¿Cómo hará Johnson para evitar la suerte de McCarthy, ahora que es presidente de la Cámara de Representantes?
La elección de Mike Johnson puso fin súbito a tres semanas agónicas para el Partido Republicano y de parálisis para el Congreso, al alzarse sorpresivamente con los votos necesarios para presidir la Cámara de Representantes de Estados Unidos, cuando muchos pensaban que no habría una figura de consenso para sustituir a Kevin McCarthy.
McCarthy, había sido destituido de la presidencia de la Cámara Baja el 3 de octubre después de que evitara un cierre del gobierno federal al aprobar un presupuesto temporal con votos de la minoría demócrata.
Un pequeño grupo ultraderechista promovió su destitución porque busca reducir sensiblemente el gasto público, incluso por debajo de los niveles que McCarthy había acordado en junio con el presidente Joe Biden. McCarthy permaneció solamente 10 meses en un cargo para el que necesitó someterse a 15 rondas de votación.
Al final de esas tres semanas de estancamiento, Johnson terminó recibiendo el apoyo unánime de su bancada, y también del expresidente Donald Trump, quien lo ensalzó con halagos horas después de haber hundido las aspiraciones de Tom Emmer, el aspirante previo a presidir la Cámara Baja que había sido el seleccionado por apenas unas cuatro horas.
Johnson repitió en el pasado los argumentos falaces de Trump para denunciar un supuesto fraude que le habría costado el triunfo en las elecciones de 2020, y luego votó en contra de certificar la victoria de Biden, incluso después del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.
¿Le bastará a Johnson su afinidad con Trump para mantenerse en el cargo?
Pese a la unanimidad circunstancial, muchos observadores no son optimistas y consideran que la fractura del Partido Republicano sigue tan abierta como cuando se produjo la caída de McCarthy.
“La animosidad intrapartidista puede muy bien significar que estamos presenciando la ruptura del Partido Republicano en tiempo real”, escribió en CNN.com el profesor de Historia de la Eastern Connecticut State University, Thomas Balcerski. “Los republicanos de hoy lucen divididos entre aquellos que desean gobernar y aquellos que solo quieren hacer ruido”, agregó.
El diario The Washington Post coincide en que algo “irreparable” ha ocurrido en el llamado Gran Viejo Partido (GOP, por sus siglas en inglés), que se demuestra en la incapacidad de cumplir con el gobierno parlamentario.
Johnson, un conservador nacido hace 51 años en Louisiana y que nunca había ostentado una posición de liderazgo, enfrentará una variedad de temas críticos, en los que se ve complicado que logre conciliar el grupo extraconservador con el ala moderada de su bancada.
Al asumir el cargo, Johnson itió que las peleas internas de su partido no contribuyeron a crear confianza entre la población. “Todo el pueblo estadounidense en un momento tuvo mucho orgullo en esta institución, pero actualmente eso está en riesgo y tenemos un reto ante nosotros en este momento para reconstruir y restaurar esa confianza”, indicó.
Los temas espinosos que tiene por delante Johnson
Ninguno de los temas es más urgente que la necesidad de evitar un cierre del gobierno federal antes de que se terminen los fondos el 17 de noviembre.
En días recientes, Johnson dio a entender que apoyaría un presupuesto que otorgue al gobierno federal fondos por algunos meses y así ganar tiempo para aprobar proyectos presupuestarios de largo plazo. Pero no ha dicho cuáles niveles de gasto está dispuesto a itir.
Justin Begley, economista de la agencia calificadora Moody’s, dijo a la revista Newsweek que, tal como le ocurrió a McCarthy, Johnson tendrá que obtener el apoyo unánime de su bancada o necesitará apelar a votos demócratas, debido a que la mayoría republicana es de apenas 221 contra 212 escaños. Pero Begley aseguró no estar convencido de que la elección de Johnson “realmente mitigue mucha de la política partidista que estamos viendo en muchos de los procesos de negociación para el presupuesto”.
Otro tema urgente es la solicitud urgente que Biden envió la semana pasada al Congreso para destinar $105,000 millones de dólares a Israel y Ucrania. Johnson ha expresado entusiasmo para apoyar a Israel en su lucha contra el grupo militante Hamas, pero no está claro cómo se manejará sobre Ucrania.
“El Congreso no va a abandonar a Ucrania”, dijo Johnson el jueves tras reunirse con Biden en la Casa Blanca, pero agregó que necesita más información sobre la estrategia de Biden para ese país. Johnson también dijo que los republicanos presentarán un proyecto de ley separado para proveer $14,500 millones a Israel.
Entre el radicalismo de unos y la inexperiencia propia: el precario equilibrio de Johnson
El sector más conservador de la bancada republicana se opone a destinar más fondos a Ucrania para que se defienda de la invasión rusa. Y ese pequeño sector dentro del partido es el que, por iniciativa de uno de ellos, Matt Gaetz, y con tan solo ocho votos, logró la destitución de McCarthy y, luego, condicionó la elección del nuevo 'speaker'.
Antes de McCarthy, las presiones del ala derechista radical agrupada en el Freedom Caucus hicieron que dos presidentes republicanos de la Cámara de Representantes dejaran el cargo antes de lo previsto: Jonh Boehner y Paul Ryan.
Esas pugnas continúan dentro del Partido Republicano, incluso podría esperarse qué reforzadas, ahora que los radicales han visto cómo pueden obtener victorias cruciales, pese a ser una minoría.
A eso hay que sumar la inexperiencia del recién investido: Johnson tiene solo cinco años en el Congreso federal, nunca ha presidido algún comité y siempre ha mantenido un bajo perfil en el mundillo legislativo. Ahora Johnson tendrá que aprender a manejar el cargo sobre la marcha, pero con un margen de error tan pequeño como la mayoría que le toca dirigir y que en cualquier momento puede volverse en su contra.
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