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    La Asociación Nacional del Rifle se reúne en Texas a pesar del tiroteo en Uvalde: qué es y por qué es tan poderosa

    Tras el tiroteo en Uvalde, las miradas volvieron a posarse en la Asociación Nacional del Rifle, el poderoso grupo de presión dedicado a impedir limitaciones al derecho a comprar y portar armas previsto en la Segunda Enmienda de la Constitución. La víspera, el presidente Biden se preguntó cuánto va el país a plantarle cara.
    Publicado 26 May 2022 – 11:43 AM EDT | Actualizado 26 May 2022 – 11:43 AM EDT
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    Como siempre pasa tras cada tiroteo masivo, después del que el martes dejó 19 niños y dos adultos muertos en Uvalde (Texas), el país reaccionó unido en el profundo dolor pero dividido en qué hacer para evitar que se sigan repitiendo este tipo de masacres.

    Por un lado, el octavo tiroteo masivo en lo que va de año en el país reavivó el clamor de un gran segmento de la población, entre ellos el presidente Joe Biden a la cabeza, exigen leyes que restrinjan las enormes facilidades con que se puede adquirir un arma de fuego en el país, en particular un rifle de asalto.

    Del otro se volvió a escuchar a los conservadores que han tenido éxito en bloquear cualquier iniciativa de regulación con el argumento de no funcionaría y pondría en riesgo las libertades en el país al atentar contra el derecho a adquirir y portar un arma de fuego consagrado en la Segunda Enmienda de la Constitución.

    Y referencia inevitable en este debate, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el poderoso grupo de presión que combate cualquier iniciativa que consideren una restricción, por leve que sea, al a las armas de fuego en el país.

    A la NRA se refirió sin nombrarla el presidente Biden en sus primeras declaraciones tras conocerse el tiroteo de Uvalde, cuando dijo estar "asqueado y cansado".

    "Como nación nos tenemos que preguntar cuándo en el nombre de Dios vamos a enfrentarnos a los grupos de presión a favor de las armas, cuándo en el nombre de Dios vamos a hacer lo que en el fondo sabemos que hay que hacer", dijo Biden en un discurso en la Casa Blanca, apenas al regresar de su gira de cinco días por Asia.

    Qué es la NRA

    Fundada en 1871, la NRA se presenta como la organización de derechos civiles más antigua del país. “Junto con nuestros más de cinco millones de , somos orgullosos defensores de los patriotas de la historia y diligentes protectores de la II Enmienda”, la provisión constitucional que prevé el derecho a portar armas.

    Sus orígenes tienen más que ver con el deporte que con la política. La propia NRA cuenta en su web que surgió por iniciativa de dos oficiales veteranos de la Guerra Civil “desolados por la falta de puntería de sus soldados” para “promover y fomentar el tiro al blanco sobre una base científica”.

    Esta promoción del tiro deportivo se amplió con el tiempo a la caza y a la defensa personal. En 1934, “en respuesta a los repetidos ataques a los derechos de la Segunda Enemienda”, el NRA entró en política: formó su división de asuntos legislativos. Inicialmente sin hacer cabildeo, sí que escribía correspondencia a los legisladores.

    Y en 1975, de nuevo por la “importancia crítica de una defensa política de la Segunda Enmienda”, formaron el Instituto para la Acción Legislativa (ILA), su “brazo de cabildeo” y con el que promueve una interpretación extrema del derecho a poseer y portar armas previsto en la Constitución, aprobada en 1791.

    Este maximalismo incluye la oposición a controles de salud mental o chequeos de antecedentes penales antes de comprar un arma o que el gobierno haga o financie estudios sobre el impacto de la violencia armada en el país.

    Su principal argumento contra la regulación de la compra y porte de armas: “los criminales no las obedecen” y se estaría penalizando a ciudadanos respetuosos de la ley. En esta lógica, consideran que más armas hacen que el país sea más seguro.

