El exjefe de campaña de Trump colaborará con la investigación del 'Rusiagate' a cambio de reducción de sentencia y deja al presidente en posición incómoda
Donald Trump, acordó declararse culpable de varios crímenes federales, informaron este viernes varios medios citando los documentos judiciales.
Manafort acudió a la corte de Washington DC la mañana del viernes para asistir a la presentación del acuerdo ante el juez en el que se compromete a colaborar "completa y honestamente" con las investigaciones que realiza la fiscalía espacial que encabeza Rusiagate'.
Según ha trascendido, los abogados del acusado pactaron una tiempo máximo de prisión para el exjefe de campaña de Trump de 10 años y que las sentencias que le asignarán por los cargos por los que fue hallado culpable en Virginia, más los que correspondan por los dos cargos que aceptó reconocer en DC se cumplan simultáneamente.
Bajo los términos del acuerdo, Manafort reconoce un cargo de obstrucción de la justicia y otro de conspiración para cometer fraude fiscal. Además, entregará cuatro de sus propiedades y logrará que los cuatro cargos que quedaron sin resolverse en el juicio en Virginia sean desestimados.
El cambio de estrategia de Manafort, quien ha sido el único de los varios acusados por Mueller que no ha reconocido ser culpable, deja en posición incómoda al presidente Trump, quien ha alabado a su exasesor por no "ceder" ante la presión de los investigadores de su propio Departamento de Justicia.
Sin embargo, la Casa Blanca expresó en un comunicado que la decisión de Manafort no tiene ninguna relación con el presidente.
“Esto no tiene absolutamente nada que ver con el presidente y su victoriosa campaña presidencial de 2016. Esto no tiene ninguna relación”, dijo la secretaria de prensa Sarah Huckabee Sanders en el escrito.
Juicio en DC
El abogado de Manafort, Kevin Downing, dijo a la salida del tribunal que su cliente había “aceptado su responsabilidad” y convenido el trato con los fiscales para “asegurarse de que su familia quedaría a salvo y con posibilidad de vivir una buena vida”.
Manafort fue el jefe de campaña de Trump entre abril y agosto de 2016, cuando fue apartado de sus funciones luego de que un reporte periodístico indicara que había trabajado como cabildero para grupos de Ucrania conectados con el presidente Vladimir Putin de Rusia.
Aunque no se sabe qué información podría aportar Manafort a Mueller, se sabe que ese es un período en el que los investigadores tienen gran interés. Además, las conexiones del acusado con Ucrania lo conectan con organizaciones que están bajo la lupa de la fiscalía de Nueva York.
Los cargos contra Manafort se desprenden de la investigación del fiscal especial Robert Mueller, que investiga la posible coordinación entre la campaña republicana en 2016 y Rusia para influir en las elecciones y una posible obstrucción a la justicia por parte del presidente.
Desde que Manafort fue acusado por Mueller, se ha especulado con la posibilidad de que el presidente le otorgue un perdón presidencial una vez culminados los juicios en su contra.
La mayoría de los cargos del juicio que estaba programado en Washington DC tenían que ver con lavado de dinero y su trabajo como cabildero para un gobierno extranjero sin haber estado registrado ante el Departamento de Estado.
Manafort ya enfrentó un primer juicio semanas atrás en Alexandría, Virginia, en el que fue hallado culpable de ocho cargos de los 18 que estaba acusado. En ese procedimiento, los cargos estaban relacionados a fraudes fiscales e impositivos.
Esta declaración de culpabilidad por parte de Manafort es un giro drástico en la estrategia de defensa llevada adelante hasta ahora por el exjefe de campaña de Trump.
Desde el comienzo de las pesquisas Manafort se mostró reticente a colaborar con los investigadores. Luego, cuando fue acusado formalmente por decenas de cargos que podrían llevarlo a prisión por muchos años, se declaró inocente, en lugar de colaborar a cambio de beneficios procesales.
Por qué Manafort enfrenta a la justicia
El fiscal especial Robert Mueller comenzó en 2017 una investigación sobre la intrusión de los rusos en las elecciones de 2016 y la posible coordinación con la campaña de Trump para afectar a la candidata demócrata Hillary Clinton.
En el curso de esas investigaciones, los fiscales pueden encontrarse con otros delitos que, aunque no tengan que ver con el objetivo central de la pesquisa, pueden servir para montar casos en contra de los acusados.
Eso precisamente sucedió con Manafort: Mueller encontró que habría cometido una serie de graves delitos financieros, fraudes y conspiración y por ello presentó cargos contra él.
El caso contra Manafort es enorme y tiene dos frentes: uno en Alexandria, Virginia, que se resolvió y el otro en Washington, Distrito de Columbia, que debía comenzar a fines de mes.
En el primero enfrentó 18 cargos mayormente relacionados a fraudes bancarios y fiscales: declaraciones falsas al impuesto sobre la renta; incumplimiento de reportar activos bancarios o financieros extranjeros; fraude bancario y/o conspiración de fraude bancario. Todos estos cargos son por acciones que van desde 2008 hasta 2017. Fue hallado culpable de ocho de ellos.
En el juicio que está programado para comenzar en unas semanas en Washington DC, los cargos tienen que ver con el trabajo de Manafort para Ucrania. La acusación de Mueller dice que "sirvió durante años como un consultor y cabildero" y que entre al menos 2006 y 2015, actuó como un agente no registrado de un gobierno extranjero y de partidos políticos extranjeros.
Esto está vinculado al trabajo de Manafort para Viktor Yanukovich el polémico expresidente ucraniano a quien ayudó a ganar la presidencia de ese país en 2010 y trabajó luego para su gobierno.
Manafort tenía un contrato abultado con el gobierno de Ucrania y trabajaba para él y para un partido político prorruso sin declararlo como exige la ley de EEUU. Los cargos incluyen conspiración para defraudar a EEUU y mentir a la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA).
Manafort, viejo conocido de Trump
Manafort es un viejo conocido de Trump. En marzo de 2016, el entonces candidato republicano lo sumó a su campaña para ayudar con su larga experiencia en el manejo de los delegados, que por aquel entonces estaban divididos frente a la figura del magnate. En poco tiempo ganó poder y se convirtió en el jefe de la campaña de Trump.
Meses más tarde, Manafort comenzó a ser señalado por los exorbitantes pagos que recibió en Ucrania de dudosa legalidad y terminó renunciando a la campaña en agosto de ese año.
Además de todos los cargos que ya enfrentaba, durante su proceso legal Mueller presentó dos cargos más por intentos de presión o manipulación de los testigos luego de que Manafort y un asociado ruso presuntamente se pusieron en o conpersonas que iban a declarar en su juicio y los instaron a contar una historia falsa.
Por ello fue enviado a la cárcel para esperar juicio por 'abuso de confianza'.