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    3 soluciones que pueden evitar que Estados Unidos alcance el techo de la deuda (y se quede sin dinero en junio)

    Si bien puede parecer casi imposible en el clima político actual, Joe Biden y Kevin McCarthy tienen la oportunidad de revertir la crisis del techo de la deuda y dejar un legado positivo y duradero de liderazgo valiente. Estas son algunas estrategias para lograrlo.
    Publicado 5 May 2023 – 10:05 PM EDT | Actualizado 5 May 2023 – 10:08 PM EDT
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    Estados Unidos se acerca a un incumplimiento del pago de sus deudas sin precedentes que podría comenzar tan pronto como el próximo 1 de junio.

    Para que EEUU pida prestado más dinero, el Congreso debe elevar el techo de la deuda, que actualmente es de 31.4 billones (trillones en inglés) de dólares. El presidente Joe Biden se ha negado a negociar con los republicanos de la Cámara sobre el gasto y, en cambio, exige que el Congreso apruebe un proyecto de ley independiente para aumentar el límite de la deuda. El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, obtuvo una pequeña victoria el 26 de abril al aprobar por un estrecho margen un proyecto de ley más complejo con el apoyo del Partido Republicano que elevaría el techo de la deuda pero también recortaría el gasto y revertiría la agenda política de Biden.


    Biden invitó recientemente a los líderes del Congreso, incluido el líder republicano McCarthy, a la Casa Blanca el 9 de mayo para discutir la situación, pero insistió en que no está dispuesto a negociar.

    En lugar de liderar la nación, Biden y McCarthy parecen estar librando una guerra política partidista. Es probable que Biden no quiera ser visto como cediendo a las demandas de los republicanos y disminuyendo las victorias legislativas para su electorado liberal. McCarthy, con su escasa mayoría en la Cámara, necesita apaciguar incluso a los de línea más dura de su partido.

    Habiendo estudiado liderazgo durante más de 25 años, sugeriría que sus estilos de liderazgo son polarizados, de oposición, de corto plazo y altamente ineficaces. Tal liderazgo combativo corre el riesgo de llevar a un incumplimiento de pago de la deuda que podría llevar a EEUU a una recesión y potencialmente conducir a una crisis económica y financiera mundial.

    Si bien puede parecer casi imposible en el clima político actual, Biden y McCarthy tienen la oportunidad de revertir esta crisis y dejar un legado positivo y duradero de liderazgo valiente. Para hacerlo, deben dejar de lado el partidismo y adoptar un enfoque diferente. Aquí hay algunas estrategias respaldadas por evidencia para comenzar.

    1. Pasar de un juego de suma cero a un enfoque más holístico

    Los líderes políticos a menudo corren el riesgo de ser secuestrados por de su propio partido. McCarthy enfrenta una amenaza directa por parte de los conservadores de línea dura de su coalición.

    Por ejemplo, en enero, McCarthy acordó permitir que un solo legislador forzara una votación a favor de su destitución para ganar suficientes votos de los legisladores ultraconservadores para convertirse en presidente. Esa y otras concesiones dan a los más extremistas de su partido mucho control sobre su agenda y limitan la capacidad de McCarthy para llegar a un acuerdo de compromiso con el presidente.

    Biden, quien acaba de anunciar que se postulará para la reelección en 2024, está apostando a que sus logros en el primer mandato, como las inversiones sin precedentes en materia de cambio climático y la condonación de préstamos estudiantiles, lo ayudarán a conservar la Casa Blanca. Negociar algo de eso podría costarle el apoyo de partes clave de su base.

    Mi socia de investigación, Marianne W. Lewis, y yo denominamos este tipo de liderazgo unilateral a corto plazo como pensamiento "o esto o lo otro". Es decir, este enfoque asume que las decisiones de liderazgo son un juego de suma cero: cada centímetro que concedes representa una pérdida para ti. Argumentamos que este tipo de liderazgo es limitado en el mejor de los casos y perjudicial en el peor.

    En cambio, encontramos que un gran liderazgo implica lo que llamamos pensamiento de "ambos/y", que implica buscar la integración y la unidad a través de perspectivas opuestas. La historia ofrece ejemplos de cómo este estilo de liderazgo más holístico ha logrado logros sustanciales.

    El presidente Lyndon B. Johnson y sus compañeros demócratas luchaban por obtener una votación en el Senado sobre la Ley de Derechos Civiles de 1964 y necesitaban el apoyo de los republicanos. A pesar de su oposición inicial, el senador republicano Everett McKinley Dirksen, entonces el líder de la minoría y un conservador acérrimo, llevó a sus colegas a cruzar las fronteras del partido y unirse a los demócratas para aprobar la legislación histórica.

    Otro ejemplo se produjo en 1990, cuando el entonces presidente de Sudáfrica, Frederik Willem de Klerk, liberó de prisión al opositor Nelson Mandela. Los dos antiguos enemigos políticos acordaron un acuerdo que puso fin al apartheid y allanó el camino para un gobierno democrático, que les valió a ambos el Premio Nobel de la Paz. Mandela se convirtió en presidente cuatro años después.

