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    Asalto al Capitolio

    'Conspiración sediciosa': qué implica el delito que enfrenta un grupo extremista que asaltó el Capitolio

    Once de una milicia de extrema derecha han recibido la que es la acusación más grave contra personas que irrumpieron en el Capitolio federal el 6 de enero de 2021. El reto del gobierno ahora es poder demostrarla.
    Publicado 17 Ene 2022 – 01:13 PM EST | Actualizado 17 Ene 2022 – 01:13 PM EST
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    El Departamento de Justicia subió la temperatura a la investigación sobre el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 por parte de una turba de simpatizantes del entonces presidente Donald Trump al acusar de ‘conspiración sediciosa’ a 11 de una organización de extrema derecha a la que se vincula con la revuelta.

    Aunque medios de comunicación y algunos políticos ya han descrito en medios de comunicación aquellos eventos como insurrección, intento de golpe de Estado y sedición, los fiscales se habían abstenido hasta ahora de usar el término, que para algunos lleva una pesada carga política e implica un gran esfuerzo para demostrarlo en las cortes.

    El fiscal general Merrick Garland, en un discurso en víspera del primer aniversario del asalto, dijo que el Departamento de Justicia seguía investigándolos sucesos y que los responsables "de cualquier nivel" serían llevados ante la justicia.

    "Seguiremos las evidencias hacia dónde nos lleven (…) Las acciones que hemos tomado hasta ahora no serán las últimas", dijo Garland, en lo que parecía un mensaje a quienes afirman que las autoridades no han sido contundentes en la persecución de los revoltosos y que los instigadores de la violencia no están siendo procesados

    En ese punto, los más celosos apuntan al expresidente Trump, a quien consideran responsable de incitar a la poblada por el discurso que dirigió a las afueras de la Casa Blanca pocas horas antes a muchos de los que finalmente atacarían la sede del Congreso.

    Hasta ahora, se han detenido a unos 725 acusados en todos los estados del país y el Distrito de Columbia. De estos, más de 300 enfrentan cargos por asaltar a agentes o impedir que ejercieran su trabajo o conspirar para obstruir un procedimiento oficial.

    Pero con el arresto de Stewart Rhodes, fundador de Oath Keepers (Defensores del Juramento) y otros 10 de ese grupo de extrema derecha, los fiscales subieron la apuesta legal.

    Es la primera vez que se presentan cargos de sedición en relación con el ataque. La acusación de 48 páginas del Departamento de Justicia dice que Rhodes conspiró con sus coacusados en un “complot para oponerse por la fuerza a la transferencia legal del poder presidencial en 2020”.

    ¿Qué es una "conspiración sediciosa"?

    Así lo define el Código Penal Federal en su sección 2384:

    Si dos o más personas en cualquier Estado o Territorio, o en cualquier lugar sujeto a la jurisdicción de los Estados Unidos, conspiran para derrocar, sofocar o destruir por la fuerza al Gobierno de los Estados Unidos, o para declarar la guerra contra ellos, o para oponerse por la fuerza a la autoridad del mismo, o por la fuerza para prevenir, obstaculizar o retrasar la ejecución de cualquier ley de los Estados Unidos, o por la fuerza para incautar, tomar o poseer cualquier propiedad de los Estados Unidos en contra de la autoridad del mismo, cada uno de ellos será multado bajo este título o encarcelado no más de veinte años, o ambos”.

    Muchos ven reflejados en la definición varios aspectos de la revuelta del 6 de enero de 2021.


    • Los insurrectos trataron de impedir un procedimiento legal federal: la certificación de los resultados del Colegio Electoral que consagraban en triunfo de Joe Biden en las presidenciales de noviembre de 2020.
    • Invadieron una propiedad del gobierno, el edificio del Capitolio, contra la autoridad de este. Atacaron policías, rompieron el cerco de seguridad y generaron destrozos en el lugar.

    Algunos políticos demócratas han dicho que se trató de intento de golpe de Estado, pero no está del todo claro cómo la sola ocupación del Capitolio iba a desencadenar alguna reacción que terminara con el gobierno que en ese momento estaba bajo el control de Trump o que forzara a la presidencia a algún estado de excepción que le permitiera desconocer el resultado electoral.

    Mensajes incriminatorios o ejercicio de la libertad de expresión

    Para otros el mensaje que Rhodes puso en la página web de su organización los días previos al asalto resulta incriminatorio.

    Es CRÍTICO que todos los patriotas que puedan estar en DC lleguen a (Washington) DC para mantenerse firmes en apoyo de la lucha del presidente Trump para derrotar a los enemigos extranjeros y nacionales que están intentando un golpe de Estado, a través del fraude electoral masivo y los ataques relacionados contra nuestra República (...) Tendremos equipos QRF [fuerza de reacción rápida] bien armados y equipados en espera, fuera de DC, en el caso del peor de los casos, donde el presidente nos llame como parte de la milicia para ayudarlo dentro de DC”.


    Lo que escribió Rhodes puede ser entiendido como un llamado a las armas para defender al presidente, que insistía en la falacia de que las elecciones habían sido fraudulentas. O como la manifestación de una frustración política.

    El día del asalto, Rhodes se mantuvo fuera del Capitolio, aunque se comunicaba con otros integrantes de Oath Keepers mediante teléfono o mensajes de texto, comunicaciones que analiza el Departamento de Justicia.

    Él niega que intentaran interrumpir la certificación de los resultados del Colegio Electoral y afirmó en declaraciones a The New York Times que los ‘guardianes’ que estuvieron dentro del Capitolio buscaban prestar ayuda cuando se enteraron de que alguien había sido abatido de un disparo.

    Pero según el cronograma que han establecido los investigadores, 14 de ellos ya estaban dentro del edificio cinco minutos antes de Ashli Babbitt, una de las que entró con la turba, cayera por un disparo cerca de la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

    Los documentos de la acusación contra Rhodes y los demás ‘guardianes’ dicen que los acusados organizaron equipos para usar la fuerza y llevar armas de fuego al Capitolio, reclutaron para participar en el evento, organizaron capacitaciones y llevaron equipo paramilitar, cuchillos, porras y equipos de radio a Washington.

    Sin embargo, esa actividad organizadora, junto con el intercambio de comunicaciones, pueden ser defendidas por los abogados de Rhodes como el ejercicio de su libertad de expresión y organización política. Queda de parte de los fiscales convencer a los tribunales de que se trató de algo más nefasto que eso.

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