Cómo los primeros días de Kevin McCarthy como presidente de la Cámara disimularon la tormenta que se avecina al Congreso
¿Caos? ¿En la Cámara de Representantes?
El republicano Kevin McCarthy terminó su primera semana completa como presidente de la Cámara de una manera muy ordenada, sin mostrar indicios de la caótica y rebelde lucha que les tomó a los republicanos llegar a este momento, habiéndolo instalado a duras penas como el líder con el mazo en la mano.
Los republicanos del legislativo marcharon durante los primeros días de la sesión como un negocio nuevo y reluciente.
Entraron al mediodía, salieron a la hora de la cena, y votaron rápidamente y sin mucho drama.
Aprobaron sus nuevas reglas de la Cámara y enviaron seis proyectos de ley republicanos para su rápida aprobación, incluido uno para eliminar los fondos para el Servicio Interno de Impuestos (IRS).
Fiesta de amor
La nueva mayoría designó los presidentes republicanos de los distintos comités, para los es y el Comité de Supervisión hizo sus primeras solicitudes de documentos financieros mientras investiga al presidente Joe Biden y su familia.
Y cuando los republicanos de la Cámara de Representantes se reunieron por primera vez a puerta cerrada, después del escandaloso espectáculo público que batió récords históricos y casi terminó a puñetazos para elegir a McCarthy como presidente, fue una “fiesta de amor”, dijo un legislador republicano.
“Esos son solo los primeros cinco días y apenas estamos comenzando”, dijo McCarthy el jueves en su primera conferencia de prensa como presidente de la Cámara.
Corta luna de miel
Pero es casi seguro que la apariencia de unidad republicana en la Cámara será temporal, un respiro momentáneo, después del esfuerzo reticente y extenuante de los republicanos para arrebatarle la mayoría a los demócratas, y elegir al asediado McCarthy como líder.
Las abrumadoras matemáticas políticas a las que se enfrenta McCarthy siguen siendo las mismas: con una mayoría de 222 escaños, solo puede perder algunos votos en cualquier tema a menos que cruce el pasillo en busca de ayuda y respaldo de los demócratas para los 218 votos que normalmente se necesitan para aprobar una legislación.
Si bien los primeros proyectos de ley que aprobaron fácilmente fueron esencialmente los favoritos de los republicanos, diseñados para unir a su bancada e incluso atraer algo de apoyo demócrata, se espera que los próximos proyectos legislativos sean más vigorosos y políticamente arriesgados.
McCarthy acordó con los conservadores que el próximo proyecto de ley de financiación del gobierno se mantendrá en los niveles del año fiscal 2022, lo que significa un recorte sustancial del 8% de las cuentas discrecionales o más, si se respeta el presupuesto de defensa.
“Tenemos que cambiar la forma en que gastamos el dinero”, dijo McCarthy el jueves.
Aún más, se le pedirá al Congreso que eleve el techo de la deuda federal para permitir más préstamos para pagar las cuentas actuales del gobierno, siempre una votación difícil para los legisladores y que el Departamento del Tesoro dice que llegará antes de lo esperado.
Al negarse a permitir que el gobierno federal se endeude más a menos que se realicen cambios en el gasto federal, los republicanos de la Cámara se dirigen a un enfrentamiento arriesgado que se hace eco del debate sobre el techo de la deuda de 2011.
Ese fue un drama político de meses que resultó en una rebaja de la calificación crediticia de Estados Unidos por primera vez en la memoria moderna después de que los recién electos republicanos del Tea Party en la Cámara de Representantes exigieran recortes en el gasto federal.
Críticas
"Vamos. ¿Es así como los republicanos de la Cámara están comenzando el nuevo mandato: recortando los impuestos para los multimillonarios, aumentando los impuestos para las familias trabajadoras y empeorando la inflación? dijo Biden el jueves en declaraciones cerca de la Casa Blanca.
“Bueno, déjenme ser claro: si alguno de esos proyectos de ley llega a mi escritorio, los vetaré”, dijo. “Estoy listo para trabajar con los republicanos, pero no con este tipo de cosas”.
En el centro, la directora ejecutiva de la Cámara de Comercio de EEUU, Suzanne Clark, dijo que existe “casi un nivel de desesperación” entre la comunidad empresarial por el estancamiento del gobierno y la incapacidad para resolver grandes problemas como la escasez de trabajadores y la reforma migratoria.
En el Senado, donde los demócratas todavía tienen una pequeña mayoría de 51 escaños, el líder Chuck Schumer prometió mantener la línea como "un cortafuegos para esta agenda republicana extrema de MAGA", una referencia al eslogan del expresidente Donald Trump “Make American Great Again” (hacer Estados Unidos grande de nuevo).
Fue el impulso de última hora de Trump a favor de McCarthy, cuando la votación estaba en marcha a fines de la semana pasada, que ambos hombres, que son aliados intermitentes, dijeron que lo responsable era convertir al republicano de California en el nuevo presidente de la Cámara.
McCarthy ganó el mazo del orador solo después de hacer concesiones a los republicanos de extrema derecha del Freedom Caucus de la Cámara, quienes ahora penden sobre su liderazgo, con la capacidad de que cualquier legislador pueda presentar una moción para dejar vacante la silla, es decir convocar una votación para expulsar a McCarthy del puesto.
El tenue control republicano se complica por la presencia del representante George Santos, el recién elegido republicano de Nueva York, que enfrenta llamados para su destitución por las mentiras que itió haber dicho durante su campaña s obre su educación, experiencia laboral y otros aspectos de su vida. McCarthy dijo que el Comité de Ética lo investigará, “y si se descubre algo, lo resolveremos”, dijo McCarthy.
Calma después de la tormenta
Pero muchos republicanos de la Cámara de Representantes emergieron confiados en que la amarga y desordenada lucha hizo a la bancada, y a McCarthy, más fuertes y no más débiles, a medida que avanzan en su labor de gobierno.
“Uno siempre sale mejor del otro lado del enfrentamiento”, dijo el representante Byron Donalds, republicano de Florida, quien fue nominado repetidamente por sus colegas como una alternativa republicana para la presidencia. “Y ahora estamos de regreso a nuestra labor”.
El representante Scott Perry, presidente del Freedom Caucus , afirmó que se siente “bastante positivo: los republicanos están a cargo y estamos ganando a la izquierda y es increíble”.
El representante republicano Bob Good, R-Va., uno de los principales disidentes en la lucha por la presidencia de la Cámara, dijo que la exhibición pública puso a McCarthy en una posición de negociación más fuerte al mostrar a lo que se enfrenta el orador.
“Nuestro orador estará en una posición más sólida en las negociaciones con el Senado en la Casa Blanca, porque puede decir: ‘Cuando mi gente dice que no, quiere decir que no'”.
Hablando en el Statuary Hall, en lugar del habitual estudio de prensa en el sótano del Capitolio, McCarthy comparó su nueva mayoría republicana con los primeros legisladores estadounidenses. Se reunieron en esta sala cuando el Congreso se trasladó desde Filadelfia.
Mientras los turistas se arremolinaban el jueves por la tarde, haciendo una pausa para escuchar y tomar fotos, McCarthy notó que estaba reabriendo el Capitolio a los visitantes. Los demócratas bajo la presidencia de Nancy Pelosi habían mantenido el edificio parcialmente cerrado durante la crisis de covid-19 y después del ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021 por los partidarios de Trump.
