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    El giro de 180° en las ruedas de prensa de la Casa Blanca con Trump: son un "engaño colosal", dice un experto

    La dinámica de los encuentros de Trump y sus funcionarios ante la prensa ha estado marcada por la presencia de representantes de “nuevos medios”, la mayoría afines a la agenda del republicano, y la agresividad del presidente y su secretaria de prensa hacia los medios críticos e independientes.
    Publicado 30 Mar 2025 – 11:10 AM EDT | Actualizado 31 Mar 2025 – 10:15 AM EDT
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    En una rueda de prensa histórica, cuando el presidente Donald Trump y su homólogo Volodymyr Zelensky debatían en la Oficina Oval el futuro de la guerra en Ucrania, uno de los representantes de los medios preguntó al mandatario ucraniano: “¿Por qué no vistes un traje?”

    En otro encuentro reciente en la Oficina Oval, mientras Trump hablaba sobre la relación bilateral con el primer ministro irlandés, Micheál Martin, el mismo comunicador preguntó al líder extranjero: “¿Por qué dejaría que Rosie O'Donnell se mudara a Irlanda?".

    Aunque ambas preguntas eran irrelevantes al tema de los encuentros de Trump con sus pares, el republicano pareció acoger los cuestionamientos. El comunicador que hizo las preguntas en ambos casos fue Brian Glenn, de Real America’s Voice, un medio que por años ha servido como una plataforma para figuras pro-Trump como Steve Bannon, uno de los arquitectos de la estrategia comunicacional inicial del republicano.

    Glenn y otros representantes de medios afines al mandatario obtuvieron a los eventos de la Oficina Oval y de la Casa Blanca en general a raíz de una nueva política implementada por el gobierno de permitir el ingreso de “nuevos medios” a los actos oficiales. Los representantes de esos “nuevos medios”, como Glenn, lanzan en ocasiones preguntas suaves que son del agrado de Trump y sus funcionarios.

    Cómo cambió el trato a los medios tras el retorno de Trump a la Casa Blanca

    Tras el ascenso de Trump, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo en su primer encuentro con periodistas luego de asumir el cargo que el nuevo gobierno estaba abriendo la sala de prensa a “voces de los nuevos medios”. Los “nuevos medios” que ahora tienen al privilegiado centro de información de la Casa Blanca incluyen, según Levitt, podcasts, blogs y otras plataformas.

    “Si está produciendo contenido noticioso legítimo, sin importar el medio, se le permitirá solicitar credenciales de prensa para esta Casa Blanca”, dijo la funcionaria de prensa de Trump.

    Entre los “nuevos medios” que obtuvieron las credenciales necesarias para ingresar a los eventos de la Casa Blanca están Real America’s Voice, el sitio web de noticias Breitbart y el canal de cable One American News Network (OANN). Estas plataformas comparten un elemento principal: son medios que a menudo difunden contenidos alineados a la agenda del gobierno del republicano.

    En contraste a esta nueva “apertura” para “nuevos medios”, la Casa Blanca ha restringido el a agencias de noticias independientes que se caracterizan por mantener líneas editoriales imparciales o libres de afinidades políticas, como The Associated Press (AP).

    Por ejemplo, en febrero, la agencia AP, que opera desde 1846, interpuso una demanda en contra de tres funcionarios de la Casa Blanca por restringir el a eventos en la Oficina Oval y otros actos públicos del presidente, luego de que el medio de comunicación se rehusó a usar el nombre de golfo de Estados Unidos para el golfo de México.

    La disputa inició luego de que el gobierno de Trump cambió el nombre oficial del cuerpo de agua, aunque esa medida ha sido ampliamente puesta en duda ya que la totalidad de la superficie de la cuenca no pertenece a Estados Unidos. Además, el cambio de nombre sólo es aplicable para los estadounidenses, no para el resto del mundo.

    AP dijo entonces que continuaría refiriéndose al cuerpo de agua como golfo de México para evitar confusiones entre sus lectores, muchos de los cuales no son estadounidenses. El medio agregó que, sin embargo, daría contexto sobre la decisión de Trump de cambiar el nombre del golfo.

    Hasta ahora, esta agencia de noticias no ha recuperado el que tenía a los eventos presidenciales antes de rehusarse a adherirse al lenguaje oficial.

    Además, en una medida sin precedentes, la Casa Blanca informó que ahora decidirá qué medios formarán parte del grupo de periodistas que acompañan al presidente, una decisión que ha sido vista como una herramienta para presionar por coberturas favorables a la istración. La decisión de qué reporteros integraban ese grupo antes recaía en la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca (WHCA, en inglés).