    La NRA rechaza cualquier tipo de responsabilidad cada vez que ocurre una armamento de guerra o lo hacen pese a su historial delictivo o de problemas psiquiátricos.

    Para el NRA, no son las armas las que matan sino las personas que las empuñan.

    Por qué es tan poderosa la NRA

    Según Gun Violence Archive, en 2021 hubo 45,010 muertes por arma de fuego, más que las 43,671 del año anterior. En lo que va de 2022, son 17,320. Además, el año pasado hubo 692 tiroteos masivos (con cuatro o más víctimas, heridos o muertos) y 28 asesinatos masivos (con al menos cuatro fallecidos). En 2022, han contado 213 tiroteos masivos y 10 asesinatos masivos.

    Pese a esos números, en la gran mayoría de los estados se puede comprar un arma sin ningún tipo de control a un privado o en una feria. Y en una tieda basta un chequeo con una obsoleta base de datos del FBI cuyo resultado está listo en menos de dos minutos.

    Y cualquier intento de, no ya prohibir, sino imponer algún control efectivo o requerir obtener una licencia, se encuentra de frente con la NRA y los políticos a los que avala.

    Según Open Secrets, la organización dedicó a $4.7 millones a hacer lobby en 2021. Aunque eso son solo las donaciones directas a legisladores oficialmente registradas. Las sumas destinadas a comités de acción política son más difíciles de detectar.

    De acuerdo con The Trace, un medio dedicado a investigar la violencia de las armas, en 2016 la NRA destinó $50 millones a apoyar la candidatura de Donald Trump. Además, la Campaña Brady contra las armas tiene una lista de los senadores que más dinero han recibido de la NRA. La encabeza Mitt Romney con $13.6 millones, Richard Burr con cerca de $7 millones y Roy Blunt con $4.5 millones.

    Pero más allá del dinero que dedica a contribuciones a campañas de políticos, una parte considerable de su poder viene de su capacidad para movilizar el voto de sus . Los socios de la NRA eligen su candidato en función exclusivamente de cuán lejos están de proponer controles de armas. Es más, la NRA asigna a los políticos una nota de la A a la F según cuán amigables los consideren.

    La asociación dice tener cinco millones de . Los críticos lo ponen en duda y creen que no pasan de los tres millones. En cualquier caso, para un republicano con aspiraciones de ocupar un cargo en ciertas regiones del país, lo normal es que evite a toda costa decir nada que vaya a disgustar a la NRA. Y lo mismo pasa incluso con algunos demócratas.

    Una encuesta de Gallup publicada a finales del año pasado afirma que el 52% de los estadounidenses se mostraba a favor de leyes de armas más estrictas, un número que había descendió del 67% al que llegó poco después de la matanza en una secuendaria de Parkland, Florida, en 2018, que dejó 17 muertos.

    Esos números dependen en realidad de las variaciones en las tendencias en los votantes republicanos, entre quienes siempre son minoría los partidarios de las restricciones. Entre los demócratas, es casí unánime la posición a favor de regular el a las armas de fuego.

    Y sin embargo, ni Biden ni en su momento Sandy Hook (20 niños y seis adultos muertos), han conseguido sacar adelante ninguna restricción.

    Obama, cuyo perfil a favor del control de armas fue creciendo con el tiempo, llegó a señalar a la NRA como responsable de la paradoja de que si el gobierno detectaba que un estadounidense era simpatizante de Estado Islámico le pudiera impedir subir a un avión de pasajeros y sin embargo no le podía impedir comprar un arma.

    “Cualquier cosa que proponemos es vista como una tiránica destrucción de la Segunda Enmienda”, llegó a decir Obama en la campaña electoral de 2016.

    Nueva York contra la NRA

    La NRA ha enfrentado en los últimos años varios escándalos e incluso la amenaza de su disolución por los supuestos casos de corrupción que investiga la fiscal general de Nueva York, Laetitia James.

