, subrayó que Smith actualmente no tiene un sitio web de bodas, lo que hace que el caso sea particularmente especulativo y, afirma, problemático.
Aun así, Morrison sugirió que algunos de los escenarios hipotéticos que se les ocurrieron a ambos lados, son “un poco exagerados”. Los ejemplos, dijo, son “el tipo de cosas que se le ocurrirían a un profesor de derecho”.