    El tono distinto con el que Trump y su jefa de prensa responden a preguntas álgidas

    Trump recibe por lo general con agrado las preguntas de los representantes de los “nuevos medios” que cubren la Casa Blanca. Por ejemplo, cuando Glenn le preguntó a Zelensky por qué no vestía un traje para el evento en la Oficina Oval, Trump sólo sonrió.

    Cuando ese mismo comunicador preguntó al primer ministro irlandés sobre la comediante Rosie O’Donnell, a quien el presidente ha criticado por décadas, Trump dijo: “Gracias, me gusta esa pregunta”. “¿Sabes que tienen a Rosie O’Donnell?”, luego preguntó Trump a su homólogo, quien sólo sonreía nerviosamente. “¿Sabes quién es? Es mejor que no sepan”.

    Ese tono contrasta con la dureza con la que Trump y Leavitt responden cuando medios independientes plantean cuestionamientos de temas álgidos. Cuando, por ejemplo, Josh Boak, reportero de AP, le preguntó hace unos días a Leavitt sobre el impacto que tendrán los aranceles sobre los consumidores estadounidenses, la funcionaria reaccionó con un tono agresivo.

    Boak dijo que las tarifas suponen un “aumento de impuestos en la forma de aranceles” y que, por lo tanto, las medidas resultarán en un incremento a costa de los consumidores estadounidenses.

    Leavitt reaccionó ofendida. “Creo que es insultante que estés tratando de evaluar mi conocimiento de economía y las decisiones que este presidente ha tomado”, dijo. “Ahora me arrepiento de haberle dado una pregunta a The Associated Press”, agregó.

    Trump, por su parte, ha calificado como “estúpidas” las preguntas planteadas por periodistas que lo han cuestionado sobre temas cruciales, como el aparente giro de la política de Estados Unidos respecto con el mandatario ruso, Vladimir Putin, en el conflicto bélico en Ucrania.

    En el encuentro con Zelensky, cuando un periodista le preguntó al ucraniano sobre si consideraba que Trump estaba de “su lado” en el conflicto con Rusia, Trump calificó el cuestionamiento como “estúpido”. En otro momento, cuando una periodista le cuestionó por qué parecía culpar a las políticas de diversidad e inclusión impulsadas por los gobiernos demócratas por el choque de un avión comercial y un helicóptero en Washington DC, el republicano le dijo que era una pregunta “no muy inteligente”.

    Un "engaño colosal"

    Las ruedas de prensa en las que Trump permite a los comunicadores de medios afines a él son “un engaño colosal”, dijo a Univision Noticias William J. Drummond, quien fue secretario de prensa asociado en el gobierno de Jimmy Carter.

    Para Drummond, quien brevemente trabajó para el exsecretario de Estado Henry Kissinger, la Casa Blanca con Trump está “abiertamente” ejerciendo presiones a los medios que otras istraciones hacían “tras bambalinas”.

    Otro elemento que es característico de la istración de Trump es que transmite una elevada cantidad de videos y permite a los medios videograbar en vivo sus propias imágenes, lo que representa una fuente de ingresos para plataformas de derecha de bajo presupuesto.

    “En mi opinión, es el combustible que mantiene a muchos medios de comunicación de derecha de bajo presupuesto en funcionamiento”, dijo el profesor de periodismo de la Universidad de California, en Berkeley. “Si tuvieran que reunir eso con sus propios recursos, no podrían permitírselo”.

    Pese a la elevada cantidad de imágenes, esos videos de la istración Trump no proveen información real, consideró. “Es un montón de drama de ida y vuelta que no sirve de nada”, dijo Drummond. “Insultos, todo eso, lo ves en tu feed diario, eso es todo. Nadie te dice el precio del petróleo, nadie te dice el precio del maíz. Solo están discutiendo entre ellos. Pero es un video interesante y a la gente le encanta”, opinó.

    El académico reiteró que las prácticas del gobierno de Trump, además de restringir el a medios como AP a eventos oficiales por no adherirse al lenguaje oficial, además tiene un efecto negativo en la confianza de la población en la prensa y en las fuentes reales de información.

    “Más allá de la situación actual es que la credibilidad se ha devaluado. La gente no cree en lo que oye (...) En cuanto eso sucede, surge un gran problema", explicó.

    Drummond recalcó que los eventos oficiales se han convertido en “eventos escenificados” que carecen de fondo. “La gente ya no ve las discusiones políticas como una política. Lo ven como entretenimiento”, agregó. “Pero estos eventos escenificados, son un engaño colosal”, consideró.

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