Conoce a Doug Jones, el olvidado rival de Roy Moore en un choque entre la vieja y la nueva Alabama

El desenlace de una elección crucial para el Senado de EEUU depende en gran parte de lo que sucedió en un pasado lejano.
La cobertura de la contienda especial del 12 de diciembre en Alabama, que podría reducir el poder de los republicanos en el Senado, se ha visto marcada por un escándalo de supuesto comportamiento sexual inapropiado hace décadas por parte del candidato republicano, el exjuez religioso Roy Moore, quien ha sido acusado de abusar de adolescentes.
Casi opacado por la controversia, el rival demócrata de Moore, el exfiscal de EEUU Doug Jones, tiene como principal logro la condena de dos supremacistas blancos por el atentado con bomba contra una iglesia de Birmingham, Alabama, que causó la muerte de cuatro niñas negras.
"Los dos tienen experiencia con niños", dice Donald Watkins, un rico empresario negro y exfiscal que conoce a ambos. "Doug Jones vengó la muerte de cuatro niñas por un atentado con bomba, por otro lado Roy Moore perseguía a niñas, las acosaba y abusaba de ellas". Moore desmiente las acusaciones aunque le ha dicho al Washington Post que podría haber tenido citas con adolescentes cuando él estaba en la treintena.
Las encuestas muestran que la imponente ventaja de dos dígitos del republicano Moore se ha reducido aceleradamente en un estado que el presidente Donald Trump conquistó en la elección presidencial por 28 puntos. Una victoria de Jones sería histórica dado que el último demócrata que ganó una campaña para el Senado de EEUU por Alabama fue Richard Shelby hace 25 años. Para empeorar las cosas, Shelby se hizo republicano dos años después, y aún sigue ocupando uno de los dos escaños por el estado.
Si pierde Moore, la Casa Blanca sufriría un duro revés. Los republicanos controlan el Senado por un margen estrecho de 52-48, pero el dominio del partido es frágil. Varios republicanos se han posicionado últimamente del lado de los demócratas votando contra los deseos de Trump en proyectos clave como el intento de revocar la ley de salud Obamacare.
Más allá del posible comportamiento sexual inapropiado de Moore, la elección ha expuesto tensiones sociales irresueltas a causa de los valores tradicionales sureños, como la supremacía de los hombres blancos, que aunque se remontan a la Guerra Civil, aún hoy son temas candentes en la política de Alabama.
"Lo que estamos viendo es una ventana al pasado. Realmente tiene que ver con el concepto de qué es la norma o qué es la tradición", dice Donald Jones, un profesor de derecho constitucional de la Universidad de Miami, que es de raza negra. "Una de esas tradiciones es la segregación. Les gusta la idea del privilegio blanco. Quieren más. Ven (en la elección) una batalla de civilizaciones contra la élite liberal del norte... sus tradiciones están siendo amenazadas".
Mientras que Moore, de 70 años, representa los valores tradicionales del sur y goza del apoyo ferviente de los conservadores religiosos; Jones, de 63, es respaldado por los moderados e independientes y es muy irado por la comunidad negra de Alabama, que supone un 26% de la población con derecho al voto, así como de una comunidad de latinos mucho menor.
El atentado contra la Iglesia Bautista de la Calle 16 en Birmingham en 1963, sirvió como un importante catalizador del movimiento para la igualdad racial y la aprobación de la ley federal de Derechos Civiles de 1964, que prohíbe la discriminación racial. Pasaron años hasta que los del Ku Klux Klan que perpetraron el ataque fueron procesados. El último de ellos fue condenado en 2002.
Jones, que procesó a dos atacante en 2001 y 2002, entabló una amistad estrecha con los familiares de las víctimas.
"Es parte de la familia"
"Hizo un trabajo fabuloso... Es parte de la familia", dice Lisa McNair, de 53 años, la hermana de Denise McNair, quien tenía 11 años cuando murió y era la menor de las cuatro niñas fallecidas. "Cuando llegó el veredicto fue uno de esos momentos de mi vida surrealistas al oírles decir 'culpable'", dijo.
"Traté de contener el llanto, pero se me saltaron las lágrimas", recuerda. "Cuando me recompuse y miré hacia la zona donde estaban los abogados, los fiscales, Doug y otros abogados estaban también llorando. Nunca se me olvidará lo conmovidos que estaban. Te imaginas que estarían emocionados y contentos por nosotros, pero podías saber por sus lágrimas que esto significaba mucho para ellos. Estaban allá de verdad para nosotros".
En 1963, Alabama era el epicentro del movimiento no violento de derechos civiles liderado por Martin Luther King Jr. contra el veterano gobernador George Wallace, un segregacionista intransigente.