    Este enfoque de liderazgo integrador comienza con un cambio de mentalidad que deja de ver los lados opuestos como conflictivos y los valora como generadores de nuevas posibilidades. Entonces, en el caso de la situación del techo de la deuda, el liderazgo holístico significa, al menos, que Biden no simplemente levantaría las manos y se negaría a negociar sobre el gasto. Podría reconocer que los republicanos tienen razón sobre la creciente carga de la deuda de la nación. McCarthy y su partido podrían reconocer que no pueden limitarse a recortar gastos. Juntos podrían lograr un mayor éxito mediante el desarrollo de un plan integrador que reduzca costos, aumente los impuestos y eleve el techo de la deuda.

    2. Defender una visión a largo plazo sobre objetivos a corto plazo

    Lo que llamamos “cortoplacismo” plaga la política estadounidense. Los líderes se enfrentan a la presión de demostrar resultados inmediatos a los votantes. Biden y McCarthy tienen fuertes incentivos para centrarse en una victoria a corto plazo de su lado con las próximas elecciones presidenciales y legislativas. En cambio, el pensamiento a largo plazo puede ayudar a los líderes con agendas contrapuestas.

    En un estudio de 2015, Natalie Slawinski y Pratima Bansal estudiaron a ejecutivos de cinco compañías petroleras canadienses que enfrentaban tensiones entre mantener los costos bajos a corto plazo y realizar inversiones que pudieran mitigar el impacto ambiental de su industria a largo plazo. Los dos académicos descubrieron que aquellos que se centraron en el corto plazo lucharon por reconciliar las dos fuerzas en competencia, mientras que los pensadores a largo plazo lograron encontrar soluciones más creativas que mantuvieron bajos los costos pero también les permitieron hacer más para luchar contra el cambio climático.

    Del mismo modo, si Biden y McCarthy quieren evitar una crisis financiera y dejar un legado duradero, les beneficiaría centrarse en el largo plazo. Encontrar puntos de conexión en este objetivo compartido a largo plazo, en lugar de enfatizar sus diferencias significativas sobre cómo llegar allí, puede ayudar a alejarse de su punto muerto y buscar una solución.

    3. Ser adaptable, no estar seguro

    Los votantes suelen elogiar a los líderes políticos que actúan con rapidez y confianza y seguridad en sí mismos, especialmente en un momento de incertidumbre económica.

    Sin embargo, encontrar una solución creativa a los mayores desafíos de Estados Unidos a menudo requiere que los líderes dejen de lado la arrogancia y se adapten, lo que requiere de la toma pequeños pasos para escucharse unos a otros, experimentar con soluciones, evaluar los resultados y ajustar sus enfoques según sea necesario.

    En un estudio de decisiones comerciales en una empresa de tecnología Fortune 500, pasé un año siguiendo a los equipos de alta dirección a cargo de seis unidades, cada una de las cuales tenía ingresos de más de mil millones de dólares. Descubrí que los líderes de equipo que eran más innovadores tendían a ser buenos en la adaptación. Exploraron constantemente si habían hecho la inversión correcta e hicieron cambios si era necesario.

    También se necesitan pequeños pasos para construir relaciones improbables con enemigos políticos. En su libro de 2017, “Colaborando con el enemigo”, el consultor organizacional Adam Kahane describe cómo facilitó talleres para ayudar a los antiguos enemigos a dar pequeños pasos hacia la reconciliación, como en Sudáfrica al final del apartheid y en Colombia en medio de la guerra contra las drogas. Tales esfuerzos ayudaron a Sudáfrica a convertirse en una democracia multirracial exitosa y a Colombia a poner fin a décadas de guerra con una insurgencia guerrillera.

    Este tipo de liderazgo requiere pequeños pasos hacia la conexión en lugar de grandes saltos políticos. También requiere que ambas partes abandonen sus posiciones y consideren dónde están dispuestos a lograr compromomisos.

    Biden y McCarthy podrían aprender de dos exgobernadores de Tennessee, el demócrata Phil Bredesen y el republicano Bill Haslam. Aunque se oponen en casi todos los temas políticos, incluido el control de armas, los dos exlíderes han construido una relación constructiva a lo largo de los años. En lugar de abordar los grandes temas divisivos, comenzaron identificando los pequeños puntos en los que coincidían entre sí. Hacerlo los llevó a generar una mayor confianza y continuar buscando conexiones.

    Entonces, cuando un hombre armado mató a seis personas en una escuela en Nashville recientemente, los dos exgobernadores pudieron ir más allá de señalar con el dedo político y enfocarse en cómo sus respectivos partidos podrían trabajar juntos en una reforma de armas significativa.

    Por supuesto, es más fácil hacer esto una vez que está fuera del cargo y desaparece la presión de los votantes y los partidos. Y aunque el actual gobernador de Tennessee, Bill Lee, estuvo de acuerdo con la necesidad de una reforma de las armas, sus compañeros republicanos en la legislatura estatal se negaron.

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    Una posibilidad remota, pero…

    Y es por eso que sé que esto es una posibilidad remota. Los dos principales partidos políticos están tan polarizados como siempre. Las probabilidades de un gran avance que conduzca a algo más que un acuerdo de último segundo que elimine el techo de la deuda pueden seguir siendo bastante bajas en el futuro, e incluso eso parece estar en duda.

    Pero esto es más que el techo de la deuda. Estados Unidos enfrenta una larga lista de problemas, grandes y pequeños, desde una alta inflación y una crisis bancaria hasta la guerra en Ucrania y el cambio climático.

    Los estadounidenses necesitan y merecen líderes que aborden estos problemas trabajando juntos para lograr resultados más creativos.

    Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el artículo original.
    * Wendy K. Smith, profesora de Negocios y Liderazgo, University of Delaware

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