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    ¿Podré comer comida fresca? Las dudas sobre la propuesta de las cestas de comida del gobierno de Trump

    El plan de la istración Trump de sustituir los 'food stamps' o cupones alimenticios por cestas con alimentos no perecederos ha sido recibida con preocupación por los lectores de Univision Noticias: temen no tener dinero para acceder a productos frescos, que su dieta se deteriore y se muestran en contra de una medida que no les permitiría elegir sus alimentos.
    18 Feb 2018 – 08:32 AM EST
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    En vez de cupones para hacer la compra, cestas con alimentos no perecederos. El pasado martes el gobierno de Trump anunció que está estudiando sustituir los food stamps o los cupones alimenticios que se otorgan a familias de bajos recursos por unas cestas de alimentos no perecederos. La caja, con productos 100% estadounidenses, incluiría leche de larga duración, mantequilla de maní, frutas y carnes enlatadas, pastas y cereales.

    El objetivo de la istración es ahorrar 130 millones de dólares en la próxima década de los 70,900 millones de dólares que cuesta el programa en la actualidad. La medida ha sido bien recibida por algunas voces conservadoras que aseguran que los beneficiarios de los cupones los cambian por dinero para comprar otras cosas. Sin embargo, según el propio departamento de Agricultura de Estados Unidos, el engaño es mínimo: se defrauda un céntimo por cada dólar.

    El gobierno ha comparado la cesta con las de Blue Apron, una popular empresa de Silicon Valley que envía ingredientes preestablecidos para preparar platos a partir de recetas. Sin embargo, como han señalado lo críticos con la medida, los clientes de Blue Apron eligen que se les envíen estos alimentos, mientras que los beneficiarios del programa no.

    Además, señalan otros inconvenientes de las cestas: vulneran la posibilidad de elegir de los receptores y podrían dificultar el a alimentos frescos como frutas y verduras y son menos discretas que los cupones. En medio del aumento de los arrestos de ICE, algunas personas indocumentadas han preferido renunciar a esta ayuda por miedo a dar información personal que pueda resultar en su deportación.

    En la actualidad, 42.2 millones de americanos se benefician del cupón alimenticio que se otorga a familias con unos ingresos que han de estar un 130% por debajo del umbral de pobreza. El 44% de los beneficiarios son niños y el 12% personas mayores de 60. El 17% de quienes obtienen estos cupones son hispanos. Le hemos preguntado a los lectores de Univision Noticias beneficiarios su opinión sobre la cesta y la ven con preocupación: quieren seguir eligiendo lo que compran, no saben si podrían permitirse productos frescos o mantener su dieta y los mayores se preguntán cómo podrán recoger la caja.

    "Me dan pánico las latas"

    "Todo el mundo que he hablado me ha dicho lo mismo: ¿para qué queremos latas? Ni frijoles enlatados compro, porque yo los hago con mi paquetito. (...) Estamos preocupados pensando, esperando a ver qué va a pasar. Y si hay que ir a buscarlas, ¿cómo van a ir? Dos infartos me han dado, yo no cargo peso. Las latas, ¿tú sabes lo que pesan? ¿Cómo tú vas a ir a buscar esa canasta?".

    Dalia Viera, cubana, 68 años. Vive en Miami, Florida. Recibe 80 dólares al mes.

    "No tendría dinero para seguir comiendo como ahora"

    "Me preocupa porque para mí es de mucha ayuda porque yo soy mamá soltera, el papá se fue para México y yo me quedé con mis hijos. Por más que uno trabaje para la mujer el sueldo es muy bajo. Les compro todo lo que es verduras, vegetales, carnes frescas, pero si bien he leído aquí, la caja básica no sé ni qué le vayan a poner, me imagino que cajas enlatadas. Mis hijos no son de los que coman eso. Pero siento que uno no puede decir nada, porque es una ayuda que le están dando a uno. Tal vez no tendría dinero para que ellos siguieran comiendo de la manera en que comen ahora. Pero lo que sea, lo que Dios quiera, está bien".

    María González, mexicana, 35 años. Vive en La Puente, California. Recibe 400 dólares al mes.

    "Tengo tres hijos y dos son alérgicos, todo lo tendría que regalar"

    "Esa caja no va a traer nada bueno. Yo tengo tres hijos y dos son alérgicos. La niña tiene 7 años y es alérgica a los cacahuates. La mantequilla de maní que vendrá en la caja no puede entra a la casa, ni nada de cacahuate, la niña es altamente alérgica. Mi bebé no puede comer lactosa, ni peanuts, ni guisantes, ni huevo, ni gluten. Imagínese que me mandan una caja con pan wheat, peas, manteca de maní, huevos y unas latas de carne que no quiero. No podría comer nada. Todo lo tendría que regalar para atrás y no me llegaría para el mes".

    Noemí Rivera, 35 años. Vive en Rochester, Nueva York. Recibe un cupón de 600 dólares al mes.

    "La caja me golpearía la diabetes"

    "Tengo muchos problemas de salud, me dio un infarto y no como carne roja. Soy diabética. La caja me golpearía la diabetes. Compro glucerna, una leche, un suplemento dietético para diabéticos, pero es caro. Lo compro en CVS con el cupón. ¿Esta bolsa va a tener lo que yo necesito de alimento? También tengo problemas digestivos. Yo debo comer pan y galleta integral, no blanco y me gusta comprar mis frijoles y los condimentos frescos, cebolla y ajo. La caja es una idea absurda".

    María Caridad López, 67 años. Vive en Miami, Florida. Recibe 143 dólares al mes.

    "Nos van a dar todo lo más barato"

    "El gobierno tendría que estudiar cada caso porque 16 millones de familias no pueden comer lo mismo. Me mandaría una caja donde solo puedo comer la mitad y la otra mitad la tengo que tirar, no me va a llegar para comer igual que ahora todo el mes. Todo lo compro fresco y selecciono los vegetales porque no todos les gustan a mis hijos, un chico de 16 años y una niña de 6 que tiene una hernia intestinal así que hay cosas que no debe comer, como plátano, que es la fruta más barata y seguro que viene en la caja. Nos van a dar todo lo más barato".

    Fernanda Fuentes, 41 años. Vive en Jacksonville, Florida. Recibe 460 dólares al mes.

    "Uno come lo que desea"

    "La gente tiene deseo de comer lo que le gusta: un pedazo jamón, yogures… Yo tengo una bebé de ocho meses y los yogures que le gustan a ella no me los dan con el WIC, los tengo que comprar con los 'food stamp'. Las leches de los niños, también: cuando se acaba la leche, tú vas y la compras de nuevo. Todos los productos de mercado están por el cielo y nos van a quitar lo único que tenemos para comer".

    Daniela Álvarez, 34 años, cubana. Vive en Miami. Recibe 435 dólares al mes.

    "Nos van a dar pura basura cosas que no come uno como latino"

    "Como latinos, nosotros compramos verduras, fruta, cosas que no sean enlatadas: frijoles, arroz, aceite, queso, todas esas cosas. Es lógico que no se va a poder hacer cosas frescas, porque van a ser cosas enlatadas".

    Amores López. Vive en Kentucky. Recibe 250 dólares al mes.

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