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    Trump se queda sin amigos en Europa

    Peligra la continuidad de Theresa May, la política europea con la que Trump tiene mejor relación. Triunfan sus rivales Emmanuel Macron y Angela Merkel, mientras se hunden los que tienen mensajes parecidos a los del presidente de EEUU.
    12 Jun 2017 – 12:25 PM EDT
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    Emmanuel Macron tras votar en las legislativas sas este domingo. Crédito: Reuters

    Durante las reuniones con los líderes europeos de la OTAN y el G-7, el presidente Donald Trump apenas habló con sus colegas. En los ratos distendidos entre declaraciones oficiales aparecía tenso y taciturno, y evitaba las charlas amigables con políticos con los que comparte poco. La persona a la que más se dirigió, con la que llegó a cuchichear, fue Theresa May.

    Su amistad puede durar poco. La primera ministra británica, la primera líder extranjera que fue a visitar a Trump en la Casa Blanca, peligra después de un mal resultado en los comicios del 8 de junio. La conservadora que heredó el cargo de David Cameron tras el referéndum que sacó al Reino Unido de la Unión Europea convocó elecciones para reforzar su mayoría y su posición. El resultado fue el contrario: su partido perdió la mayoría de los escaños en el Parlamento, ahora está abocada a un Gobierno frágil con el apoyo de un partido de Irlanda del Norte y es difícil que se mantenga en el cargo más allá de unos meses.

    La visita

    Trump tenía planeado visitar el Reino Unido en octubre, pero, según el Guardian y el New York Times, el presidente ha comunicado a la primera ministra que ya no tiene ganas de viajar, y menos con las protestas que le esperan en Londres, cuyo alcalde fue objetivo de los ataques de Trump tras el atentado de principios de mes. El alcalde de la ciudad, Sadiq Khan, y el líder laborista, Jeremy Corbyn, ya han pedido que se suspenda la visita. Todavía no hay cancelación oficial.

    Aunque Trump tiene poco en común con ella, May era una de las personas con las que el presidente podía tejer algo parecido a una relación política. La primera ministra ha evitado criticarle y ni siquiera se quiso unir a la declaración europea de reacción a la retirada de Trump del acuerdo contra el cambio climático, pese a que ella apoya el pacto. Trump tampoco ha cargado contra ella ni contra su país, a diferencia de lo que ha hecho con Alemania y Francia.

    Mr. Brexit

    Pero el presidente de Estados Unidos no está eligiendo bien a los políticos con los que conectar en Europa. Si May lo tiene difícil, aún peor le va al UKIP, el partido antiinmigrante y euroescéptico que logró el brexit pero que en las elecciones del 8 de junio se ha quedado sin diputados.

    Nigel Farage, que se ha fotografiado con Trump y tiene relación con Steve Bannon, dejó el partido y ahora puede tener que dar cuentas al FBI por su conocimiento sobre las interferencias rusas en la campaña de Estados Unidos.

    El joven francés

    Trump hizo un amago de apoyo a Marine Le Pen, la líder del Frente Nacional, al decir que los atentados terroristas iban a beneficiar a su candidatura a la Presidencia de Francia porque ella defendía una política “fuerte en fronteras”.

    Desde mayo, Emmanuel Macron, centrista de 39 años, europeísta y pro-inmigración, es el nuevo presidente de Francia, y Trump ya ha tenido varios desencuentros personales con él. No le hizo gracia el apretón de manos del que presumió después Macron, y los asesores de la Casa Blanca aseguran que molestarle a él y a otros europeos fue “un beneficio colateral” de la salida de Estados Unidos del acuerdo de París.

    Macron ha llegado con fuerza. Tras arrasar en las presidenciales, el presidente francés va a lograr una mayoría de más de 400 escaños (sobre 577) en la Asamblea sa, según las proyecciones de la primera vuelta de las legislativas que se celebraron este domingo. Macron fundó un nuevo partido, En Marche, hace poco más de un año, y hace unas semanas hasta parecía una hazaña que lograra encontrar candidatos para presentarse por todo el país.

    El presidente francés hizo también una exhibición de fuerza al atreverse a criticar la propaganda rusa al lado del presidente Vladimir Putin en una rueda de prensa conjunta en Versalles.

    La líder de Europa

    Igual de bien le va por ahora a la canciller Angela Merkel, también objeto de la ira de Trump, que se quejó de que las exportaciones de automóviles alemanes están hundiendo el mercado estadounidense, acusó a Alemania de no gastar suficiente en su propia defensa y criticó a Merkel por “arruinar” su país acogiendo refugiados.

    Merkel se acerca a su cuarta victoria electoral en septiembre y ha conseguido un nivel de paro más bajo que el de Estados Unidos con impuestos más altos y una red más amplia de ayudas sociales.

    Los posibles amigos de Trump de otros países más pequeños en Europa también han tenido una mala racha en lo que algunos llaman la primavera europea.

    Los pequeños

    Geert Wilders, un ultra holandés antiinmigrante que acudió invitado a la convención republicana de Cleveland que proclamó a Trump candidato, sacó un resultado peor del esperado en las elecciones de Países Bajos en marzo, cuando también se impusieron las fuerzas partidarias de una democracia abierta y tolerante.

    El partido Cinque Stelle, en Italia, que comparte con Trump algunos aspectos como el acercamiento a Rusia o la crítica al comercio global, ha sacado malos resultados en las elecciones municipales de este domingo, ya que se ha quedado fuera del poder en todas las ciudades grandes.

    La consecuencia del panorama para Trump es que le faltan buenas relaciones personales para mantener la alianza europea, necesaria por la relación comercial, pero también para emergencias financieras o humanitarias.

    La mayoría de los presidentes de Estados Unidos han entendido en sus mandatos que la alianza europea es necesaria.

    Este lunes se cumplen 30 años del discurso de Ronald Reagan en Berlín que incluía la frase “señor Gorbachov, tire este muro”. Ésas son sus palabras más célebres, pero el discurso era también un canto a la unidad europea y a los aliados de Estados Unidos. “Un mundo fuerte y libre en Occidente, ese sueño se convirtió en realidad”, dijo.

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