    En mayo de 2018, la NRA eligió como presidente a Oliver North, un teniente coronel retirado del Cuerpo de Marines conocido por su implicación en la conocida como Irán-Contra en la década de los 80, durante la istración de Ronald Reagan.

    North fue una figura clave en la trama organizada para financiar a los paramilitares que combatían a los sandinistas en Nicaragua, la Contra, a través de la venta de armas a Irán, país con el que Estados Unidos no tenía ya entonces relaciones diplomáticas.

    De hecho, North llegó a ser condenado por tres delitos graves ya que en su calidad de asesor de la Casa Blanca, organizó la ayuda a la Contra pese a que el Congreso había decretado un embargo de armas.

    Como presidente de la NRA duró un año y salió en medio de un escándalo de luchas intenstinas que lo enfrentaron a LaPierre, a quien incluso intentó destituir por sus supuestos malos manejos financieros.

    La supuesta corrupción en la NRA llegó a la fiscal James a abrir una investigación contra la organización y cuatro directivos, entre ellos su líder, Wayne LaPiere, que ocupa el cargo de director ejecutivo desde 1991. James anunció en agosto de 2020 que buscaba que la asociación fuera disuelta porque, “por mucha influencia que tenga, nadie puede estar por encima de la ley”.

    "La influencia de la NRA ha sido tan poderosa que ha impedido que nuestra nación tome medidas contra la violencia armada. Pero ha estado abusando de su poder, y bajo la apariencia, la NRA está podrida con el fraude y el abuso", dijo James al anunciar que buscaba acabar con la organización.

    James los acusa de “básicamente saquear” la organización, dedicando millones de dólares a su disfrute personal , incluyendo viajes con sus familias a las Bahamas, vuelos privados o comidas en restaurantes.

    También los acusó de instituir una cultura de mala istración y supervisión negligente ilegal, opresiva y fraudulenta, así como de evadir todos los controles internos para beneficio propio.

    Además, alega que la organización violó múltiples leyes, entre ellas las que rigen el funcionamiento de entidades sin ánimo de lucro, de presentar informes falsos en las declaraciones fiscales y de dar informes salariales inadecuados.

    De hecho, para evitar el riesgo de que un juez ordenara su disolución, la NRA llegó a intentar, sin éxito, declararse en bancarrota en Nueva York y trasladarse a Texas.

    Sin embargo, a principios de marzo, un juez desestimó la demanda de disolución presentada por la fiscal James en agosto de 2020. La decisión señala que aunque se demostrara que son reales los casos de corrupción denunciados, no son motivo suficiente para acabar con la NRA.

    James, que también ha copado titulares por sus casos contra Trump, no ocultó su decepción por la decisión del juez. “Estamos considerando nuestras opciones legales con respecto a este fallo”, escribió en un comunicado.

    La fiscal, que ha llegado a decir que “el abuso y la codicia impregnan la NRA y su más alto liderazgo”, continúa con su caso.

    El último esfuerzo por controlar las armas de asalto

    La última gran regulación de las armas fue el veto a los rifles de asalto que impuso Bill Clinton en 1994, durante su primer mandato, y que expiró en 2004 cuando no fue renovado.

    Un estudio de 2019 concluye que durante los años que estuvo en vigor la prohibición a los rifles de asalto, se produjo una considerable caída en las muertes en tiroteos masivos. Pero otros criminólogos consideran que la reducción no fue muy grande y que es difícil atribuirla a la medida.

    Lo cierto es que no fueron pocos los que atribuyeron al veto a las armas de asalto lo que provocó la debacle demócrata en las elecciones de mitad de periodo de 1994: cuando los republicanos capturaron ocho puestos en el Senado, 53 en la Cámara de Representantes y 10 gobernaciones. El mismo Clinton culpó a la NRA de haberle dado la Cámara Baja a los republicanos.

    Desde entonces, incluso los demócratas menos progresistas, particularmente de estados péndulo, también han sido un obstáculo a que se haga algo más allá de ofrecer oraciones y pensamientos cada vez que se repite una masacre como la de Uvalde.

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