Moore es un retroceso a esos tiempos, dicen algunos analistas. Blandió un revólver en una manifestación de campaña, vestido con un sombrero de vaquero y un chaleco de cuero, y fue a votar en la primaria a caballo. "Es como un gobernador Wallace del siglo XXI", dice el profesor Jones, que no tiene relación con el candidato.
El republicano fue expulsado de la Corte Suprema de Alabama en dos ocasiones por defender un conservadurismo social extremo que le llevó a oponerse a la retirada del edificio de cortes estatal de un monumento que él encargó sobre los Diez Mandamientos.
En contraste, el candidato Jones representa a los alabamianos más modernos y educados, que aceptan la diversidad racial.
De una familia de obreros, su padre trabajó en US Steel mientras que su madre era un ama de casa. Tiene experiencia en el Congreso en Washington ya que después de estudiar derecho se desempeñó como asesor personal del Comité Judicial del Senado para el senador Howell Heflin, un demócrata moderado de gran prestigio que según Jones es su mentor.
"Quiero ser una voz razonable en el caos del Washington moderno", se lee en su web de campaña.
A partir de 1997 trabajó como fiscal de EEUU para el Distrito Norte de Alabama, que incluye una región agrícola que atrae a muchos jornaleros extranjeros en la recogida de tomates.
"Es alguien que ha estado en las trincheras y puede entender problemas complejos", dijo Freddy Rubio, un abogado hispano que trabajó durante un tiempo en la misma firma que Jones hace una década. Jones ha considerado lanzarse a por un escaño en el Senado de EEUU desde hace años, según Rubio. "Ha llegado la hora. Ha encontrado el momento oportuno", añadió.
Conservador fiscal y moderado en asuntos sociales, Jones es conocido por todo el estado. "Eso es muy infrecuente para un demócrata en Alabama. Es viable y tiene apoyo financiero para ser competitivo en campaña", dijo Watkins.
Defensor de inmigrantes
Jones ha abogado por los inmigrantes, apoyando el programa DACA para los llamados Dreamers, los 800,000 jóvenes indocumentados que fueron traídos de manera ilegal cuando eran menores.
En 2011, se pronunció en contra de la ley estatal HB 56 considerada la legislación antiinmigrante más severa en la nación, que contenía disposiciones controvertidas para permitir a la policía rastrear el perfil racial, y negaba el servicio público a las personas sin documentos.
Jones participó en una serie de eventos sobre el asunto junto con el entonces abogado de derechos civiles del Departamento de Justicia Tom Pérez, ahora líder del Comité Nacional Demócrata.
Jones rechazó una propuesta para ser entrevistado por Univision Noticias. También está distanciándose de las figuras nacionales de su propio partido para no provocar más resentimiento por la intromisión de élites políticas de fuera del estado. Los únicos grandes nombres que se han unido a él en la campaña han sido el exvicepresidente Joe Biden y el congresista de Georgia John Lewis, un líder histórico del movimiento de derechos civiles.
Según reportes, Jones canceló esta semana un viaje a Washington para recaudar fondos.
Pero en un estado con un gran bloque de votantes evangélicos, el apoyo de Jones al derecho de abortar le hace impopular entre los conservadores y podría costarle la elección.
Cuando fueron preguntados en una encuesta reciente si las acusaciones de abusos sexuales contra Moore habían cambiado sus preferencias, un 35% de los votantes probables en la elección dijeron que la noticia había reforzado aún más su intención de voto por Moore. Otro 11% dijo que la revelación les hacía menos propensos a votar por él y un 36% dijo que iban a votar por Jones de todos modos. Otro 18% dijo que estaban indecisos o que las acusaciones no tenían ningún efecto sobre ellos.
"Puede estar en apuros pero no puedo abandonar a mi partido así que votaré por los republicanos", dijo Carlos Romero, de 72 años, un empresario inmobiliario que creció en California y se mudó a Alabama hace 25 años.
Republicano de toda la vida, Romero puso en duda las acusaciones diciendo que algunas de las pruebas contra Moore "apestan" a manipulación. "Podría haber hecho algunas cosas cuando era joven, ¿pero quién no?", dijo, añadiendo que se casó con una mujer 12 años menor que él y que siguen juntos 40 años después.
Dos nuevos sondeos esta semana ponen a Jones por delante por primera vez. Una encuesta de Fox News mostró este jueves a Jones con una súbita ventaja de ocho puntos sobre Moore. Hace unas semanas iba rezagado con un margen de dos dígitos.
Por otro lado, el extremismo de Moore ha espantado a los grandes donantes republicanos, permitiendo que Jones gastara hasta 11 veces más en anuncios de televisión, según Advertising Analytics.
Uno de sus anuncios de campaña muestra a una secuencia de republicanos que aseguran que votarán por Jones a causa del escándalo sexual.
Un hombre blanco de mediana edad dice: "Soy un republicano de toda la vida pero no puedo hacerlo".