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    De tener que realizar tres trabajos a la política de Virginia: esta latina dará la respuesta en español al discurso de Trump

    Inmigrante nacida en Perú, trabajadora social, esposa y madre; Elizabeth Guzmán dice que compartirá con orgullo su historia personal el martes por la noche y exigirá que los inmigrantes sean tratados con respeto.
    29 Ene 2018 – 07:00 PM EST
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    La legisladora Elizabeth Guzmán junto al gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, en el Capitolio estatal de Richmond, Virginia. Crédito: Steve Helber/AP

    Cuando Elizabeth Guzmán decidió postularse para un escaño en la asamblea estatal de Virginia en 2016, sabía que enfrentaba un camino difícil: inmigrante, nueva en la política y la primera latina en aspirar al cargo, también competiría contra un hombre republicano que había mantenido en ese cargo durante ocho mandatos.

    Pero Guzmán, de 44 años, ganó las elecciones con un margen de casi 10%, lo que se traduce en unos 3,000 votos.

    Su ascenso estuvo marcado por varios hitos. Cuando llegó el día de las elecciones, Guzmán fue el segundo recaudador de fondos de los demócratas del estado y obtuvo el respaldo del exvicepresidente Joe Biden, así como el apoyo de varios grupos progresistas.

    No se detuvo allí. Apenas unos días después de su juramentación del 20 de enero, Guzmán recibió el jueves pasado una llamada de la líder de la minoritaria bancada demócrata, Nancy Pelosi. Los demócratas habían elegido unánimemente a Guzmán para dar la respuesta en español al discurso del presidente Trump sobre el Estado de la Unión (State of the Union), dijo Pelosi. Emocionada, Guzmán aceptó. Su discurso saldrá al aire mañana por la noche.

    “Cuando decidí que iba a competir tenía el sueño de explicarle a los latinos por qué el partido Demócrata es el partido de la clase trabajadora, de los inmigrantes”, dijo Guzmán a Univision. “Estoy emocionada y quiero aprovechar esta oportunidad para ampliar mi mensaje. No esperaba que sucediera tan rápido”.

    Durante su vida política, Guzmán nunca se ha alejado de sus raíces. Inmigrante nacida en Perú, se postuló en una plataforma progresista y de inclusión. También es una madre abnegada y considera que su cultura y sus antecedentes son un activo para su política.

    Al igual que muchos inmigrantes en Estados Unidos, la historia de Guzmán está marcada por la lucha y la perseverancia.

    En una declaración, Pelosi llamó a Guzmán una "defensora respetada y líder de la comunidad que representa lo mejor de los ideales de nuestra nación".

    "Impulsada por su fe y su creencia en la promesa del sueño americano, Elizabeth ha sido una líder vital e implacable para las personas sin voz", aseguró Pelosi.

    De tres trabajos al 'sueño americano'

    Guzmán creció en la ciudad portuaria de Callao, Perú, en una familia políticamente activa. Su padre, un organizador sindical, alentó a sus cuatro hijos a mantenerse informados, tener opiniones y defender lo que creían. A menudo organizaba reuniones sindicales en el hogar de la familia, que Guzmán observaba atentamente. En la escuela secundaria, era la presidenta de su clase. Y aunque era muy buena estudiante, su familia no tenía el dinero para enviarla a la universidad. A los 18 años se convirtió en madre soltera al tener a su primera hija: Pamela.

    Insegura de cómo iba a mantenerla, Guzmán decidió emigrar a Estados Unidos en 1998. Llegó a Virginia con su hija de 6 años y allí consiguió tres trabajos que le permitieran rentar un apartamento pequeño.

    Sus días eran agotadores: después de dejar a Pamela en la escuela, Guzmán se iba a trabajar a Wendy's hasta la tarde. Una vez que Pamela terminaba su tarea y se iba a la cama, Guzmán salía a trabajar a CVS en el turno de la noche. Llegaba a la casa a las 6:30 de la mañana, justo a tiempo para despertar a su hija otra vez. Los fines de semana tampoco eran de descanso: esos dos días trabajaba como cajera en una tienda.

