¿Qué implica que los republicanos cambiaran las reglas del Senado para aprobar a Gorsuch?
Este jueves los republicanos en el Senado terminaron lo que los Demócratas empezaron en 2013 (y que tanto criticaron en aquel entonces) eliminando la posibilidad de que la minoría bloquee a un nominado a la Corte Suprema de Justicia mediante el llamado filibuster.
El mismo día que Neil Gorsuch se convirtió en el primer aspirante a magistrado que sufre un filibuster, la mayoría republicana cumplió con la amenaza de cambiar las reglas de votación de la cámara para reducir a mayoría simple el número de votos necesario para cerrar un debate.
La secuencia fue así: 45 demócratas votaron en contra del cloture o cierre del debate; luego 52 republicanos votaron por cambiar las reglas; por segunda ocasión, 45 demócratas votaron contra el cierre del debate pero ya no importaba porque ahora con 51 senadores el clouture podía ser aprobado.
El primer bloqueo de la historia para un magistrado del Supremo tuvo corta vida, menos de dos horas. Las consecuencias de la decisión de eliminar el bloqueo de la minoría pueden sentirse a más largo plazo y afectar la manera como se hacen los acuerdos políticos en el Capitolio.
¿Y ahora qué?
La temida "opción nuclear" fue activada por la mayoría republicana.
Fue bautizada así en 2003 por el entonces líder de la mayoría republicana Trent Lott, haciendo un paralelo con la Guerra Fría entre EEUU y la Unión Soviética, cuando la lógica de la disuasión atómica hacía impensable recurrir a ese arsenal dado el inmenso riesgo de mutua destrucción que implicaba su uso.
Este viernes, cuando se cumplan las últimas 30 horas de debate que estableció el jueves la cámara como límite, se procederá al voto final sobre el primer nominado del presidente Trump al máximo tribunal.
Gorsuch podrá contar al menos con los 52 votos republicanos y, previsiblemente, los 3 senadores demócratas que les acompañaron para cerrar el debate el jueves.
A partir de allí sólo quedará la juramentación formal del juez para integrarse al Supremo en el noveno escaño que dejó vacante Antonin Scalia a su muerte en febrero de 2016, para empezar a considerar casos.
El 13 de abril está previsto que los magistrados estudien los casos que tomarán para el próximo término judicial y el 17 escucharán argumentos orales en casos que debe procesar en los próximos meses.
¿Qué pasará con la Corte?
Gorsuch incorporado a la Corte no cambiará el llamado balance ideológico del cuerpo . Algo que tanto preocupa a quienes temen que el máximo tribunal tome decisiones cada vez más alineadas con visiones conservadoras o liberales de la sociedad estadounidense.
Pero para el próximo candidato que tenga que presentar Trump no se vería forzado a buscar a un juez más o menos centrado que pueda ser aceptado por ambos partidos, como era el caso hasta ahora, cuando los presidentes se cuidaban de postular a alguien que pudiera resultar agradable a ojos del bando contrario.
Con la posibilidad de que la juez Ruth Bader Ginsburg se retire dada edad y problemas de salud, o que lo haga el juez Anthony Kennedy, el presidente Trump tendrá con casi total seguridad la ocasión de cubrir otra vacante en el Supremo.
Allí podría sucumbir a las presiones de grupos activistas de nombrar a un magistrado de tendencia conservadora que refuerce la inclinación que ha venido registrando la Corte en las últimas décadas. Y la minoría demócrata no podrá hacer nada para evitarlo, salvo convencer a suficientes colegas republicanos de la inconveniencia de semejante elección.
¿Qué pasará en el Congreso?
Eliminado el filibuster para magistrados de la Corte Suprema, el mecanismo sólo queda disponible a la hora de debatir leyes (aunque algunos creen que ese será el próximo objetivo de muchos conservadores que quieren aprovechar la mayoría republicana para adelantar lo más posible su agenda política)
Pero el senador republicano por Tennessee Bob Corker fue cínicamente honesto cuando la semana pasada dijo en el pleno del Senado: “Vamos, si seguimos por el camino por el que vamos, la próxima vez que haya una propuesta legislativa que algún partido sienta que es tan importante que no puede quedar mal con su base, la presión subirá, y vamos a invocar la opción nuclear para leyes también”.
El Senado se precia de ser la instancia parlamentaria de las soluciones negociadas por excelencia, a diferencia de la Cámara de Representantes, donde suele registrase largas e irresolubles paralizaciones, como sucedió recientemente con el proyecto del presidente Trump para reemplazar la Ley de Cuidados de Salud Asequible u Obamacare.