La historia se repite en las elecciones de Florida

El 8 de noviembre de 2000 es una fecha que trae malos recuerdos, especialmente para los votantes de la Florida y los demócratas de todo el país. Ahora agregue el 6 de noviembre.
Hace 18 años, los votantes se despertaron y descubrieron que un día después de acudir a las urnas todavía no había resultados de las elecciones presidenciales que tenían como contrincantes a George W. Bush y Al Gore. De hecho, la contienda fue tan cerrada (solo 1,784 votos los separaron) que tendría que haber un recuento.
Este año fue una elección de mitad de periodo, por lo que no hubo un presidente en la boleta electoral. Pero todavía no tenemos resultados para los dos comicios más disputados para el Senado de Estados Unidos entre el actual senador en el cargo, el demócrata Bill Nelson y el gobernador saliente republicano Rick Scott, así como para el nuevo gobernador entre el demócrata Andrew Gillum y el republicano Ron DeSantis. También se realizará un recuento en una tercera contienda para el comisionado de Agricultura y Asuntos del Consumidor.
Como la leyenda de los Yankees de Nueva York, Yogi Berra diría: "Se trata de un deja vu de nuevo".
Los reporteros ya se están preparando para una batalla prolongada.
El problema parece girar en torno a un lento conteo de votos en el condado de Broward, donde, por alguna razón desconocida, parece que faltan votos en la contienda del Senado con Scott liderando con 17,000 votos de los más de ocho millones emitidos y la brecha disminuyendo. Haciéndolo más tentador, Broward es uno de los condados más grandes del estado con más de 700,000 votos y un bastión demócrata. De hecho, los votos contados hasta ahora muestran que el condado favorece a Nelson por un margen de dos a uno de 466,321 votos a 208,895 para Scott.
Aquí es donde se pone la cosa extraña. En la contienda para gobernador, hubo 21,000 votos más emitidos que en la contienda por el Senado. Los expertos dijeron que este llamado "conteo bajo" no tenía sentido. En el 3,7% de las boletas de Broward, la elección para el Senado se dejó en blanco a pesar de que se emitió un voto para gobernador. "Ningún otro condado se acerca", escribió Matthew Isbell, un consultor político liberal que proporcionó un mapa para demostrar la anomalía, señalando que algunos otros condados tenían más votos para senador que para gobernador.
"O esto es un diseño de boleta o un error de máquina", agregó.
Ya los abogados se están preparando para una pelea en la corte y los políticos están dejando escapar las acusaciones mutuas.
Scott acusó a los funcionarios de las elecciones de Broward y Palm Beach el jueves de "fraude desenfrenado", sin proporcionar ninguna evidencia. Luego el presidente Donald Trump reclamo un "gran escándalo de corrupción" en el sur de la Florida.
El senador Marco Rubio acusó a los demócratas de intentar robar la elección. Los demócratas contraatacan diciendo que Rubio debería permitir que el proceso democrático funcione y que los funcionarios electorales hagan su trabajo y cuenten todas las boletas.
Los floridanos saben mucho sobre el diseño de la boleta y errores de máquinas electorales. En noviembre de 2000, un día después de la elección, pronto surgió un problema en el condado de Palm Beach. Los votantes se quejaban de haber arruinado las papeletas de "mariposa" que fueron difíciles de leer y las máquinas de votación también tenían dificultades para leerlas.
En el mismo condado de Broward y Miami-Dade tuvieron problemas con las boletas de tipo 'tarjeta perforada' donde los votantes no habían presionado lo suficiente para eliminar el cuadrado de papel seleccionado, conocido como 'chads'. Como resultado, terminaron con los llamados 'chads colgantes'. Surgió un argumento legal sobre si contaban como un voto o no.
Por dos semanas los funcionarios examinaron las papeletas de votación, a veces levantándolos con lupas para detectar si se había emitido un voto legítimo.
En total, se tiraron 29,000 boletas, aproximadamente el 4% de los votos del condado.
Los distritos predominantemente judíos y afroamericanos del condado, los baluartes demócratas, fueron los más afectados. Los líderes judíos y negros estaban indignados, recordando la historia racial del condado.
En Miami, el recuento de la máquina transcurrió sin problemas durante los primeros días y solo obtuvo un puñado de votos adicionales para Gore. Pero cuando la junta de escrutinio anunció un recuento manual del 1% de las papeletas, los republicanos de Miami estaban furiosos.
Muy pronto empezaron a llegar autobuses de Texas y Georgia con activistas del partido.
Cuando los republicanos apelaron ante la Corte Suprema de la Florida, dictaminó que el recuento podría continuar, pero se fijó una fecha límite para el 26 de noviembre, a las 5 p.m. El dia de Acción de Gracias estaba a solo 24 horas. Los argumentos legal es continuarían hasta la Corte Suprema de Justicia en Washington DC.
Al final, Bush fue declarado ganador por 537 votos de diferencia.
Desde entonces, los estudios han demostrado que Gore podría haber ganado la votación, pero solo si se hubieran contado todas las boletas cuestionables. Sigue habiendo un enorme desacuerdo sobre qué norma debería haberse utilizado para verificar las boletas.