    Finalmente, Guzmán encontró un trabajo de recepcionista en una oficina. Allí su jefe la alentó a aprovechar su inteligencia y continuar con su educación.

    Entonces se matriculó en el Northern Virginia Community College, donde obtuvo su título en istración y Gestión. Luego buscó una licenciatura en Seguridad Pública de la Universidad de Capella que estudiaba a través de internet.

    Se volvió a casar: esta vez con un peruano estadounidense. Con su apoyo, obtuvo una maestría en istración Pública de American University y luego una maestría en Trabajo Social de la Universidad del Sur de California. Hoy la pareja tiene cuatro hijos y vive en un suburbio de Virginia.

    Para Guzmán, su historia prueba la promesa del sueño americano para aquellos que trabajan duro. "Pasé de ser la menos educada de mi familia a la más educada", dijo.

    Su entrada a la política

    Cuando se convirtió en ciudadana estadounidense en 2005, Guzmán comenzó a investigar las posturas de los candidatos y descubrió que se sentía alineada con muchos de los valores del partido Demócrata, como el de igualdad. En 2008, cuando vio al candidato presidencial Barack Obama hablar en Virginia, estaba enganchada.

    “Me encantó la forma en que conectó con las personas, su visión", dijo. "Desde entonces he pertenecido al Partido Demócrata”.

    Pero no se había involucrado en la política hasta que el Senador Bernie Sanders la impulsó. En 2015, Guzmán era empleada de la ciudad de Alexandria, Virginia, donde ejercía el cargo de trabajadora social. Allí conectó con las ideas de Sanders y su visión para el futuro del Partido Demócrata. Cuando terminó su campaña presidencial en junio de 2016 hizo un llamado para que otros consideraran postularse a cargos políticos: Guzmán escuchó.

    “Él nos recordó que las decisiones se toman a nivel local y estatal y que quería que esta revolución continuara (...) Para conseguirlo, era necesario que nos postuláramos a los cargos y nos mantuviésemos involucrados”.

    Así fue como se ofreció a trabajar como voluntaria para Hillary Clinton en las elecciones presidenciales, con la certeza de que si llegaba a perder, ella misma se lanzaría. Para el mes de octubre, Guzmán había ya anunciado que se postularía para el puesto de delegada.

    "Me di cuenta de que nunca habíamos tenido funcionarios electos que pudieran decir la realidad de por qué los inmigrantes vienen a este país", dijo. "Que el color de nuestra piel sea diferente no significa que seamos delincuentes. No vi a nadie hablar sobre cómo los inmigrantes son muy trabajadores, cómo dejan sus hogares, sus familias y sus carreras profesionales para venir aquí y comenzar de nuevo. No hablan de nosotros como personas orientadas a la familia, solo escuchamos cosas malas. Entonces, decidí dar un paso adelante".

    Guzmán ganó en una plataforma abiertamente progresista: está a favor de que las mujeres controlen y decidan sobre sus cuerpos, sus prioridades legislativas incluyen la expansión de Medicaid bajo el Affordable Care Act (Obamacare) y promueve la educación infantil temprana. También apoya un aumento del salario mínimo y exige que se respeten los derechos de los inmigrantes.

    Un escenario nacional

    Guzmán tenía lágrimas en los ojos el pasado 20 de enero mientras tomaba la palabra en el estado de Virginia, vestida de azul, para ser juramentada como delegada. Su esposo Carlos se encontraba a solo unos metros de distancia; sus cuatro hijos se sentaron en la primera fila. Con su mano izquierda encima de una Biblia, ella declaró el juramento en inglés. Entonces la sala estalló en gritos en español: ‘¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo!’.

    Mañana planea compartir su historia y explicar por qué la manera en que Trump caracteriza los inmigrantes es errónea. También espera subrayar cómo los hispanos constituyen el grupo de inmigrantes más grande del país y por qué no está dispuesta a permitir más faltas de respeto. Su mensaje incluirá una mención de las políticas de inmigración como DACA y TPS.

    “El mensaje es que estamos aquí, que estamos agarrando fuerza y que hay muchos hispanos que están saliendo adelante. Vamos a dar un mensaje a nivel nacional: tenemos voz”.

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