null: nullpx
Univision Noticias
Política

    Las palabras de Bush y Reagan sobre los inmigrantes que deberían escuchar los republicanos en la era de Trump

    Ninguno había llegado a la Casa Blanca. Pero sus palabras durante este debate en Houston reflejan hasta qué punto ha cambiado su partido desde 1980
    28 Ene 2017 – 11:23 AM EST
    Comparte
    Default image alt
    Bush y Reagan durante la convención de 1984. Crédito: Archivos Nacionales

    Los primeros decretos de Donald Trump han rescatado del olvido el vídeo de un debate de las primarias republicanas de 1980. Es una grabación borrosa rescatada de los archivos del canal político C-SPAN en la que Ronald Reagan y George H. W. Bush hablan en un tono compasivo sobre inmigración.

    Merece la pena ver el vídeo del debate, cuya transcripción íntegra se puede leer aquí. Pero es importante también recordar los términos del debate y el porqué de las posiciones de los candidatos, que unos meses después se convertirían en presidente y vicepresidente de la nación.

    El debate se celebró el 23 de abril de 1980 en un centro de convenciones a las afueras de Houston, unas horas antes de las primarias republicanas de Texas y unas horas después del inesperado triunfo en Pennsylvania de George H. W. Bush.

    Hasta entonces se habían celebrado caucus y primarias en 15 territorios. Ronald Reagan había ganado 10 pero era un momento clave para su adversario, que acababa de ganar en Pennsylvania y aspiraba a resurgir venciendo en el estado al que había representado como congresista hasta 1971 y en el que había hecho fortuna como empresario antes de ser director de la CIA y embajador.

    Las anfitrionas del debate eran las responsables de la Liga de Mujeres Votantes, la organización independiente que organizó durante décadas muchos de los debates presidenciales. El moderador era el periodista Howard K. Smith pero la mayoría de las preguntas las hicieron los votantes indecisos. También la pregunta sobre la inmigración.

    Loading
    Cargando galería


    Un ciudadano que se presentó como David Grossberg preguntó a los candidatos: “¿Creen que se debería permitir que los hijos de los inmigrantes indocumentados fueran a las escuelas públicas de Texas de forma gratuita o creen que sus padres deberían pagar por su educación?”.

    Era una pregunta relevante en abril de 1980. Cinco años antes, el estado de Texas había aprobado una ley que retiraba el derecho de los niños indocumentados a recibir educación gratuita y autorizaba a los distritos de Texas a negarles la escolarización.

    La ley tuvo algunas consecuencias inmediatas. Las escuelas públicas de Dallas dejaron de aceptar a los niños indocumentados y las de Houston empezaron a cobrar a sus padres hasta 162 dólares al mes.

    Las respuestas de los candidatos republicanos fueron muy críticas con la ley.

    “Sobre el problema de la inmigración ilegal me gustaría que se hiciera algo tan comprensivo con las necesidades humanas y laborales de esas personas que esto ni siquiera fuera un problema”, dijo Bush. “Pero si esas personas están aquí, yo diría que deberían tener lo que la sociedad está dando a sus vecinos. Pero tenemos que resolver el problema. Porque tenemos personas que trabajan de forma ilegal y que a mí me gustaría que trabajaran de forma legal. Ahora mismo tenemos personas decentes que aman a sus familias y que están violando la ley y a la vez estamos complicando nuestras relaciones con México. La respuesta a la pregunta es mucho más amplia que decir si esos niños deben ir a las escuelas de Houston. Yo no quiero ver niños de seis u ocho años sin educar que sientan que viven fuera de la ley. Resolvamos el problema fundamental porque esas personas son buenas personas y personas fuertes. Parte de mi familia es mexicana”.

    Cargando Video...
    En video: la historia de familias de refugiados sirios que se salvaron de la orden ejecutiva de Trump

    Esa última frase de Bush era una referencia a su nuera Columba, que se había casado seis años antes con su hijo Jeb. Pero la cita personal es menos relevante que sus argumentos, en las antípodas de los que muchos congresistas republicanos defienden hoy.

    ¿Cuál fue la respuesta de Reagan a su adversario? Al fin y al cabo, el era el candidato de los republicanos más conservadores y el hombre favorito para ganar la carrera presidencial. ¿Se pronunciaría a favor o en contra de otorgar educación gratuita a los hijos de los indocumentados?

    Reagan ni siquiera habló de la ley de Texas. Su respuesta giró en torno a la relación de EEUU con México y sorprendería a muchos republicanos en la era de Trump.

    “Ha llegado la hora de tengamos una relación mejor con nuestros vecinos, sobre todo con nuestro vecino del Sur”, dijo el candidato. “En México tienen un 40% o un 50% de paro. Podríamos tener un extraño y hostil vecino al sur de la frontera. En lugar de ayudar [a México], estamos hablando de levantar un muro. ¿Por qué no hacemos algo para reconocer nuestros problemas comunes y hacemos lo posible para que ellos vengan aquí de forma legal con un permiso de trabajo? Así, mientras trabajan aquí y ganan aquí su salario, ellos pagarán impuestos aquí. Y cuando quieran volver, volverán a su país. Así podrán cruzar la frontera y podríamos abrirla en las dos direcciones para comprender mejor sus problemas. Es única válvula de seguridad que tienen ahora con ese desempleo y quizá es lo único que evita que todo salte por los aires. Creo que podríamos tener una buena relación [con México] y de paso resolver el problema que usted ha mencionado”.

    Unos días después, Reagan ganó las primarias de Texas. Unos meses después, fue designado como candidato republicano a la Casa Blanca y eligió como escudero a George H. W. Bush.

    Tres meses después del debate de Houston, un tribunal declaró nula la ley que negaba la escolarización a los niños indocumentados. El caso llegó al Tribunal Supremo, que falló en contra de la norma en 1982.

    La decisión explicaba que los hijos de los indocumentados eran personas “en cualquier sentido del término” y por tanto estaban protegidos de la discriminación. Según los jueces, la ley imponía “una carga discriminatoria sobre la base de una característica jurídica sobre la que los niños tienen poco control”. Es decir, declaraba nula la ley porque castigaba a los niños por una acción de sus padres. Negarles la educación a esos niños conduciría a la “perpetuación de una clase de analfabetos en nuestro territorio que agravaría los problemas y los costes del desempleo, la delincuencia y las ayudas públicas”, argumentaba la decisión del tribunal.

    Los argumentos de Reagan y Bush durante aquel debate de abril de 1980 contrastan con la actitud de muchos congresistas republicanos ante las órdenes ejecutivas del presidente Trump. Reagan advirtió que evaluar los problemas comunes de EEUU y México era mejor que levantar un muro y Bush dijo que no tenía sentido dejar a miles de niños fuera de la ley.

    Dirigentes como Paul Ryan, Ted Cruz o Marco Rubio deberían preguntarse: ¿están de acuerdo con Bush y Reagan o están de acuerdo con Trump?

    Comparte
    RELACIONADOS:Jeb Bush