En medio de protestas en Puerto Rico, Rosselló se niega a dimitir: "He tenido un proceso de evaluación y he decidido continuar"
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, se mantuvo firme este martes frente a los manifestantes que piden su renuncia y dijo que no tiene previsto dimitir, sino seguir trabajando por la isla tras la filtración de un chat entre del gobierno (incluido el gobernador) donde se emitían mensajes sexistas y homófobos.
"Yo voy a continuar en mi trabajo y mi responsabilidad con el pueblo de Puerto Rico, que me dio la posibilidad de ser gobernador, es continuar trabajando", dijo en una rueda de prensa de más de una hora en la que respondió a las preguntas de todos los periodistas en La Fortaleza, la sede del gobierno. "Este es un gran reto, pero tenemos que cumplir con nuestro objetivo y continuaré en la misma dirección".
Sobre las revelaciones con la filtración de los mensajes de los chats de Telegram, el gobernador dijo que ahí se discutían "muchas cosas", pero que tras hacer "unas evaluaciones completas", determinaron que "no hay ilegalidad" en ellos.
Rosselló hizo las declaraciones tras una multitudinaria protesta en la noche del lunes que acabó con enfrentamientos entre la policía y algunos manifestantes. Según las autoridades, hubo al menos 21 policías heridos y cinco personas detenidas.
En su comparecencia, Rosselló dijo que sí ha evaluado la solicitud de los manifestantes, que también se reunieron en distintas ciudades de Estados Unidos y otros países como España. El gobernador dijo respetar el derecho a la protesta y reconoció que tiene que hacer cambios, pero insistió en que no dimitirá.
Los problemas recientes "prueban las preocupaciones" de Trump
El gobernador sostuvo, sin embargo, que está en un proceso de evaluación de los de su gabinete. " El mensaje es que va a haber cambios pero quiero articularlos", apuntó.
El escándalo en Puerto Rico está bajo la mirada de Washington y podría afectar el desembolso por parte del gobierno federal de fondos cruciales para la reconstrucción de la isla tras el fuerte impacto del huracán María hace casi dos años.
Este martes, la Casa Blanca reaccionó a la crisis generada en Puerto Rico por los mensajes de chat filtrado y por el arresto de exfuncionarios de alto nivel de la istración de Rosselló por presunto fraude.
"Los eventos desafortunados de la semana pasada en Puerto Rico prueban que las preocupaciones del presidente de malos manejos, politización y corrupción son válidas. Seguimos comprometidos con la recuperación de Puerto Rico y la protección firme de los contribuyentes y los sobrevivientes de Puerto Rico de la corrupción política y el abuso financiero", escribió en un comunicado el asesor de la Casa Blanca Judd Deere.
Entre los funcionarios detenidos la semana pasada están la exsecretaria de Educación Julia Keleher, que este mismo martes llegó a Puerto Rico para presentarse ante la justicia, y la exdirectora de la istración de Seguros de Salud Angela Ávila.
Preguntado por los procesos emprendidos por la justicia contra ex de su gabinete, Rosselló se limitó a decir que "la corrupción es un mal social" y que su gobierno quiere combatirla. “Yo voy a batallar la corrupción, si se busca la corrupción se encuentra", aseveró.
En medio de la crispación y manifestaciones generadas por el escándalo bautizado como el TelegramGate, el equipo de Rosselló se resquebrajó con la salida de aliados cercanos: el secretario de Estado, Luis Rivera Marín, y el principal funcionario financiero y representante del Gobierno en la Junta Fiscal impuesta por Washington que controla las finanzas de la isla, Christian Sobrino.
Ambos, parte del chat, renunciaron a sus cargos horas después de haber sido develados los cientos de mensajes entre los cuales el gobernador llamó “putas” a la exconcejal municipal de la ciudad de Nueva York, Melissa Mark-Viverito, y a la alcaldesa capitalina, Carmen Yulín Cruz.
La crisis se desata en un momento sensible para Puerto Rico, pues el gobierno federal tiene bajo la lupa el desembolso de unos 40,000 millones de dólares para la reconstrucción la isla, en recesión de hace más de una década y aplastada por una abultada deuda.